A pesar de que los grandes escándalos que se vivieron durante los 90 y a comienzos del siglo, el mundo del ciclismo sigue lejos de dejar atrás el fantasma del dopaje. Festina, Floyd Landis, Dario Frigo, Roberto Heras, la 'Operación Puerto' o Bjarne Riis, son algunos de los casos y de los personajes de este deporte que han empañado la pulcritud de los resultados que se ven año tras año cuando las caravanas ciclistas recorren las carreteras del país de turno. Y la lacra sigue dejando víctimas.
Este martes se ha hecho oficial la sanción a Matteo De Bonis por la UCI después de que diera positivo por EPO. El ciclista de 25 años ha recibido la notificación de la Unión Ciclista Internacional sin haber participado aún esta temporada en ninguna prueba. Eso sí, podía estar en la próxima edición del Giro de Italia, donde su equipo, el Vini Zabù, fue invitado a participar.
La sustancia que se cargó la carrera de Lance Armstrong sigue dando guerra en este deporte. El siete veces ganador del Tour de Francia fue sancionado de por vida tras admitir que usaba EPO y que suministraba sustancias dopantes a sus compañeros de equipo para mejorar su rendimiento. Ese informe de la USADA, la agencia contra el dopaje de los Estados Unidos, con más de 1.000 páginas acababa con la carrera del deportista que marcó una época.
Aunque los controles siguen siendo más exhaustivos con el paso del tiempo, aún hay algunos osados que emplean estas técnicas para mejorar su rendimiento. Ahora es la ITA, la Agencia Internacional de Controles, la que gestiona los programas antidopaje independientes de las autoridades deportivas, en este caso de los que afectan al ciclismo.
Vini Zabú
Lo curioso es que su equipo, el Vini Zabú, acumula hasta siete casos positivos por el uso de diferentes sustancias desde 2013. La veda la abrió Danilo Di Luca, también sancionado por EPO. La gran estrella italiana que tuvo un 2005 increíble ganando la Amstel Gold Race y la Flecha Valona y que brilló en el Giro de Italia en 2007 vio su vida marcada entre tramas de dopaje y la búsqueda de su impunidad. En su última etapa acabó en este equipo siendo sancionado de por vida.
Después del italiano llegaron Santambrogio, Rabottini, Carrettero, Conti y Spreafico. Tres de estos positivos también se descubrieron por el uso de la Eritropoyetina, esa proteína que produce el riñón y que aumenta el número de hematrocritos en sangre y mejora el rendimiento del deportista aumentando la resistencia. Se ha relacionado muchas veces el suministro de estas cajas de EPO a algunas muertes inexplicables.
El último de los casos se ha producido con una diferencia temporal menor a los 12 meses, por lo que el equipo se expone a una sanción que le podría dejar fuera del Giro, la gran cita anual que tienen. Detrás de esta escuadra están Luca Scinto, un gregario de Mario Cipollini durante su mejor época, Angelo Citracca y Francesco Frassi.
Italia y el dopaje
El país transalpino tiene a dos de los ciclistas sancionados de por vida que tiene UCI: el propio Di Luca y Riccardo Riccó. El segundo clasificado en el Giro de 2008, que ganó Alberto Contador, y que vive actualmente en Tenerife fue sancionado en 2011 después de que le ingresaran en un hospital de Módena en estado grave tras admitir que se había hecho una autotransfusión de sangre. En ese momento se le inhabilitó hasta 2024, pero después se cambió a una sanción para siempre.
En los últimos años acumula varios positivos con el equipo Bardiani con Stefano Pirazzi y Nicola Ruffoni, cuyas sanciones caducan en este 2021, o los de Alessandro Petacchi y Reinaldo Nocentini en el final de sus carreras. El esprinter, ya retirado en el momento de la sanción, usó sustancias prohibidas entre 2012 y 2013 después de la investigación de la 'Operación Aderlass'.
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