Escándalo de grandes proporciones en las categorías inferiores del baloncesto estadounidense. Un equipo está en el centro del huracán debido a que incorporó a un torneo infantil, con jugadoras de 14 años, a una de sus entrenadoras con el objetivo de desvirtuar la competición y ganar la contienda.
Una decisión que ha provocado un gran revuelo en el entorno de la competición y también en el de los equipos implicados, ya que la entrenadora ha sido despedida por esta gravísima irregularidad. El suceso se produjo en una liga de colegio en la que un equipo, el infractor, tenía que jugar contra otro que a priori en nivel era muy superior.
Por ello, decidieron que en un momento dado del partido, y aprovechando el aspecto aniñado de la preparadora y de su poca estatura, entrara al encuentro para hacer valer su mayor poderío físico, su mayor velocidad y su mayor fuerza. Todo sucedió en Portsmouth, en el Estado de Virginia.
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La infractora es Arlisha Boykins, quien ha tenido que dar explicaciones a su propio equipo y que ya ha salido de la disciplina del club tras este terrible escándalo. En un momento del partido, decidió ponerse la camiseta de una de las niñas que estaba ausente en el encuentro y saltar a la cancha para intentar ganar el partido que disputaban los equipos de Churchland High JV y Nansemond River JV.
La joven, de 22 años y 8 años mayor que las jugadoras que estaban compitiendo, decidió saltar a la cancha para intentar ganarle el partido. A pesar de que la entrenadora no gozaba de una gran altura, las diferencias físicas y técnicas para la práctica del baloncesto eran notables, tanto es que la contienda quedó desvirtuada en pocos minutos. Boykins consiguió hacerse la dueña del partido rápidamente.
La entrenadora, con el dorsal '1' a la espalda, dio un auténtico recital y sublimó eso de 'jugar con niños' anotando varios puntos de manera consecutiva, repartiendo varias asistencias y demostrando su poderío en jugadas como bloqueos, tapones y rebotes. Ahí donde los jugadores más potentes y corpulentos marcan la diferencia.
Las imágenes que han trascendido del partido también muestran como un algunos momentos demuestra su buena mano desde la línea de tiros libres o incluso llega a chocar y a cargar a varias jugadoras rivales, las cuales tenían entre 14 y 15 años.
Las graves consecuencias
El padre de la niña que no jugó el partido y que dejó su lugar a la entrenadora se mostró sorprendido por la decisión que había tomado el equipo y la propia preparadora: "Los entrenadores siempre predican a los niños sobre la integridad y ese tipo de cosas, así que me sorprendió". Además, aseguró que no pudieron acudir al partido ni él ni su hija porque se encontraban fuera de la ciudad y que nadie les preguntó si estaban de acuerdo con esta usurpación de la identidad.
Tanto Arlisha Boykins como el entrenador jefe del equipo han sido despedidos por llevar a cabo esta conducta. Por si fuera poco, el escándalo ha tenido mayores consecuencias y es que la joven y su familia han pedido una disculpa pública por parte de los directivos del equipo, el cual ya han abandonado de manera definitiva. E incluso el propio equipo tomó la decisión de retirarse de la competición, hecho que anunciaron a través de un comunicado oficial.
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"La administración de Churchland celebró una reunión de padres y jugadores con los equipos junior y universitario. En la reunión, los jugadores de ambos equipos expresaron que no querían continuar esta temporada. Los oponentes y oficiales restantes de los equipos han sido notificados".
Quizás, lo más llamativo de todo es que a pesar de esta irregularidad manifiesta, la victoria del equipo infractor fue por solo dos puntos (47-45) de renta. Un triunfo que, lógicamente, ya ha cambiado de dueñas después de las medidas adoptadas.