En España existe una alta tendencia a la automedicación. De hecho, según la Sociedad Española de Medicina Familiar, uno de cada tres españoles se automedica. En algunos casos, esto puede ser beneficioso para paliar dolores, pero, sin embargo, tenemos que tener mucho cuidado cuando lo aplicamos sobre nuestras mascotas. Hay gran cantidad de personas que utilizan los medicamentos de humanos para los perros, pero esto podría ser muy perjudicial para los caninos. Por lo tanto, de la misma forma que cuidamos la alimentación de los peludos, cuidemos también los medicamentos que les damos y tengamos en cuenta únicamente la opinión de los veterinarios. Aquí te contamos todo sobre ello.
1. Ibuprofeno (antiinflamatorios no esteroides)
Uno de los principales medicamentos a los que recurrimos los humanos cuando sentimos algún tipo de dolor (ya sea leve o más extremo) es el ibuprofeno, al considerarlo ese antiinflamatorio que todo lo cura. Y más o menos es así, pero recuerda, si a tu perro le duele algo, no le des uno a él. El ibuprofeno no funciona igual en personas que en perros. Si ingieren ibuprofeno (o ya sea alguna fórmula similar como la aspirina o el naproxeno) puede sufrir problemas gastrointestinales graves, como vómitos, diarreas, dolor abdominal, ulceras y, en algunos casos, un fallo renal que le provoque la muerte.
2. Paracetamol
Al igual que el ibuprofeno, también tendemos a usar el paracetamol para nuestros dolores. Sin embargo, de la misma manera a nuestro perro le puede ocasionar complicaciones hepáticas y la destrucción de los glóbulos rojos, con la consiguiente dificultad para trasportar el oxígeno. No solo en los perros, sino que en los gatos podría suponer una muerte inmediata puesto que su metabolismo es incapaz de metabolizar este fármaco.
3. Benzodiacepinas (Diazepam, Alprazolam…)
Las benzodiacepinas son medicamentos que disminuyen la excitación neuronal y que tienen un efecto antiepiléptico, ansiolítico, hipnótico y relajante muscular. Se utilizan para la ansiedad generalizada o el insomnio. Sin embargo, si nuestro perro está alterado, muy importante no caer en la tentación de administrarle este tipo de fármacos. Hay muchas otras formas de calmar la ansiedad de nuestra mascota, pero darle uno de estos medicamentos le puede generar aún mayor nerviosismo, además de que puede provocar otros efectos más graves, como los de tipo hepático.
4- Antidepresivos (Venlafaxina, Sertralina, Paroxetina…)
Los antidepresivos pueden generar soluciones en personas, pero nunca en perros o en gatos. Si estos animales consumen un pastilla de este tipo, pueden llegar incluso a morir. Otros efectos pueden ser la apatía, vómito y en algunos casos, una condición conocida como síndrome de la serotonina. En este caso el perro puede experimetnar agitación, desorientación y una frecuencia cardíaca elevada, junto con presión arterial y temperatura corporal, temblores y convulsiones.
5. Antidiabéticos (Metformina, Glicliazida…)
Muy importante también mantener fuera de su alcance cualquier tipo de medicamento para diabéticos. Los medicamentos para la diabetes pueden causar un gran descenso en los niveles de azúcar en la sangre de su mascota, lo que puede causar desorientación, falta de coordinación y convulsiones.
6. Antibióticos
Tampoco podemos pretender que las enfermedades o infecciones de nuestras mascotas se curen con los antibióticos que nosotros tomamos. Hay que recordar que estos fármacos suelen ser muy fuertes y le pueden generar a nuestro perro consecuencias muy graves que después tendrán que ser tratadas durante mucho tiempo.
7. Las pomadas
Lo mismo ocurre con las pomadas: estas pueden ser muy perjudiciales. Hay que tener en cuenta que un perro se pasa el día lamiéndose su cuerpo, de tal forma que si aplicamos sobre ellos, es muy probable que terminen comiéndose la pomada, lo cual es totalmente tóxico para ellos.
8. Medicamentos de herbolarios
Si bien es cierto que no necesitamos una receta para conseguir los medicamentos naturales que nos proporcionan en el herbolario, estos también pueden ser tóxicos para los perros y tampoco deberíamos dárselos. De tal forma que tanto los medicamentos humanos, tanto los químicos como las naturales, no son recomendables para los perros.