Los Utah Jazz, en su quinta victoria consecutiva, tumbaron sin mayores complicaciones a Los Angeles Lakers (97-112) para asegurarse su participación en los playoffs, los primeros en la carrera del base español Ricky Rubio tras siete temporadas en la NBA.
Utah, en un magnífico estado de forma, se ha impuesto en 28 de sus últimos 33 partidos gracias, sobre todo, a su defensa, que encaja 95,8 puntos por encuentro desde el parón del Partido de las Estrellas.
El mejor del equipo fue el novato Donovan Mitchell con 28 tantos, 9 rebotes y 8 asistencias. Rubio aportó 9 puntos, 3 rebotes, 2 robos y 2 asistencias en 18 minutos. Por los Lakers, sin Lonzo Ball, Brandon Ingram ni Kyle Kuzma por lesión, destacó el trabajo de Josh Hart, con 25 puntos.
Los Jazz salieron envalentonados de la mano de Mitchell y Joe Ingles (0-7, 4-19) con una gran circulación de balón y muchísima intensidad defensiva, la misma agresividad que emplearon Julius Randle y Hart para echarse su equipo a los hombros y comenzar la reacción con un parcial de 10-0.
Los angelinos mejoraron ostensiblemente con la incorporación de Tyler Ennis como base en lugar de Alex Caruso y la segunda unidad californiana, con Ivica Zubac y Travis Wear ofreciendo buenos minutos, dejó en dos puntos la renta de los Jazz (30-32) a mediados del segundo cuarto.
Los de Quin Snyder veían empeorar las cosas cuando Rudy Gobert cometía su tercera personal poco después, pero los triples de Jae Crowder y la aportación de Dante Exum permitían de nuevo al equipo respirar con tranquilidad (33-45) a pesar de su desorden en ataque (12 pérdidas de balón al descanso).
Los Lakers, a pesar de su bajo porcentaje de tiro, se resistían a hincar la rodilla (52-55) frente a la explosividad de Mitchell, la clarividencia de Rubio y el acierto de Ingles. Sin embargo, no pudieron evitar colocarse de nuevo 12 abajo (60-72).
Utah dominaba el partido con claridad y terminó de derribar el muro californiano a base de persistencia y sin necesidad de forzar a Rubio, que llegaba al duelo con molestias en el muslo izquierdo. El margen llegó a ser de 22 puntos en el último cuarto (76-98) y se mantuvo en cifras similares hasta el final.
"Es un sueño hecho realidad", dijo Ricky a EFE. "Sabe muy bien porque los playoffs es lo que más miras", reconoció el internacional español. "Cada abril, irse a casa sin poder jugar los últimos seis años era duro, pero por fin puedo decir que voy a jugar unos playoffs y con muchas ganas", declaró.
"Ahora es cuando los partidos importan de verdad y por primera vez lo voy a vivir en la NBA. Es un sueño hecho realidad", añadió. De entre todas las felicitaciones que le dio tiempo a leer en el vestuario antes de atender a la prensa, Rubio destacó el mensaje que recibió de su padre.
"Hemos vivido muchísimo. Sabemos que hay alguien ahí arriba ayudándonos y es para ella", dijo en alusión a su madre, Tona, fallecida en mayo de 2016. El base comentó también el abrazo en el que se fundió con su técnico, Quin Snyder, tras derrotar a Los Angeles Lakers. "Sabemos los dos lo que hemos sufrido. La química entre ambos ha ido creciendo partido a partido y respondo dentro de la cancha a la confianza que tiene en mí", declaró.
Utah se ha impuesto en 28 de sus últimos 33 partidos y llega envalentonado a los playoffs. "Hemos hecho un gran final de temporada, pero estamos yendo a más. Estamos con un nivel de confianza que en estos playoffs puede pasar cualquier cosa. Podemos sorprender a cualquiera", valoró.
En declaraciones al resto de medios, Rubio quiso dar las gracias a la franquicia por el recibimiento que se le dispensó desde el primer día. "Solo me han demostrado amor desde que llegué. Es genial estar en un grupo como este donde todos se preocupan por los demás. Somos una hermandad", indicó Rubio, quien recordó que ya posee experiencia en encuentros decisivos disputados en España, Europa y torneos internacionales.