Un reto "excelente e insuperable": así lo ha definido la española Beatriz Flamini al salir por fin de la cueva de Motril, localidad costera de Granada, de 70 metros de profundidad, en la que ha vivido completamente sola durante los últimos 500 días: más de un año y seis meses. A las 9.00 de la mañana de este viernes, Flamini ha vuelto a percibir la luz natural tras unas gafas de sol, en aparente buen estado de salud y luciendo una amplia sonrisa.
En la rueda de prensa que ha ofrecido a los medios, entre risas y emoción, ha afirmado que sigue "anclada en el 21 de noviembre del 2021", cuando entró en la cueva: "No sé lo que ha pasado en el mundo (...) Hubo un momento en que tuve que dejar de contar los días, creo que fue el día 65, pero no del calendario, sino el mío".
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Beatriz Flamini entró a sus 48 años y ha salido con 50. Dos espeleólogos y una psicóloga fueron a buscar a la que ha batido el récord mundial de permanencia en una cueva en aislamiento, del que informó en primer lugar y en exclusiva EL ESPAÑOL el pasado martes. Salir de la cueva ha tomado unos 40 minutos de expectación mientras en el exterior la esperaban los intensos abrazos de sus amigos, un caluroso aplauso y miembros del equipo que ha seguido a diario su situación.
Quién es Beatriz Flamini
Beatriz Flamini es una figura destacada en el mundo del deporte y la montaña. Como técnico superior deportivo y docente de guías de baja y media montaña, cuenta con una formación en prevención de riesgos laborales en altura, espacios confinados y trabajos verticales.
Desde su infancia, la atleta había demostrado una gran pasión por el taekwondo y otros deportes desafiantes. A los 17 años, Flamini renunció a la posibilidad de participar en los Juegos Olímpicos para dedicarse de lleno a explorar el mundo de la montaña y vivir en comunión con la naturaleza. Allí comenzó su relación con lo extremo.
Desde entonces, Flamini ha llevado su pasión por la escalada y el montañismo a nuevos niveles. A través de su perfil personal de Instagram, se pueden apreciar impresionantes imágenes de la atleta aislada en zonas de montaña a alturas de hasta 2.000 metros. Su valentía y habilidades técnicas la han llevado a convertirse en una referencia en el mundo del alpinismo y la escalada.
Qué hacía bajo tierra
Durante los últimos 500 días de vida de Flamini, en absoluto aislamiento, ha ido sincerándose y analizando como podía sus emociones ante una cámara. Después de cada grabación dejaba en la zona de intercambio de la cueva las tarjetas de vídeo y recogía los alimentos que le dejaba el equipo del proyecto Timecave en colaboración con otras entidades públicas y privadas. Durante todo el proceso, Beatriz Flamini ha podido enviar información al exterior, pero no recibirla.
Cada 20 o 30 días el equipo de espeleólogos dejaba en esa zona de intercambio agua y comida. Pero ella iba cuando podía, porque había perdido totalmente la noción del tiempo. En la oscuridad de esta cueva granadina de Motril, sólo atenuada por una linterna encajada en su casco, ha matado el tiempo leyendo libros de filosofía, espeleología y exploraciones.
Por qué ha permanecido 500 días metida en una cueva
La experiencia de la deportista de élite española forma parte del proyecto Timecave (la cueva del tiempo) que arrancó cuando Beatriz Flamini, experta en autosuficiencia y apasionada de las expediciones en solitario por las cimas más altas del planeta, contactó con la productora Dokumalia para proponerle este reto: permanecer sin contacto exterior, totalmente sola, en una cueva durante 500 días.
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Un experimento sin parangón que han seguido de cerca la Universidad de Granada y la Universidad de Almería para analizar cómo afecta el aislamiento social y cognitivo, y la desorientación temporal extrema a la percepción del tiempo. También para estudiar los cambios neuropsicológicos que conlleva este increíble esfuerzo que es, en realidad, todo un desafío: vivir en completa soledad y en ausencia de luz natural.
Antes de adentrarse de lleno en esta aventura, la Federación Andaluza de Espeleología contactó con el que se convertiría en el coordinador y responsable de seguridad del proyecto: David Reyes, del Club de Espelelogía de Motril (Granada). El primer objetivo del experto y sus 12 compañeros fue recomendar una cueva que reuniera las condiciones óptimas para llevar a cabo este desafío extremo. Asesoraron al equipo del proyecto Timecave en materia de planificación: la provisión de energía a través de la instalación de placas solares y la disposición de un sistema antipánico en caso de peligro o accidente, entre otras.
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Beatriz Flamini y otros récords parecidos
El récord mundial que ostenta ahora Beatriz Flamini supera al alcanzado por el serbio Milutin Veljkovich, que pasó 463 días en la cueva de Samar, en la antigua Yugoslavia, aunque en circunstancias muy distintas, porque no experimentó aislamiento social ni temporal. Cabe destacar que el español Miguel Mataix es el único precedente: en 1965 permaneció en aislamiento absoluto durante 21 días en Sima Simarro (Alicante).
Los vídeos que ha ido grabando conforme transcurrían estos 16 meses formarán parte de un documental producido por Dokumalia. Esta productora está especializada en cine documental y televisión en contextos extremos, de naturaleza y outdoor, con producciones que han emitido canales como Discovery Max, Mega, TVE o La 2.
Además, dado que apenas existen estudios sobre los procesos de adaptación neuropsicológica por los que puede pasar una persona en absoluto aislamiento, oscuridad y desconexión temporal, la vivencia de Beatriz Flamini tiene un valor incalculable para la investigación en Neuropsicología Clínica y Experimental e Investigación en Ciencias Sociales y de la Salud. Una parte que lidera Julio Santiago, del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la Universidad de Granada.