Exhibición de Pello Bilbao en Amurrio. El ciclista de Bahrein Victorious ha logrado la primera victoria española de la temporada del World Tour en la tercera etapa de la Vuelta al País Vasco. Pero más allá del hecho del triunfo, ha sido llamativo cómo lo consiguió. Estuvo muy activo durante todo el día, atacando en las últimas cotas y, sobre todo, ganándole el esprint a todo un Julian Alaphilippe. El francés trató de reeditar la victoria del día anterior con el lanzamiento de Remco Evenepoel.
Todo parecía predestinado para el triunfo del campeón del mundo, pero el vasco andaba con unas piernas extraordinarias como demostró durante todo el día. Así le comió la tostada en los últimos 20 metros en un ejercicio de potencia. Lo tenía muy estudiado y la teoría se hizo buena con la práctica. En los primeros metros del esprint cogió un punto más de ritmo y al final aventajó a uno de los fenómenos del ciclismo por media rueda. También se llevó el premio de la bonificación.
Este éxito en casa le sabe a gloria, porque es el triunfo de la fe. Por eso lanzó el puño derecho con rabia y un grito que se escuchó por todo el País Vasco. Atacó en el último repecho y a falta de tres segundos, agua. Pero tenía una tercera carta en la manga. Se enganchó a la rueda del gran favorito y le desbordó con un riñonazo final. Antes no se obcecó con los reiterados ataques de Yates en tramos de continuas subidas y bajas, de emboscadas y carreteras estrechas, en una etapa muy estresante.
"Es difícil describir lo que siento tras tantos intentos de ganar aquí, en casa. Además, esta victoria tan deseada ha sido al esprint contra el campeón del mundo. Casi nada. Con la victoria de hoy me he quitado la espina del año pasado, que me quedé cerca de la victoria. Ahora estoy a 19 segundos de la cabeza, pero el objetivo era hacernos con esta etapa que tanto tiempo habíamos perseguido. Ahora hay que ponerse nuevos retos. Ojalá pueda acabar en el podio", sentenció tras la etapa.
Exhibición de ataques
En una etapa en la que el pelotón se rindió al dominio de Roglic, Pello lo intentó subiendo, bajando, en el llano y encontró el premio en el esprint final ante todo un campeón del mundo. 'El roble de Gernika' conseguía su duodécimo triunfo profesional para un ciclista que sigue mejorando sus prestaciones cada temporada. Por lo pronto, quiere discutir la Itzulia y le espera el Giro. Cada vez se muestra mejor en todos los terrenos y aguanta con los mejores en la media y alta montaña.
También dio un buen ejemplo de valentía Cristian Rodríguez. El español, que terminó segundo la Vuelta a Andalucía en febrero, se infiltró en la escapada de la jornada junto a Jan Polanc (UAE Emitares) y Hugo Houle (Israel-Premier Tech) y se la jugó la primera ascensión a Ozeka. Espoleado por el ambientazo de gala que tenía preparado la afición vasca, el ciclista de El Ejido sentó a Polanc y se marchó en solitario llegando a acaparar una ventaja de cuatro minutos del gran grupo.
[Más información: El desfibrilador de Sonny Colbrelli: no podrá volver a correr a no ser que cambie de licencia de país]