La suspensión del contrato entre Nike y Maria Sharapova no es el primero que se rompe entre una marca y un deportista después de que aparezca un gran escándalo. Ya sea por dopaje, como la tenista rusa, o por temas familiares, por asesinatos o un sinfín de temas.
Desde números uno en activo como Tiger Woods o referentes retirados como Lance Armstrong, a todos les dieron la espalda las grandes marcas cuando salió a la luz que la imagen de la que gozaban no era tal. Aquí repasamos a algunos de ellos.
Tiger Woods
A finales de 2009, al mejor golfista del mundo le llegó uno de los grandes escándalos en el deporte de los últimos tiempos. El estadounidense tuvo un extraño accidente de coche que sirvió para descubrir que estaba siendo infiel a su esposa, además de dar a conocer su adicción al sexo. El escándalo fue de tal envergadura que a Woods prácticamente le dejaron todos solos: a la vez que se iba hundiendo en el campo de golf perdía patrocinadores.
La empresa de relojes TAG Heuer, que también abandonará a Sharapova, finiquitó con el golfista el contrato que le proporcionaba unos 10 millones de dólares. El argumento fue que la imagen que tenían de Woods era la de "un hombre de familia", algo incompatible con sus relaciones extramatrimoniales. También le abandonaron marcas como Gillette, Accenture, AT&T, Gatorade y Golf Digest. Todas ellas le hicieron perder 25 millones de dólares y dejar de ser el deportista que más dinero ganó por publicidad de la historia.
Lance Armstrong
En enero de 2013, el considerado mejor ciclista de todos los tiempos reconoció haberse dopado, utilizado EPO, testosterona y transfusiones de sangre. Las consecuencias deportivas fueron tajantes: perdió los siete Tour de Francia ganados entre 1999 y 2005 y fue suspendido de por vida.
Lógicamente, la historia se repitió en cuanto a patrocinadores: le abandonaron empresas como Honey Stinger, Anheuser-Busch o Nike. Esta última volvió a ser la más relevante. Armstrong y Nike llevaban colaborando juntos 16 años, también con la Fundación del ciclista (con la cual sí se mantuvo el patrocinio). Nike pudo darle al estadounidense alrededor de 50 millones de euros y en total, se calculan en más de 150 millones de dólares las pérdidas de todos sus contratos.
A Alberto Contador también le pasó algo similar cuando dio positivo por clembuterol en el Tour de Francia de 2010. Perdió unos 6,7 millones de dólares.
Manny Pacquiao
Es el caso más reciente. Unas declaraciones homófobas, dijo que los homosexuales "eran peor que los animales" obligó a Nike a romper al instante el contrato que les unía desde 2008 y que proporcionó al boxeador unos siete millones de dólares. La compañía fue tajante con un comunicado: sus declaraciones, para Nike, fueron "aborrecibles", oponiéndose "ferozmente a la discriminación de cualquier tipo, demostrado en un largo historial de apoyo y defensa de la comunidad LGBT".
Oscar Pistorius
El ocaso del atleta paralímpico llegó por la acusación de asesinar a su novia Reeva Steenkamp, por la que llegó a estar en la cárcel y actualmente en libertad bajo fianza. Marcas como Nike (que le había apoyado por su ejemplo de superación), la firma de telecomunicaciones británica BT, el fabricante de gafas de sol Oakley, y el diseñador francés Thierry Mugler, retiraron al sudafricano de todas sus campañas publicitarias. Perdió en torno a dos millones de dólares anuales
Más deportistas
Curioso fue el caso de la ruptura de contrato entre Ronaldinho y Coca Cola. El exfutbolista del Barça no se le ocurrió otra cosa que beber Pepsi en una entrevista (no se sabe si voluntariamente) y al verlo, Coca Cola retiró su apoyo.
Pepsi también retiró a su apoyo a otro deportista, Myke Tayson. El boxeador perdió diez millones de dólares cuando la esposa de Tayson le denunció por violación y abusos en un programa de televisión.
Coca Cola quitó su patrocinio a Wayne Rooney, futbolista del Manchester United. En este caso fue cuando celebró un gol en 2011 ante el West Ham con insultos, aunque ya venía 'avisado' por Coca Cola cuando un año antes se vio involucrado en un caso con una prostituta mientras su mujer estaba embarazada. La marca le quitó de su publicidad, pero mantuvo el contrato.
Al quarterback de la NFL Michael Vick se le acusó de organizar perros clandestinas, con apuestas ilegales de por medio. Se le condenó a 23 meses de cárcel, suficiente para que Nike rompiera el contrato con el que le unía.
Más severos fueron con Kobe Bryant, que en 2003 fue arrestado bajo cargos de agresión sexual, después de que una joven de 20 años le denunciara. El juicio acabó en acuerdo entre las partes y por eso Nike siguió patrocinándolo, aunque le apartó durante años de sus campañas publicitarias.
El peleador de la UFC Jon 'Bones' Jones, que perdió un millonario contrato con Nike por dar positivo en cocaína, Tyson Gay, que perdió 4 millones de dolares con Adidas por no pasar un test antidoping o Asafa Powell, con pérdidas de 3 millones con la marca china Li Ning por dar positivo, fueron otros deportistas que perdieron contratos al verse inmersos en escándalos poco deportivos.
Tras publicarse una fotografía en la que el mejor nadador de todos los tiempos fumaba marihuana en una fiesta, Kellogs (una compañía de cereales y golosinas) rompió el contrato que les unía, alegando "que en eso no consistía la imagen de su empresa". Phelps era la imagen de todos sus productos.
A Ronaldo (el exfutbolista del Real Madrid), el affaire con tres travestis en 2008 además de perder a su novia, le hizo perder también un contrato de 4,8 millones de dólares anuales con la compañía de telefonía TIM
Equipos o instituciones
No solo deportistas perdieron su apoyo. También organizaciones, federaciones o equipos. Es lo que le pasó al West Bromwich Albion, equipo de la Premier League. Su jugador Nicolas Anelka (quien militó en el Real Madrid) hizo un supuesto gesto racista en el terreno de juego. En vez de pagarlo el propio jugador, lo pagó el club: el sitio web que les patrocinaba, Zoopla, rescindió el contrato.
Con constantes escándalos de dopaje en el atletismo, la cadena de supermercados Sainsbury retiró el apoyo a la federación británica de este deporte. Era su principal patrocinador y lo hizo a un año de los Juegos de Río. Les proporcionaba cinco millones de libras al año.
Por este mismo caso, Adidas decidió repensar su contrato con la IAAF (Federación Internacional de Atletismo), que proporciona desde 2008 al organismo presidido por Sebastian Coe unos 23 millones de libras. La misma marca hizo lo mismo con la FIFA, cuando se conocieron todos los detalles de la corrupción del máximo organismo del fútbol, que acabó con la caída de Blatter.