La corriente antivacunas no se ha quedado simplemente en algunos estratos de la sociedad, sino que también ha tenido cabida en la élite deportiva. Kyrie Irving es uno de los ejemplos, pues pese a las presiones de NBA y franquicia se ha mantenido en la misma posición. Un jugador al que Novak Djokovic, otra estrella antivacunas, no puede seguir. Las diferentes formas de competición complican que el serbio pueda acabar venciendo como ha sucedido con el jugador de baloncesto.
Kyrie Irving dejó claro desde un primer momento que no recibiría ninguna dosis de la vacuna. El jugador de Brooklyn Nets no dudó ni en defender ciertas teorías de la conspiración donde mezclaban planes satánicos con la inoculación del remedio contra la Covid-19. Sus versiones, además, las sustentaron otros muchos jugadores. El estadounidense se creó su propio 'perfil' y rompió con la amplia vacunación que se estableció en la competición referencia del baloncesto mundial.
Esta actitud le ha costado ser apartado del equipo, perder salario y recibir numerosas críticas. Todo para acabar ganando su batalla y recibiendo el visto bueno para jugar. Un escenario que Djokovic tiene más complicado por diferentes razones.
El serbio también se ha mostrado contrario a la vacuna. El tenista pasó de no mojarse sobre si había recibido alguna dosis a, por el caso del Open de Australia, rebelar que no tenía ninguna vacuna. Desde entonces los países comenzaron a actualizar sus normativas sanitarias. Muchos como Francia pusieron la vacunación obligatoria. Y el calendario de Djokovic se empezó a desmembrar.
El número uno del mundo, si sigue defendiendo sus ideales, no podrá participar en algunos de los Grand Slam de la temporada. Algo que le hará caer en el ranking y alejarse de la pelea por ser el tenista con más Grand Slams de la historia. Nadal le ganó la partida en Australia, pero ese escenario puede ser solo el primero de muchos a lo largo de 2022.
En su última entrevista, Djokovic ha sido tajante: "Los principios de decisión sobre mi cuerpo son más importantes que cualquier título o cualquier otra cosa. Intento estar en sintonía con mi cuerpo todo lo que puedo". Sin vacuna, no habrá torneos como Roland Garros. Y este conflicto, por mucho que el serbio presione, no puede ganarlo como sí ha hecho Irving.
Irving sí venció
Mientras otros muchos jugadores acabaron cediendo a peticiones y presiones tanto de franquicias como de medios, Irving siempre se mantuvo en la misma posición. No se iba a vacunar. Menos aún si la NBA no lo establece como obligación para competir. "Estoy protegido por Dios", llegó a indicar en uno de sus peores momentos. Todo mientras era consciente de que su carrera podía cambiar notablemente.
"Vamos a tener seguro que jugar sin él este año y su vuelta depende de cuándo, dónde y cuánto. Tenemos que seguir siendo flexibles y tener la mente abierta para intentar resolver la situación según vaya sucediendo", subrayaron desde los Nets. Irving no podía entrar en ningún recinto de Nueva York sin vacunar por la ley de la ciudad. Y los de Brooklyn, con varias opciones sobre la mesa, decidieron apartarle.
El estadounidense siguió con su estrategia. Perdió dinero por las sanciones aplicadas a su salario y protagonizó numerosos titulares. Todas las miradas, todas las críticas, apuntaban a él. Pero todo cambió con el nuevo año. Los Nets le incorporaron a su rotación con el objetivo de mejorar los resultados deportivos e Irving confirmó su triunfo. Sin vacuna alguna, iba a jugar tal y como hacía antes de la pandemia.
Pero, por si fuera poco, también ha abierto un conflicto entre NBA y Nueva York. La ciudad cuenta con nuevo alcalde y la competición, por medio de su comisionado, ha criticado la diferencia de criterios que se establecen. Adam Silver siempre ha defendido la vacunación entre jugadores, pero ha querido poner sobre el foco las contracciones de las autoridades neoyorkinas.
"Lo extraño para mí es que solo se aplica a los jugadores locales", ha destacado Silver en las últimas horas. Si esa regla "trata de proteger a las personas que están en el pabellón, no tiene mucho sentido" que "un jugador visitante que no está vacunado pueda jugar en Barclays, pero el jugador local no". Unas palabras que, en parte, son una defensa para Kyrie Irving.
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