En 1921, las conmemoraciones del séptimo centenario de la catedral de Brugos —el rey castellano Fernando III el Santo colocó la primera piedra del templo gótico el 20 de julio de 1221—, incluyeron la sepultura de los restos mortales del Cid Campeador, que habían sido expoliados del monasterio de San Pedro de Cardeña durante la Guerra de la Independencia, y de su esposa doña Jimena. El pomposo y solemne acto se convirtió en un acontecimiento de enorme importancia que contó con la presencia del monarca Alfonso XIII, la reina Victoria, varios obispos, un nuncio papal y miembros del Gobierno.
Este año, la catedral de Burgos, que forma parte de la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, cumple ochocientos años. La programación prevista para celebrar la efeméride no incluye el entierro en la seo de otro personaje ilustre de la historia de España, pero sí numerosos conciertos, exposiciones y hasta la salida desde el mismo interior de la catedral de los ciclistas de la Vuelta en la contrarreloj inicial. Sin embargo, uno de los proyectos de esta programación ha levantado una gran polémica: la mudanza de las puertas neoclásicas de madera de la fachada de Santa María por otras contemporáneas de bronce diseñadas por el célebre pintor y escultor Antonio López.
Esta propuesta, presupuestada en 1,2 millones de euros y financiada a través de mecenazgo privado, prentende ser "un hito, un emblema" para la catedral de Burgos, como lo fue hace un siglo la inhumación de los huesos de Rodrigo Díaz de Vivar. Pero la obra ideada como "una auténtica inversión cultural, social y evangelizadora", según el Cabildo Metropolitano de Burgos, se ha topado con el rechazo popular y, más importante, con el de la propia UNESCO, que a través de su Centro del Patrimonio Mundial ha reclamado que la intervención no se lleve a cabo.
El primero en oponerse al "horror vacui", "esperpento" y "aberración" fue el pintor burgalés Juan Vallejo de Lope, que hace dos semanas lanzó una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org reclamando la paralización del proyecto de las tres puertas de bronce de Antonio López. La que representa una escena de la Anunciación de la Virgen María ya ha pasado por la fundición en Madrid y en breve será el turno de las dedicadas a la infancia de Jesucristo y a la figura de Dios, que el escultor está terminando de perfilar. Más de 31.000 personas han respaldado la petición hasta el momento.
Hace unos días, el Centro del Patrimonio Mundial de UNESCO emitió un informe técnico desfavorable, elaborado por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) en su calidad de organismo asesor, aconsejando al Cabildo el abandono de la propuesta presentada. Fuentes de ICOMOS-España consultadas por este periódico apuntan que sus documentos "argumentan la afección de la integridad de la catedral de Burgos y del Valor Universal Excepcional que justifica su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de UNESCO".
Proyecto "reversible"
Cuando el templo gótico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984, el Cabildo de Burgos se comprometió a protegerlo y conservarlo como un bien perteneciente a todo el mundo, manteniendo su integridad según los criterios de la Convención del Patrimonio Mundial. "Habiendo recibido el aviso de que, en el caso de ser ejecutado, el proyecto atentaría contra el Valor Universal Excepcional de la catedral; el Cabido de Burgos deberá asumir, si la intervención llegara a efectuarse, las consecuencias que podrían derivarse para el bien que custodia al faltar a su compromiso", aseguran las mismas fuentes.
Entre esas secuelas podría incluirse la salida de la Lista del Patrimonio Mundial, una drástica medida de la que ya existen dos precedentes. En 2007 se excluyó de la relación al Santuario del Oryx Árabe de Omán por la decisión del gobierno local de reducir en un 90% la superficie protegida del sitio para destinarla a la explotación de petróleo; y en 2009 se le retiró la condición exclusiva al paisaje cultural del Valle del Elba, en Dresde (Alemania), por la construcción de un puente que alteraba su "valor universal excepcional".
El Cabildo de Burgos no se ha achantado ante este terremoto. En un comunicado hecho público este miércoles, ha denunciado una "campaña de difamación" contra el proyecto de las nuevas puertas. Defiende, además, que los actuales portones, datados en 1790 y que sustituyeron a los originales, se encuentran "en mal estado", que "el cambio es necesario" y que el proyecto supone "una oportunidad única para abrir el arte, la catedral y la ciudad al mundo" coincidiendo con el octavo centenario del templo.
Respecto a la recomendación de la UNESCO, la institución catedralicia incide en que "no es vinculante": "No es la primera vez que ICOMOS elabora un informe desfavorable sobre proyectos que afectan al patrimonio cultural y que, sin embargo, finalmente han visto la luz". No obstante, un portavoz del Cabildo consultado por este periódico reconoce que aunque el proyecto esté "en marcha y muy avanzado, eso no quiere decir que si no tenemos todos los permisos lo vayamos a hacer". La última palabra la tiene la Comisión Regional de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, que debe avalar una intervención que quiere ser inaugurada el próximo 20 de julio, fecha de la efeméride.
Preguntado por la posibilidad de que el templo sea excluido de la Lista del Patrimonio de la Humanidad, el portavoz de la institución asegura que "no queremos eso ni enfrentarnos ni ir en contra de nadie; solo lo que se pueda hacer con total paz". "Las puertas de Antonio López son una obra de arte por la que hemos apostado y la catedral las tendrá", vaticina esta misma fuente, que califica el proyecto de "reversible". Si no es en la fachada de Santa María, los nuevos portones se mostrarán en el interior del edificio, mientras que las neoclásicas serán expuestas en el Museo del Retablo de la iglesia de San Esteban.