¿Por qué la cebolla es buena para los resfriados? La respuesta definitiva

La cebolla es un alimento con gran cantidad de propiedades con muchos usos en la sociedad española. En primer lugar, es depurativa y diurética, y por lo tanto, se usa en caso de retención de líquidos.  Además, se trata de una hortaliza cardiosaludable. No solo esto, sino que es alimento prebiótico, y por tanto, contribuye a la salud digestiva.

Además, cuenta con otros beneficios, como ser antioxidante, anticancerígena, antiséptica, así como ayudar a reducir el nivel de azúcar en sangre en las personas diabéticas. No solo esto, sino que se suele usar como remedio natural para los resfriados. 

La cebolla como remedio natural para el resfriado 

Es importante tener en cuenta que la cebolla está compuesta por un 90% de agua. Sin embargo, el 10% restante es puros nutrientes y minerales como fósforo, sodio, calcio, azufre, potasio o magnesio, además de vitaminas B, E y C, fibra y aminoácidos esenciales.

La cebolla se puede usar como una de las soluciones perfectas para poder descongestionar la nariz, calmar los ataques de tos, así como para rebajar la intensidad de las mucosidades.

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Para usar las cebollas en caso de resfriados, no es importante su color, pero sí que debemos tener en cuenta que han de presentar un aspecto uniforme, sin ramificaciones, brotes, así como conservar su piel intacta.

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Cómo usar la cebolla para curar un resfriado 

Lo ideal durante las noches de catarro es cortar una cebolla en 2 mitades y hacerlas trozos, de tal manera las ponemos en mesita de noche, siempre cerca de la almohada, y así estas van liberando sus aromas. Cuánta más cebolla pongamos, mayor será su efectividad para pasar una noche sin tos y respirando mejor. Este remedio es apto tanto para los adultos como para los niños. 

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Otra forma puede ser consumir cebolla cruda. De hecho, según los expertos esta es una opción muy recomendable para mejorar los síntomas de un catarro o de un resfriado. Además, tomar la cebolla cruda para eliminar toxinas y ayudar al aparato digestivo a su correcto funcionamiento. 

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También puedes optar por unas mezclas, como una cebolla, una cucharada de miel y zumo de un limón. Para ello, hervimos la cebolla en un litro de agua, y una vez que ya esté hervida, desechamos la mitad, añadimos el zumo de limón y la miel y lo tomamos en forma de caldo.