En España uno de los apellidos más frecuentes es 'García' con 1.462.923 personas que lo llevan, así como aquellos que terminan en '-ez': Fernández (912.009 personas), López (869.944 personas), Martínez (832.525 personas), Sánchez (816.968 personas), Pérez (777.950 personas), Gómez (491.596 personas) y Martín (486.852 personas).
Sin embargo, a lo largo del territorio español también están presentes otros patronímicos de origen castellano como es el caso de 'Calvo', que lo llevan de pr personas y de s , :
El origen del apellido 'Calvo'
El apellido 'Calvo' es un patronímico muy antiguo y se remonta a época romana. Sin embargo, hay varias teorías con respecto al origen: En primer lugar, se ha considerado que este apellido surgió como muchos otros apellidos romanos: como apodo o mote que sirve para identificar a alguien, en este caso, a raíz de un rasgo físico: la calvicie.
En consecuencia, se dice que en España la primera persona con el apellido 'Calvo' habría sido el juez Conde Laín Calvo, concretamente, en Castilla.
En segundo lugar, habría otra teoría (aunque falta documentación al respecto) que indica que este apellido se remonta a época romana y provendría del linaje patricio romano Calvo Atendoro.
Tal y como indica el Instituto Nacional de Estadística, el apellido 'Calvo' lo llevan el siguiente número de personas:
- De pr : personas.
- De segundo: 68.674.
- De ambos: 966 personas.
En cuanto a las comunidades autónomas con más personas con el apellido 'Calvo', estas son las siguientes: Zamora (7,27%), Palencia (6,25%), Soria (5,04%), Salamanca (4,84%), Burgos (4,24%), Valladolid (4,02%), La Rioja (4,02%) y Segovia (3,38%).
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El origen de los apellidos
En primer lugar, la RAE define la palabra "apellido" como "nombre de familia con que se distinguen las personas", "sobrenombre o mote". Por lo tanto, los apellidos nacen de la necesidad de identificar a una persona no sólo por su "nombre", sino por su "pertenencia", es decir, su vínculo a una familia y a un lugar.
Al principio lo que se hacía era añadir algo más que simplemente ayudara a distinguir a una persona de otra. Cualquier atributo podía ser válido, por ejemplo: el trabajo, el lugar de origen o un rasgo físico. De la misma forma también se usaba el nombre del padre, y de ahí empezaron a surgir los apellidos en 'ez'.
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En consecuencia, al principio en la Edad Media se utilizan construcciones gramaticales del tipo: "José, el Pescadero"; "José, el Leonés"; "José, el Delgado" o "José, el hijo de Rodrigo", que terminaría siendo, "José Rodríguez".
Este sistema surge de los romanos, que tenían 3 nombres. Concretamente, en la República, del 509 al 27 a. e. c., se utilizaba un método conformado por tres denominaciones, llamado la "Tría Nómina":
Un praenomen (el equivalente a nuestro nombre o nombre de pila), un nomen (nombre gentilicio que indica la pertenencia a la gens. Sería el equivalente a nuestro apellido) y un cognonem (vinculado a alguna característica física o psíquica de quien lo lleva o de alguno de sus antepasados, se convirtió en hereditario por vía paterna).
En este sentido, poniendo un ejemplo: El emperador "Gaius Julios Caesar" se llamaba "Gaius" y pertenecía al grupo de los "Caesar", de la familia de los "Julius".