Se quedó fuera del top75 que hizo la NBA por su aniversario, pero lo único que quería toda la competición es que volviera a jugar. Klay Thompson llevaba 941 días esperando salir de su particular infierno y los minutos anteriores a saltar al Chase Center de San Francisco apenas podía contener la tensión de volver a sentirse jugador de baloncesto. Sus compañeros vestían su camiseta y ni una lesión de Draymond Green en el calentamiento le hizo perderse el gran instante.
Dos años y medio después de romperse el cruzado y el aquiles, el escolta regresaba a las canchas y lo hacía a lo grande, con victoria de sus Golden State Warriors ante los Cleveland Cavaliers y con unas sensaciones a nivel personal como si nada de todo lo vivido hubiera pasado en realidad. Metió la primera canasta del partido con un mate a una mano y con la que levantó aún más a las gradas de un pabellón que estaba entregado a la causa.
Su partido, en el que al final firmó 17 puntos en 20 minutos, es un ejemplo. También antes de marcharse a los vestuarios, en una jugada posterior, pudo meter su primer triple. Para no perder ritmo se puso a pedalear en una bicicleta estática. Su carta de presentación a la NBA fue de tres de ocho en tiros de tres y cuatro de 10 en tiros de dos, no acorde a sus números de siempre pero superando cualquier expectativa sobre alguien que ha estado casi mil días sin poder jugar al baloncesto.
"Ha sido un momento muy especial, jamás lo olvidaré", suspiró Thompson después del partido. "Dios, ha sido divertido. Ha valido la pena, cada día fuera, cada día de preparación, cada momento. Estoy agradecido por volver a competir, ha sido un camino largo y estoy orgulloso de mí mismo. Hay momento en los que llegas a dudar de si podrás ser el mismo, y salir ahí, lanzar y defender, competir, ha sido algo muy especial", sentenciaba el jugador.
Una resurrección
Una pandemia y una rotura del Aquiles después, cuando en noviembre de 2020 ultimaba su retorno, uno de los mejores tiradores de la historia protagonizó su particular resurrección. A punto de cumplir 32 años, su integración en la rotación del segundo mejor equipo del Oeste a las órdenes de Steve Kerr será progresiva y de momento no disputará los back to back. Regresa cuando los de San Francisco vuelven a llamar a la puerta del anillo.
Aquel 13 de junio de 2019, Klay, hijo de Mychal Thompson, lanzó dos tiros libres ya con su rodilla izquierda quebrada. Se puso en manos de Rick Celebrini, el exfutbolista canadiense que es ahora el director de medicina deportiva de los Warriors, y trazaron un plan mientras el equipo pasaba por un par de temporadas de barbecho. Ahora, tras un proceso muy cauteloso, el escolta quiere volver a ser ese hombre que batió los récords de puntos en un solo cuarto o el de triples en un partido.
[Más información: Klay Thompson, 941 días después: la estrella forjada junto a Stephen Curry regresa tras un calvario]