El crecimiento de la Euroliga de baloncesto ha llamado la atención de Dubái y Emirates Group está dispuesto a poner sobre la mesa los millones que hagan falta para entrar en el negocio. La compañía, a través de su aerolínea Emirates, está dispuesto a multiplicar por seis la cantidad que actualmente paga Turkish Airlines por patrocinar la máxima competición continental.
La oferta de Emirates Group es de 60 millones de euros al año, por los 10 que actualmente ingresa la Euroliga por parte de la aerolínea turca a cambio del naming y patrocinio de la competición. Sin embargo, la propuesta recibida desde Dubái iría mucho más allá y supondría también una revolución en el baloncesto europeo.
El portal griego Gazzetta.gr desveló el interés de Dubái de acoger al menos una Final Four de la Euroliga dentro de los próximos cuatro años. Esta sería la primera vez que la máxima competición europea disputaría sus partidos por el título fuera del Viejo Continente. El pabellón en el que se disputaría la Final Four sería el Coca-Cola Arena con capacidad para 17.000 personas.
Pero los planes de Dubái no se frenan ahí, ya que el emirato sondea con los dirigentes de la competición el crear un equipo de cero y que juegue la Euroliga de forma fija, al igual que Real Madrid o Barcelona al tener licencias A. Este punto es el que más controversia levanta, incluso entre los propios clubes, ya que Dubái podría crear un superequipo sin límite salarial alguno y encarecer mucho el mercado tal y como ha pasado con el Manchester City o el PSG en fútbol.
La apuesta de Emirates Group por el baloncesto europeo va en serio. Esta oferta a la Euroliga es un paso más en la estrategia del emirato para lograr que Dubái sea sede de grandes competiciones. En los próximos años se realizará una gran campaña de imagen con la intención de abrir Emiratos Árabes Unidos al mundo.
Desde la llegada de Dejan Bodiroga al puesto de presidente en sustitución de Jordi Bartomeu, la Euroliga se ha marcado el abrir nuevos caminos para continuar con el crecimiento mostrado en los últimos años. Aceptar la oferta de Emirates Group supondría colmar sus aspiraciones a corto plazo, aunque también significaría renunciar a una parte de la historia de la competición.
Reducir pérdidas
La inyección económica que llegaría procedente de Dubái haría que los grandes clubes, como Real Madrid o Barcelona, redujeran pérdidas. Actualmente, el baloncesto europeo no es rentable y se necesitan explorar nuevas vías para poder luchar por un trozo del pastel que deja la NBA. La competición estadounidense, además, pesca cada vez jugadores europeos más jóvenes, lo que dificulta, y mucho, la labor de cantera de los equipos.
La Euroliga necesita exprimir el producto y para ello se encuentra una delegación en Dubái. La apertura de la vieja competición europea al mundo árabe está cada vez más cerca de producirse. 60 millones de euros al año tienen la culpa. De momento, la NBA ya está también estudiando la vía de los petrodólares como demuestran los partidos amistosos que han disputado los Bucks y los Hawks en Abu Dabi.