La Sociedad Española de Enfermedades Infecciones y Microbiología (SEIM) recomienda ducharse antes y después de bañarse en piscinas y playas como medida de prevención de infecciones en verano tales como los hongos o la cistitis. Más allá de esto, hay que tener en cuenta que el agua de las piscinas contiene cloro y otro tipo de desinfectantes para eliminar las bacterias. Esto puede generar irritaciones en los bañistas en el cuerpo, así como daños en el cabello. Por eso, aquí te contamos todos los motivos por los que debes bañarte tanto antes de entrar en la piscina como al salir de esta.
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La portavoz del SEIM, Teresa Peláez señala que en verano se producen dos de los factores que favorecen la aparición de los hongos, un aumento de la humedad y de la temperatura, junto con una mayor actividad física. Esto unido se convierte en las condiciones ideales para que esta infección sea fácilmente contraíble.
También ha explicado que: "En verano hay varios factores óptimos para la proliferación de las infecciones fúngicas. Aumenta la temperatura y la humedad, unido a la actividad física. Así, un 8% de adultos que acuden a las piscinas tienen riesgo de sufrir esta infección. En el caso de los niños es del 3%".
Riesgos del agua de piscina
- Infecciones.
- Pie de atleta.
- Irritación en los ojos.
- Irritación en el sistema respiratorio.
- Dermatitis.
- Erupciones cutáneas.
- Piel seca.
- Pelo áspero.
La Sociedad Española de Enfermedades Infecciones y Microbiología aconseja beber mínimo un litro y medio de agua para limpiar la vejiga urinaria y "no quedarse con el bañador húmedo" para evitar la cistitis. Además, es necesario lavar la zona íntima con jabones neutros, así como ingerir arándanos rojos, tanto en forma de fruto, zumos o preparados de farmacia o parafarmacia.
Cómo prevenir las infecciones
- No sumergir la cabeza debajo del agua, en caso de tener tendencia a las otitis.
- No meterse en el agua, en caso de tener conjuntivitis.
- Bañarse con la boca cerrada para no tragar agua.
- Ducharse antes y después del baño en la piscina.
- Controlar los niveles de cloro y bromo en el agua.
- Calzar siempre sandalias o chanclas, secarse los pies, manos, axilas e ingles.
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Juan Jurado Moreno, responsable del Grupo de Trabajo de Dermatología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) establece lo siguiente: "Conocer las garantías de mantenimiento del agua y del entorno de la piscina es actuar en la prevención de dichas enfermedades. Las que habitualmente sufrimos al bañarnos en una piscina pueden ser causadas por gérmenes y sustancias químicas que se encuentran en el agua".
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Enfermedades en la piscina
En general, será muy importante ducharse antes o después de bañarse en la piscina. Al tragar agua contaminada con microbios, tener contacto con ella o inhalarla a través de rociadores o aerosoles se pueden contraer muchas enfermedades, tales como las siguientes:
- Enfermedades diarreicas.
- Foliculitis del jacuzzi (Sarpullidos).
- Infecciones de oído.
- Infecciones respiratorias.
- Irritación química de los ojos y los pulmones.
Los niños, las mujeres embarazadas y las personas que tienen problemas de salud (o toman medicamentos) serán aquellos que tendrán que tener mayores precauciones en la piscina.