Tener 16 años, jugar al baloncesto y pelear por un puesto en la NBA del futuro. Es el sueño de cualquiera que haya jugado al deporte de la pelota naranja, pero que para muchos queda en eso: una simple ilusión de un chaval que aún tiene que estudiar para ser algo el día de mañana. Contra estos estigmas viene a luchar una nueva competición de adolescentes de entre 16 y 18 años que se ha instalado en Estados Unidos y que promete un salario estratosférico y una formación académica.
El anuncio de Overtime Elite League se produjo hace unos meses con el objetivo puesto en septiembre. En esa fecha comenzará lo que no es una liga entre equipos, sino que tiene un formato muy diferente y basado en la formación de talento. Se prevé que hasta 30 jóvenes de todo el mundo participen en este embrión de revolución baloncestística. El proyecto se define como "una nueva liga deportiva transformadora" que ofrece a las estrellas más jóvenes "un mejor camino para convertirse en deportistas profesionales".
Overtime ofrece "un programa de desarrollo a lo largo de todo el año" que mezcla entrenamiento de primer nivel, el uso de la tecnología más novedosa en el deporte y, muy importante, un "programa académico riguroso y altamente personalizado" para dar una formación lo suficientemente completa al joven jugador. Además, su forma de trabajar no olvida que se deben al público, y por ello apuestan por "atraer e inspirar a una nueva generación de aficionados".
Sin embargo, todo ello entra dentro de lo previsible para una nueva liga destinada a los más jóvenes. Lo novedoso, rompedor e incluso sorprendente para cualquiera que mire las promesas desde la lejanía, es que asegura un salario de 100.000 dólares anuales a cada uno de los jóvenes que se incorpore a la Overtime Elite League, así como una participación en el mundo del negocio deportivo.
"Cada jugador ganará un salario de seis cifras, con un salario mínimo garantizado de al menos 100.000 dólares al año, además de bonificaciones y participaciones en Overtime", aseguran en cada nota de prensa. "Además, los jugadores participarán en los ingresos por el uso de su nombre e imagen, incluso a través de las ventas de camisetas personalizadas, tarjetas comerciales o videojuegos". Unos salarios que cumplen lo requerido por la Corte Suprema de Estados Unidos, que aprobó que los jugadores de la NCAA -liga universitaria- pudieran cobrar más allá de la simple beca.
La oferta, como es evidente, es difícil de rechazar para los más jóvenes. Sin embargo, queda por ver si el proyecto acaba cuajando y si la inversión realizada es suficiente. Los 'padrinos' con los que cuenta generan mucho optimismo, pero la rivalidad en un mercado que cada vez crece más puede complicar su avance. Porque, más allá de la OTE -Overtime Elite-, existe la tradicional NCAA, el innovador NBA G League Ignite -equipo joven creado para competir en esa liga- y un nuevo proyecto como Professional Collegiate League.
Apoyo de grandes estrellas
La idea de crear Overtime Elite League nació hace unos cuatro años. Overtime, en primer lugar, es una empresa de medios deportivos. Conscientes del mercado en el que se movían, detectaron que las redes sociales eran una clave más en el mundo del deporte. Y según cuentan en su propia presentación, "los medios deportivos no se habían puesto al día".
"Hoy en día, nuestra programación se ve más de 18.000 millones de veces al año y hemos creado una audiencia de más de 50 millones en todas nuestras plataformas", resaltan en esa autobiografía. Esos vídeos de mejores jugadas en pabellones universitarios que, por su espectacularidad, dan la vuelta al mundo en plataformas como Instagram.
Pero todo comenzó cuando en 2019 celebraron un evento con jugadores jóvenes de baloncesto. Estos, acompañados de sus familias, trasladaron a los ideólogos qué pensaban, qué les afectaba a la hora de jugar y cómo compaginaban el deporte con los estudios. Y ahí entendieron que faltaba "acceso a una mejor formación", que "no se da prioridad a los estudios" y que "los jugadores no pueden aprovechar su valor en el mercado".
Según la CNBC, el proyecto cuenta con 80 millones de dólares de respaldo procedentes de personajes como Jeff Bezos, Drake, Carmelo Anthony o incluso Kevin Durant, que se atrevieron participar en la empresa Overtime. Anthony, histórico de la NBA, figura en su organigrama como miembro del Consejo de Administración. Igualmente, también destacan Malcolm Turner -expresidente de la G-League- o Avery Johnson -exjugador y exentrenador de la NBA-. En la cúspide, sin embargo, se encuentran Dan Porter y Zack Weiner como CEOs de la empresa, Brandon Williams como Jefe de Operaciones y Aaron Ryan como presidente.
Todos ellos conforman un proyecto que ilusiona, especialmente por esa promesa de los 100.000 dólares anuales, pero al que solo accederán los jugadores más selectos.
Un fichaje del Real Madrid
Las incorporaciones a este nuevo proyecto se han ido sucediendo en los últimos meses, pero no ha sido hasta este verano cuando el primer gran fichaje ha afectado a una cantera nacional. Concretamente la de Real Madrid, cuyo canterano pondrá rumbo a Atalanta (donde está la sede). Se trata de Alexandre Dam Sarr, joven de 16 años de origen francés que se ha convertido en el primer europeo en fichar por Overtime.
Sarr llegó al filial merengue en 2019 y dos temporadas después saltará a Estados Unidos. El objetivo no es otro que poder jugar en la NBA y su nombre supondrá uno de los primeros 'experimentos' de esta fábrica de talentos. "Desde su experiencia jugando como júnior en el Real Madrid, Alexandre aporta una profesionalidad juvenil y un deseo de ser grande, que será un gran beneficio para sus compañeros de equipo y nuestra liga", anunciaron en la empresa.
A él se han ido sumando otros jóvenes como los hermanos Amen y Ausar Thompson, que están dando mucho de qué hablar, o un Jean Montero que pasó por el filial del Gran Canaria y que también apunta maneras.
Overtime Elite League, por lo tanto, queda marcada como un nuevo trampolín hacia la NBA. Competirá con la tradicional NCAA y con esa nueva Professional Collegiate League. El Draft del 2023 se plantea como el primer examen de calidad a esta innovadora y cara apuesta.
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