"Solo quiero oírte, Johan. No sé si estaré mañana o pasado mañana. Espero que así sea, pero si no lo es, te mando tres besos", así resume Museew la llamada que tuvo el pasado domingo con Andréi Tchmil. Este ciclista nacido en la Unión Soviética y que ha tenido cinco nacionalidades diferentes (URSS, Moldavia, Rusia, Ucrania y Bélgica) habría dejado a su mujer y a su hijo, que solo tiene un año, en Rumanía para que se protegieran de la invasión rusa. Pero él no está en Ucrania para combatir.
Tchmil fue un ciclista del equipo Lotto entre 1994 y 2002 que pasó a la historia, sobre todo, por ganar tres monumentos del ciclismo (Paris-Roubaix, Milan-San Remo y Tour de Flandes). Actualmente reside en una zona fronteriza entre Moldavia y Ucrania, a solo 100 kilómetros del frente de guerra, y ha negado que se haya alistado en el ejército ucraniano para defender a esta nación. Fue su gran rival en la época, Museew, el que malentendió su relato.
"Andréi me dijo que nosotros solíamos librar muchas batallas en bicicleta, pero que ahora estaba en medio de una guerra. Vive en la zona fronteriza, a 100 kilómetros de los combates. Y se están acercando. Me contó que había enviado a su esposa y su hijo de un año a Rumanía para protegerles, pero que él se quedaría allí para luchar y para defender a Ucrania", explica El León de Flandes en un vídeo que ha colgado en su cuenta de Instagram.
Tchmil, en una conversación con L'Equipe, explica el malentendido: "Yo tenía a Johan Museeuw por teléfono el otro día, le conté sobre la difícil situación en la región y Ucrania está muy cerca de Moldavia donde vivo. Pero nunca dije que iba a pelear. Johan debe haber entendido mal lo que le dije en italiano, soy una persona pacífica y sigo creyendo en una solución pacífica a este conflicto. Me preocupaba esta información falsa que se estaba viralizando. Me pone en una situación delicada, no quiero convertirme en un objetivo cuando nunca he tomado una posición o anunciado que voy a la guerra".
Una rivalidad
Una de estas grandes batallas que tuvieron Museew y Tchmil sucedió en la Paris-Roubaix de 1994. Aún retumba en la memoria colectiva aquella locura donde atacó a 67 kilómetros de la gloria en un día infernal, uno de los más duros que se recuerdan en una clásica que es un calvario. La nieve cubría los tradicionales caminos empedrados de este monumento del ciclismo donde el belga le intentó seguir, pero solo aguantó los primeros 100 metros.
Llegó en solitario al velódromo de Roubaix después de componer un acto heroico. Fue una edición que L'Equipe tituló cambiando las letras del nombre de la publicación: "Epique". El fin de semana había sido un canto al ciclismo en Bélgica, que celebraba la llegada de las clásicas con la victoria de Wout van Aert en la Omloop y remató Fabio Jakobsen en la Kuurne-Bruselas-Kuurne.
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