En España, los perros son la mascota mayoritaria. Si tienes algún perro en la familia excesivamente cariñoso, seguro que alguna vez te habrá recibido abalanzándose sobre ti y lamiéndote la cara. Un recibimiento que sobre todo los dueños de los perros suelen interpretar como una demostración de afecto, una forma de comunicación contigo y de decirte ‘hola’, que a menudo devolvemos poniéndonos nariz con nariz con nuestro perro y dejando incluso que pase su lengua por nuestro rostro y manos. Pero ¿deberíamos dejar que nuestro perro nos lama la cara?
¿Por qué lamen la cara de las personas?
Al igual que los perros gruñen cuando juegan o tiemblan cuando duermen, lamer nuestro rostro es otra de sus formas de comunicarse y en este caso se trata de un comportamiento con una connotación amistosa. Evidencia de ello, es que es uno de los comportamientos más frecuentes entre las madres y sus cachorros, por lo que no deja de ser una forma de socializar que nuestro perro ha ido evolucionando desde esos primeros años.
Pero más allá del afecto y la amistad, no debemos olvidar que el olfato y el gusto son dos de las formas más utilizadas por cualquier perro para explorar el entorno que los rodea y hay determinados olores y sabores que para estos amigos de cuatro patas resultan especialmente atractivos, además de que son capaces de darles mucha información en poco tiempo de lo que hemos comido, de dónde hemos estado, de nuestro estado de ánimo o incluso de si estamos enfermos (recuerda que los perros pueden incluso predecir enfermedades, infecciones o incluso la muerte. Toda esta información nuestro perro la puede obtener lamiéndonos las manos, el rostro o incluso el sudor.
Y lamentamos decirte que los lengüetazos de tu amigo peludo no son precisamente como el agua oxigenada, pese a la existencia de ese gran bulo de que la lengua de los perros está más limpia que la de los humanos y de que como los perros acostumbran a utilizarla para acelerar la desinfección y cicatrización de sus heridas, también tiene un gran poder desinfectante en los humanos. Esta afirmación además de ser falsa, omite la realidad de que en la boca de nuestro perro conviven un gran número de bacterias no demasiado beneficiosas para nuestro organismo.
¿Qué peligros entraña?
Sobre este tipo de comportamiento el Dr. Neilanjan Nandi, profesor de medicina en la Facultad de Drexel University College de Philadelphia, asegura en declaraciones al New York Times que es habitual que la boca de los perros albergue un gran número de bacterias, virus y hongos. Pero en el caso de los perros, hay varios de estos microorganismos que consiguen suprimirse con la existencia de esas proteínas concretas en la saliva, que les ayudan además a curar posibles heridas. Pero el problema surge con que los humanos no estaríamos preparados para tolerar o combatir muchos de esos organismos que conviven en la boca de nuestros perros. Concretamente estaríamos refiriéndonos a las bacterias conocidas como “zoonóticas”, aquellas que los perros pueden transmitirnos y que por lo tanto podrían causar enfermedades graves en los intestinos y en el estómago de los seres humanos con enfermedades como la salmonella, la campylobacter, la clostridium o la Escherichia coli, entre otras.
La razón por la que no deberíamos dejar que nuestro perro nos lama la cara, es que cuando la saliva de nuestro perro toca la piel humana es fácil que esa saliva y los patógenos sean absorbidos por las membranas mucosas de la boca, los ojos y la nariz pudiendo provocar este tipo de enfermedades y aunque no suele ser una de las formas más comunes de contagio, sí que conviene tener cuidado y evitar que nos lama sobre todo determinadas zonas de la cara.
Todo esto sumado además a que los perros están acostumbrados a pasar su hocico y lengua por lugares no demasiado agradables como excrementos de otros perros, basura, por el suelo, para lamerse el trasero… Por lo que unos simples lametones de nuestra mascota, pueden incluir una gran variedad de gérmenes y bacterias extrañas para nuestro organismo, que nuestra mascota va acumulando cada día en su boca.
¿Cómo actuar frente a este comportamiento?
Como dueños tendremos que encontrar ese punto intermedio de no negarle a nuestro perro este comportamiento, pero tampoco dejarle que lo haga libremente dónde y cuándo quiera. Tendremos que intentar darle a nuestro perro esa información que busca y esa forma de mostrar cariño pero sin poner en riesgo nuestra salud.
Y como ya te hemos explicado, dejar que lama nuestro rostro no es una de las conductas más recomendables y tampoco deberíamos fomentarla. Otra forma de proporcionarle información a nuestro perro podría ser dejando que lama la parte externa de nuestra mano, después de lo cual no podríamos olvidarnos de lavar bien nuestras manos. Siempre y cuando nuestro perro tenga todas las vacunas necesarias, esté desparasitado y tenga una buena higiene bucal, no tendríamos por qué preocuparnos.