La selección española de baloncesto ha ido derribando una muralla tras otra en los últimos meses hasta lograr lo que para muchos es un hito: estar en semifinales del Eurobasket. Lo cierto es que nadie daba un duro por un equipo que ahora mismo tiene muchas opciones de meterse en la lucha por el oro.
Para ello, tendrá que tumbar a Alemania, un conjunto que si bien no estaba entre las favoritas antes de empezar el Europeo, ahora se ha ganado todo el respeto del mundo después de haber deslumbrado con un baloncesto espectacular y de haber vencido a una de las grandes favoritas. La Grecia de Giannis Antetokounmpo ya es historia gracias al complejo plan urdido por la mente brillante de Herbert, seleccionador germano de origen canadiense y de nacionalidad finlandesa.
Quien también tiene un plan y quien también ha sido adoptado por su nueva patria a pesar de haber nacido lejos de ella es Sergio Scariolo. El técnico de Brescia, querido como un español más después de engrandecer durante décadas el baloncesto nacional, ha demostrado en el presente Eurobasket por qué es uno de los mejores entrenadores de Europa. Nada define mejor a un buen técnico que sacar el máximo rendimiento de un equipo teniendo los menores recursos posibles. Y eso es lo que ha hecho el actual míster de la Virtus de Bolonia.
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De su pizarra han nacido los cimientos de una España que, sin el talento de antaño, ha seguido demostrando el carácter competitivo que nunca le debe faltar a un gran equipo en un campeonato de máximo nivel. De sus tácticas y sus estrategias se ha nutrido una Selección que tiene en el carácter y la raza de Rudy Fernández y en los puntos de Willy Hernangómez sus mayores armas para soñar con una nueva final de Eurobasket, algo que no sucede desde el año 2015, cuando se ganó a Lituania en un evento que también tuvo a Alemania como una de sus sedes.
La pizarra de Scariolo
De aquella Selección del año 2015 solo quedan tres piezas que han perdurado siete años después. En pista, los actuales líderes: Rudy y Willy. Y en el banquillo, su capitán general, Sergio Scariolo. Sin embargo, ya no hay rastro del talento que aportaban jugadores como Nikola Mirotic, Sergio Rodríguez, Felipe Reyes, Víctor Claver o Pau Gasol. El doble campeón de la NBA fue nombrado MVP de aquel torneo.
Sergio Scariolo sabía que llegaba al presente Eurobasket con un equipo que no se parecía en nada al que ha tenido en otros grandes campeonatos. Sin embargo, le ponía especialmente el reto de sacar lo máximo con lo mínimo. Eso y vencer a todas las críticas que se habían vertido sobre él y sobre este grupo antes y durante este Europeo.
Muy pocos confiaban en que este bloque falto del talento y de la experiencia de las estrellas del pasado pudiera llegar tan lejos como ha llegado y que ahora mismo fuera clara favorita al oro a tenor de lo mostrado por equipos como Serbia, Grecia o Eslovenia que se han quedado por el camino. Otra 'grande' como Francia se ha salvado in extremis en dos ocasiones. Pero los galos siguen vivos.
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Si algo ha mantenido a flote a España en muchos momentos ha sido la pizarra de Scariolo, la cual ha brillado sobre todo en defensa. Desde un primer momento, el entrenador italiano sabía que el juego ofensivo no sería uno de los fuertes de su equipo. Un base nuevo como Lorenzo Brown, jugadores que se conocían poco y una mala dinámica arrastrada de las derrotas en la fase de preparación. Por ello, optó por el camino más fácil hacia el aro rival y, a partir de ahí, intentar crecer.
España puso en práctica un estilo de juego muy definido en los primeros partidos. Cargar el juego interior con balones a Willy Hernangómez y esperar a que este recibiera las ayudas en dos contra uno de las defensas rivales. Con un hombre menos defendiendo por fuera, sería mucho más fácil sacar el balón al exterior y aprovechar los huecos para lanzar o penetrar. Poco a poco, España fue encontrando acierto desde el triple para que las amenazas se multiplicaran en todos los puntos de la cancha.
Aprovechando esa conexión constante con el juego interior fue fomentando la que sería una de las tácticas posteriores: el buen entendimiento entre Lorenzo Brown y Willy. De su pick&roll ha vivido durante muchos momentos esta España como se pudo ver en los primeros minutos de la segunda parte ante Finlandia. Siempre que el base americano ha sabido encontrar en ventaja al pívot, han sucedido cosas buenas para la Selección. Y ni los Sabonis, Valanciunas, Markkanen y compañía han podido parar eso. A veces lo más sencillo es lo más dañino y efectivo. Sobre todo cuando no se tienen más recursos.
Los resultados y los buenos minutos de juego fueron permitiendo a España ampliar su arsenal ofensivo. Juancho aparecía como elemento discordante para las defensas rivales desde el perímetro y por ahí se generaban espacios que eran bien aprovechados por jugadores como Lorenzo Brown o Xabi López-Arostegui para penetrar hasta la cocina.
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Además, Scariolo ha sabido ir dando cabida a sus jugadores en los momentos calientes del partido cuando realmente estaban enchufados. Así les hacía ir creciendo en su confianza y en su implicación en los buenos resultados del equipo. Un caso muy especial es el de Darío Brizuela, seguramente el anotador más específico que tiene España y que no empezó el Eurobasket siendo muy protagonista.
Su fase de preparación fue realmente discreta. Sin embargo, Scariolo supo madurar su entrada al equipo hasta que era el momento idóneo. Así consiguió que su aparición en partidos como el de Montenegro y, sobre todo, el de Finlandia, fueran claves con 18 y 14 puntos respectivamente. Siete de esos tantos contra los fineses sirvieron para relanzar la tan necesaria remontada de España.
Los retoques en ataque de Sergio han sido importantes, pero más lo han sido en defensa. El más destacado sin duda alguna es la importancia que ha tenido en este equipo Alberto Díaz. El base de Unicaja fue descartado en un primer momento, pero llamado después tras la baja de Sergio Llull y tras el rechazo a Juan Núñez. Una decisión que generó cierta polémica, pero que, casi como todo, le ha salido a pedir de boca a Scariolo.
En un equipo falto de bases imaginativos, por eso se nacionalizó a Lorenzo Brown, quien ha destacado ha sido uno de carácter defensivo. Alberto Díaz ha coincidido mucho en pista con el americano en los momentos calientes. Uno daba la cara en ataque. El otro era el perro de presa en defensa. Y el jugador de Unicaja ha sido clave con algunos robos y algunos marcajes específicos que han servido para cambiar partidos. Acciones suyas contra Turquía sobre jugadores como Shane Larkin o contra Finlandia han metido a España entre las cuatro mejores del Viejo Continente.
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Pero no solo de protagonistas ha vivido España y es que en la pizarra defensiva de Scariolo también hay hueco para lo colectivo evidentemente. Los cambios a una defensa en zona, preferiblemente 1-2-2 o 2-2-1, según las características del rival, han cortocircuitado a equipos como Lituania o Finlandia cuando estaban exhibiendo un mayor poderío ofensivo que la Selección. Decisiones que han ido cambiando el rumbo del combinado nacional en su camino hacia el oro.
Por si esto fuera poco, el entrenador italiano también ha sido capaz de generar importantes sinergias defensivas con asociaciones de jugadores de un perfil parecido. Se ha podido ver cuando coinciden en cancha Alberto Díaz y Rudy Fernández y también con el trío que forman Usman Garuba, Jaime Pradilla y Joel Parra. Cuando estos nombres con buen entendimiento y lectura del juego se unen, España crece y aumenta su nivel físico, uno de sus mayores hándicaps.
Ahora, como dice el propio Scariolo, España se enfrenta al mejor equipo del Eurobasket y para seguir avanzando y para superar a un combinado tan físico como el conjunto germano será clave poner atención a todas las defensas individuales: "Tenemos que ir a por ellos, no podemos esperar que nos arrastren en la pintura o que hagan valer su superioridad física porque lo pasaríamos muy mal".
El carácter de Rudy
Si hay un jugador clave en las pizarras de Sergio Scariolo, pero que merece mención aparte, ese es Rudy Fernández. El mallorquín está viviendo a sus 37 años su enésima juventud. Después de otra temporada en la que ha sido clave en el Real Madrid y que ha cerrado de manera brillante con el título de Liga Endesa, ahora quiere poner el broche de oro al verano con una medalla en el Eurobasket. A ser posible la de primer clasificado.
Rudy es ese jugador que a pesar de tener media espalda destrozada se sigue jugando la vida por cada balón, se gane de quince o se pierda de paliza. Va en su carácter intrínseco y en una naturaleza que le obliga a no rendirse nunca. Esa es su meta en esta nueva Selección que ahora capitanea y de la que se ha convertido en ese padre o ese hermano mayor del vestuario. Al que no le faltan años, le falta experiencia en citas como esta.
Por ello, una de las máximas que ha puesto en práctica desde que arrancó la concentración de España es que, si un tío de 37 años que lo ha ganado todo se sigue jugando el tipo por cada jugada, cómo no van a hacerlo los demás. Conseguir contagiar eso en un grupo tan nuevo tiene un mérito increíble.
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Para el recuerdo quedará siempre esa charla-bronca en el vestuario contra Finlandia. Suyo fue el mérito de la reacción que tuvo el equipo en la segunda parte. Ni siquiera Scariolo se atrevió a poner una sola coma al discurso del capitán que había hecho tambalearse los cimientos del vestidor del Mercedes Benz Arena de Berlín. Hacía falta una reacción que el balear terminó encontrando.
No están siendo unos meses fáciles para Rudy en lo personal después de la pérdida de su padre, pero son los éxitos deportivos, como los vividos con el Real Madrid, los que le están ayudando a afrontar los momentos más duros. Regalarle triunfos de este calibre a quien le cuida desde el cielo es uno de sus propósitos en el final de su carrera deportiva.
"Nosotros disfrutamos compitiendo. Ese es el mensaje de Rudy. Creo que necesitaremos un nivel de concentración muy alto para llevar a la cancha lo que preparamos. Esa es también una forma de disfrutar. Sentirse un jugador a la altura del campeonato. Desafíos nuevos y ver que se puede responder". Así definía Sergio Scariolo cuál era la principal función de Rodolfo Fernández Farrés en este equipo. Un capitán con mayúsculas.
Si por el camino consigue enchufar algunos de sus triples mágicos, como en el último cuarto ante Finlandia, mejor que mejor, ya que el alero español sigue siendo uno de los mejores tiradores del Viejo Continente. Sin embargo, el principio de la importancia de Rudy en sus equipos reside en transmitir aunque sea unas simples gotas de su carácter irreductible a todos y cada uno de sus compañeros. Que todos tengan un poco de Rudy cuando salten a la cancha incluso cuando él no está para recordárselo.
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En lo más puramente deportivo, Rudy tiene una media de ocho puntos por encuentro en los casi 17 minutos que pasa en pista. Solo se ha perdido el partido ante Turquía porque los 37 ya pesan. Pero fue clave ante Lituania y Finlandia con 13 y 11 puntos respectivamente. Está casi en el 42% de acierto en el tiro de tres, solo Jaime Pradilla le supera en la Selección aunque el mallorquín anota más del doble de lanzamientos por partido. Rudy cambió el rumbo de la temporada en el Real Madrid con aquella famosa barbacoa organizada junto a Llull y ahora parece haberlo hecho con aquella charla cual Leónidas en la batalla de las Termópilas de los 300 en el descanso ante Finlandia.
Willy pone la estrella
En un equipo de eminente carácter defensivo y que presume de fortaleza colectiva y de garra, también hace falta alguna estrella. Y en este Eurobasket, la luz para España está siendo Willy Hernangómez. Se esperaba un paso al frente del jugador de los New Orleans Pelicans y lo ha dado con creces. Además, lo ha hecho sin hacer ruido, manteniendo un perfil bajo, centrado en su trabajo y en su cometido.
El Europeo que está cuajando el pívot de España está siendo de escándalo. De hecho, si consigue pasar a la final y ganar el oro será el candidato número uno a ganar el trofeo de MVP. El último jugador nacional en conseguirlo fue Pau Gasol, en aquel torneo ganado en 2015. Suceder en esa lista a uno de los mejores europeos de todos los tiempos y a la mayor referencia del baloncesto nacional sería un logro tremendo.
Scariolo quería y necesitaba más de algunos jugadores para una competición a la que iba a ir sin estrellas. Jugadores como Willy, Juancho o Garuba tenían que hacer valer su condición de NBA para intentar marcar la diferencia. Y Willy fue el primero que respondió, siendo referencia en la fase de preparación. Se subió en la estela de la brillantez y no se ha bajado de ella en ningún momento.
Hasta el momento, Willy suele estar en cancha unos 22 minutos por partido. En ese tiempo promedia más de 17 puntos y más de 7 rebotes por encuentro. Ya se ha convertido en una de las figuras destacadas en el juego interior de todo el Eurobasket y es que su dominio de la pintura ha sido total.
Nadie ha sido capaz de pararle y aunque tendrá otra dura prueba contra Alemania, llega lanzado después de hacerle 27 puntos a Finlandia con un 10 de 13 en tiros de campo. De él ha vivido España en ataque durante muchos minutos y a él se vuelve a agarrar la Selección para asegurarse una presea en este Europeo.