Después de la etapa convulsa que finalizó en Gap, con la expulsión de Tony Martin y Luke Rowe incluida tras un encontronazo, ha sido el día de Nairo Quintana. El ciclista colombiano cruzó la meta en primer lugar con una amplia ventaja sobre sus perseguidores, dando así un golpe sobre la mesa tras las malas sensaciones transmitidas a lo largo de toda la ronda francesa.
Nairo Quintana logró su tercera victoria en el Tour de Francia, al imponerse en la primera jornada alpina con una gran ventaja con el grupo de favoritos, lo que le acerca al podium de la general. El ciclista del Movistar, que se impuso en 2013 en Semnoz y el año pasado en Saint-Lary-Soulan, estuvo escapado buena parte de una etapa con tres puertos por encima de los 2.000 metros junto a un grupo de una treintena de ciclistas, y se escapó en solitario en las rampas del último, el Galibier, para ir a buscar el triunfo.
Lo logró por delante del francés Romain Bardet, uno de sus compañeros de fuga y con una renta de 4.46 sobre Bernal y de 5.17 con el resto de los favoritos, lo que sumado a las bonificaciones, le coloca séptimo de la general a 3.45 del líder y a 2.19 del tercer puesto, que ocupa el británico Geraint Thomas, defensor del título. Bernal se desgajó del grupo de favoritos en las rampas del Galibier y consiguió una renta de 32 segundos con el resto de los que luchan por la general, lo que le subió al segundo escalón de la general.
Alaphilippe, que se quedó descolgado en el Galibier, logró conectar en el descenso hacia la meta y de esa forma mantuvo el maillot amarillo por decimocuarta jornada, a dos días de la llegada a París.
Nairo, de avanzadilla
Una etapa la decimoctava de categoría especial, con tres puertos elevados a más de 2.000 metros de altitud que salió de Embrun y llegó a Valloire después de 208 kilómetros sin respiro desde el principio.
La fuga que se formó en el kilómetro 46 fue la buena. Se apuntaron 34 hombres, entre ellos Quintana, Bardet, Van Avermaet, Adan Yates y guerrilleros de alta gama. Subiendo el Col de las Demoiselles Coiffées (Señoritas peinadas) las diferencias fueron aumentando sin que el pelotón reaccionara ante un Quintana que se encontraba en la general a 9.30. Era el más peligroso.
Empezaron las montañas de verdad. En el Col de Vars (9,3 Km al 7,5%) pasó en cabeza con el jersey de la montaña el belga Wellens.
Movistar trabaja en el Izoard
Con la fuga alimentando esperanzas hasta alcanzar una ventaja de 10 minutos, Movistar tomó el ando en la subida al Izoard 2.3 (Especial, 14,1 Km al 7,3). Marc Soler tiró del grupo hasta la extenuación, como anunciando un posible ataque de Landa con la idea de enlazar con Quintana y reventar la carrera en el Galibier.
La máquina del Movistar redujo la diferencia de Quintana, quien llegó a estar a solo 50 segundos del liderato, pero antes de coronar el puerto cedió el mando de las operaciones al Ineos. Arriba coronó el italiano Caruso dando paso a un grupo con Nairo, Bardet, Yates y Van Avermaet.
Nairo vuela en el Galibier
Se mantuvieron las diferencias entre escapados y favoritos en la transición hasta el pie del Galibier. En el coloso alpino que casi toca las nubes con sus 2.642 metros de altitud, es donde Quintana recuperó su mejor versión.
Una subida larga, de 23 kilómetros al 5,1, interminable, desde cuya cima hasta meta había que bajar a saco 20 kilómetros. Movistar ya había apostado por la victoria de etapa, y su protagonista designado era Quintana.
El boyacense atacó duro a 7,5 de la cima. Un latigazo fulminante que dejó plantado a Bardet, impotente para seguir su rueda, pero consolado con su nuevo maillot de puntos de la montaña. En solitario, aguantando el descenso y la presión de los perseguidores, Quintana se presentó en meta como ganador.
Por detrás Alaphilippe se unía al grupo principal, de donde saltó Bernal para rebañar 30 segundos en la general. Lo intentó también Thomas, pero no tuvo las fuerzas de la joya colombiana de 22 años, que ahora se vuelve a poner los galones de jefe de filas, atendiendo a que le adelantó en la general.
Primera victoria del Movistar en el Tour. Quintana resucitó y vuelve a soñar "con la posibilidad de que alguno del equipo suba al podio". El boyacense, ganador del Giro 2014 y de la Vuelta 2016, volvió a brillar en el Tour, donde tiene dos segundos puestos y un tercero. Falta el primero, pero ese sueño parece inalcanzable.
La segunda etapa en Los Alpes, decimonovena del Tour, se disputa este viernes entre Saint Jean De Maurienne y Tignes, donde espera la meta en alto tras 7,4 kilómetros de ascenso al 7 por ciento. Antes, el coloso más elevado, el Iserán, de categoría especial, de 12 kms al 5,6 por ciento de pendiente media.
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