Los Angeles Lakers han pasado de ser el mejor equipo de la NBA a instalarse como uno mediocre en poco más de un año. El 12 de octubre de 2020, tras una temporada que se fue alargando por la pandemia y se terminó en una burbuja, LeBron James y compañía conseguían el anillo. Solo 14 meses después, y tras una temporada ya decepcionante de por medias, no se ve salida para este oscuro túnel.
Cinco derrotas consecutivas. Ese es el récord actual de los Lakers después de perder en Navidad ante los Brooklyn Nets (115-122) en un partido en el que James Harden hizo un triple-doble y se presentó la Crypto.com Arena, el nuevo nombre del mítico Staples Center que acoge los partidos de Lakers y Clippers en la NBA.
Es cierto que los Lakers se están viendo afectados por las bajas por Covid y por las lesiones, especialmente la de Anthony Davis (esguince de rodilla izquierda) que se extenderá por tres semanas más. Pero así están ahora mismo, prácticamente, todas las franquicias y no puede servir de excusa.
LeBron hacía autocrítica tras el último partido: "Obviamente, esta racha perdedora no es algo que ninguno de nosotros quiera. Pero nadie va a sentir lástima por ti. Nadie va a sentir pena por nuestro récord. Nadie va a sentir lástima por personas que … yo pienso en equipos como Golden State o Phoenix, todo el mundo tiene jugadores fuera. Así que, cuando tengas la oportunidad, coge lo que tienes y aprovéchalo al máximo. Sal y juega con tu sistema". Ante los Nets, el Rey anotó 39 puntos (13 de ellos en el último cuarto), cogió nueve rebotos y dio siete asistencias.
El día 30 de diciembre cumplirá 37 años, pero que LeBron James sigue siendo la referencia de los Lakers está fuera de toda duda. Con él siempre se puede soñar con todo, el problema es cuando no está. El cuatro veces MVP de la NBA jugó 40 minutos y en ese tiempo el balance de su equipo fue +9, pero en los únicos ocho minutos en los que no estuvo todo se cayó hasta llegar a un -16 en el lado angelino. Desastre.
La situación de los Lakers es difícil explicar, pero está claro que uno de los problemas (o el principal) es lo mal que han salido los fichajes realizados en verano. Más nombre que nivel y así se dan casos como el de Russell Westbrook, principal señalado, que en 37 minutos en pista tuvo un balance de -23.
Los Lakers, ahora mismo, son séptimos en la Conferencia Oeste de la NBA, pero tienen a Mavericks y Timberwolves soplándoles al cuello. Eso significa que, de acabar así, tendría que jugar por segundo año consecutivo el play-in y, si termina 9º o 10º, hacerlo con una ronda más. Tras un inicio de temporada nefasto, que algunos catalogan de accidente, o hay signos de mejoría llegados a los 34 partidos disputados y, por delante, quedan 47 que medirán hasta dónde se puede llegar con un equipo así.
Sin esperanzas en el mercado
El mercado de la NBA se calentará entrado el nuevo año y, antes de que se cierre a mediados de febrero, se darán movimientos importantes. Los Lakers buscan qué pueden hacer para cambiar el rumbo del equipo, pero no cuentan con demasiado margen. Tiene tres jugadores acumulando 122 millones de los 151 totales del equipo y Westbrook, la pieza que falla, que cobra 41,3 millones anuales, es casi imposible que salga.
Lo que tienen para negociar no es demasiado. Primero de todo, no cuentan con activos de Draft de primeras rondas para hacer traspasos puesto que están condicionadas a los Pelicans y los de segunda que poseen son solo de 2023 y 2025. En cuanto a sus jugadores, las principales opciones serían Talen Horton-Tucker (10,2 millones) y Kendrick Nunn (5,1 millones).
El calendario que queda
Pinta feo para los Lakers que, por si fuera poco, tendrán uno de los calendarios más difíciles en lo que queda de temporada. Tiene pendientes siete partidos contra los tres primeros de su Conferencia: Golden State Warriors (3), Phoenix Suns (2) y Utah Jazz (3). Además, les quedan tres partidos contra tres de los cuatro primeros de la Conferencia Este: Brooklyn Nets, Milwaukee Bucks y Miami Heat.
LeBron James necesita de un milagro para hacer que sus Lakers vuelvan a carburar. Llevan más de un año de capa caída y no se atisba solución para un equipo que se presuponía que estaría esta temporada entre los más dominadores de la NBA. El proyecto ha fallado y cada vez hay menos tiempo para enmendar los errores.