Mikel Landa quiere volar alto de nuevo en el año 2023. El ciclista de Murguia está preparando a conciencia el nuevo curso y ya tiene claro cuál será el gran objetivo de un curso muy especial. A pesar de que la carrera que mejor se le adapta al escalador del Baharain-Victorious es el Giro de Italia, en el nuevo año apostará de lleno por el Tour de Francia.
El de Murguia viene de cerrar una temporada que ha sido positiva para él después de un 2021 marcado por las lesiones, las caídas y los periodos de enfermedad. Sin embargo, en el 2022 volvió a encontrar su golpe de pedal habitual y brilló en la montaña para dejar actuaciones muy meritorias como su podio en la Corsa Rosa o en el Giro de Lombardía.
Dos resultados que le ayudan a afrontar con esperanza y garantías el reto de volver a pelear por una Gran Vuelta. En 2023 lo tendrá más complicado que nunca, ya que Mikel apuesta decididamente por el Tour de Francia tal y como ha informado Noticias de Gipuzkoa. Este medio vasco asegura que el gran reto del corredor alavés será realizar su enésimo intento de estar en el podio de París, un reto que todavía no ha conseguido.
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La ocasión que más cerca estuvo fue en el año 2017, cuando quedó cuarto a solo un segundo del tercer cajón. A la vez consiguió ser el mejor gregario de Chris Froome, quien consiguió la victoria en la clasificación general. En el año 2020 también consiguió repetir medalla de chocolate. Ahora, Mikel espera contar con el mejor Bahrain-Victorious posible para intentar cumplir ese reto de meterse entre los tres mejores de la prueba ante los Pogacar, Vingegaard y compañía.
Huyendo de las 'cronos'
El pasado año Landa apostó por el doblete Giro-Vuelta. Sin embargo, este curso lo apostará todo al Tour de Francia y su posterior participación en la ronda de casa quedará en el aire. Sin embargo, lo que sí parece clara es la hoja de ruta de aproximación hacia la salida de la carrera francesa en Bilbao.
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Lo primero será la Volta a la Comunitat Valenciana del 1 al 5 de febrero. Después pasará por la Vuelta a Andalucía del 15 al 19 del mismo mes. Ya en marzo afrontará otra carrera que se le suele dar muy bien como la Tirreno-Adriático para después correr en casa la Itzulia a comienzos de abril. El bloque del inicio del curso se cerrará con las Ardenas (Amstel, Flecha y Lieja en la semana del 16 al 23 de abril).
Más tarde afrontará un nuevo bloque de entrenamiento, probablemente con concentración en altura, para preparar su llegada al Tour de Francia, el cual arrancará el próximo 1 de julio. Será una Grand Boucle muy especial para él ya que no solo arrancará en España, si no que tendrá las tres primeras etapas por el País Vasco antes de llegar a Bayona.
Además, será un Tour de Francia muy particular ya que el recorrido obligará a todos los escaladores a optar por la ronda francesa en lugar de otras alternativas como el Giro de Italia. Mientras la carrera italiana cuenta con hasta tres etapas contrarreloj, una de ellas cronoescalada, en el Tour solo habrá una jornada y de solo 22 kilómetros. Lo que sí habrá son oportunidades de sobra en la montaña para intentar compensar la pérdida que se registre en la única prueba sobre la 'cabra' de la carrera.
Así pues, el Giro de Italia y su recorrido han obligado prácticamente a Mikel Landa y a otros muchos especialistas de los puertos largos y duros a decantarse en este 2023 por un Tour que pocas veces más tendrá un recorrido tan inadecuado para los dotados a rodar sobre la bici de contrarreloj. Quizás sea la última oportunidad del alavés de brillar camino de París.