La temporada ciclista llega a su primer punto clave este viernes: arranca el Giro de Italia, la carrera que abre la veda de las grandes vueltas por etapas. La presente edición, que saldrá desde Jerusalén, se presenta como una de las más descafeinadas de los últimos años. Desde luego, para el ciclismo español, ya que no parece que ninguno de nuestros representantes tenga opciones reales de hacerse con la maglia rosa o de pelear por ella. E, incluso, para todo el pelotón, con dos corredores por encima del resto en las quinielas para ganar la Corsa Rosa: Chris Froome y Tom Dumoulin.
El colombiano Miguel Ángel López podría ser quien más sombra haga al cuatro veces ganador del Tour de Francia (y una de la Vuelta a España, de momento) y al último vencedor de la prueba. Aunque ya se sabe que las sorpresas pueden estar a la orden del día en una carrera como el Giro: desde Miguel Indurain (1992 y 1993), nadie lo ha ganado dos veces consecutivas. ¿En qué etapas podría decidirse la clasificación general de 2018? Nos quedamos con estas siete.
Etapa 6: Caltanissetta – Etna (10 de mayo)
Se trata de la primera llegada en alto de este Giro. 120 de sus 164 kilómetros están repletos de curvas, con la dificultad que ello implica. La altimetría cambia continuamente a lo largo de un recorrido en cuyo final podrían darse los primeros ataques importantes de la competición. Se trata de una larga subida hasta el Observatorio Astrofísico del Etna, una ascensión inédita. Los primeros 10 kilómetros son de hasta un 16% de pendiente. A 5,5 de la meta, la carretera se estrecha. Y el último kilómetro también es cuesta arriba.
Etapa 14: San Vito al Tagliamento – Monte Zoncolan (19 de mayo)
Un día marcado en rojo en el calendario de Froome, que reconoció el tramo de la llegada. Jornada de montaña pura y dura. La primera ascensión importante será la del Monte de Ragogna (entre 10 y 16% de pendiente en sus 2,5 kilómetros iniciales). Tampoco hay que obviar el Passo Duron, con tramos de hasta el 18%. Ni, desde luego, el plato fuerte: una subida al Monte Zoncolan que es considerada la más difícil de toda Europa, con rampas de hasta un 22%. Hay tres túneles cortos en el último de los 186 kilómetros de la etapa que podrían tener su incidencia.
Etapa 15: Tolmezzo – Sappada (20 de mayo)
Los Dolomitas en su máxima expresión tan sólo 24 horas después de coronar el Zoncolan. 176 kilómetros en los que apenas hay un tramo tranquilo y abundan los altibajos. A tener en cuenta la subida a Cortina d'Ampezzo y, sobre todo, las ascensiones consecutivas a Passi della Mauria, Tre Croci, Sant'Antonio y Costalissoio. También el final de la etapa, que consiste en subir hasta el Piave a Sappada: los últimos 10 kilómetros son cuesta arriba.
Etapa 16: CRI entre Trento y Rovereto (22 de mayo)
El que posiblemente resulte el gran tríptico de este Giro de Italia finaliza con esta contrarreloj individual tras un merecido descanso previo: hay que recuperarse de la exigencia de la montaña. Es una crono corta (34,2 kilómetros) pero exigente, aunque en carreteras casi siempre rectas. Hay tramos de adoquines y rotondas, al igual que ciertas curvas y partes más estrechas. Antes del segundo punto intermedio, se juntan rampa, descenso y curva. Otra etapa que Froome tiene muy presente.
Etapa 18: Abbiategrasso – Prato Nevoso (24 de mayo)
Un día muy tramposo, ya que el recorrido es llano… hasta una subida final corta y exigente a la vez. Desde luego, los 15 kilómetros finales son los más peligrosos de los 196 con los que cuenta la etapa. Las pendientes son de un 7% e incluso más a última hora. Que nadie se confíe cuando la llegada se acerque: no descarten sobresaltos.
Etapa 19: Venaria Reale – Bardonecchia (25 de mayo)
La última jornada con llegada en alto del Giro 2018 (184 kilómetros) tiene un gran nombre propio: el Colle delle Finestre, con un 9,2% de pendiente casi en todo momento. El reto es de aúpa, con obstáculos como unas cuantas curvas, caminos de tierra y un descenso temerario.
Las pendientes que llegan después de esta ascensión son más asequibles, con los últimos siete kilómetros del día cuesta arriba. Y algún tramo de hasta 14% de pendiente en la primera parte de esa subida final hasta Bardonecchia. Veremos si el Finestre, también resaltado por Froome, no causa estragos.
Etapa 20: Susa – Cervinia (26 de mayo)
El Giro termina aquí a efectos prácticos (el paseo final de Roma no cuenta). Lo hace con 214 kilómetros en los Alpes. Los 90 finales presentan un desnivel acumulado de 4.000 metros. Hay tres ascensiones de casi 20 kilómetros cada una en el tramo final: el Col Tsecore, el Col de St.Pantaléon y la subida de Cervinia. Aunque hay que subir sí o sí para alcanzar la meta, la ascensión pierde fuerza a tres kilómetros de la conclusión.
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