Si bien su voz sirvió como icono de la música en la España de los ochenta, Miguel Bosé la alza ahora para enfrentarse a la versión oficial que ofrecen los organismos e instituciones sobre el coronavirus. Hay quienes afirman que "está de psiquiatra" —expresión popular que se emplea cuando alguien necesita recuperarse de sus problemas—, mientras que otros defienden su libertad de expresión y el contenido de sus palabras. Desde que comenzó la pandemia, el artista no ha parado de pronunciarse acerca de un problema que, aparentemente, no es tan peligroso como los medios de comunicación profesan.
Por cada día que transcurría, más radical se convertía el discurso del autor de Morena mía. Ahora, Miguel se cree parte de una "resistencia" que niega las afirmaciones de los sanitarios. El 16 de agosto, se concentraron en la plaza de Colón de Madrid, sin mascarillas y sin respetar la distancia de seguridad, entre 2.5000 y 3.000 personas. Días antes, el propio Bosé alentaba a la ciudadanía a acudir a la manifestación negacionista y, pese a mencionar que sería uno de los asistentes, no hizo acto de presencia.
Sí que se manifestó, una vez más, en sus redes sociales. "¡Que nos dejen vivir!", exclamaba a la vez que compartía un vídeo acompañado de imágenes de la concentración en la capital española. Ahora, apenas una semana más tarde, parece que matiza sus palabras hasta el punto de afirmar que "el 'bicho' existe y ha matado a mucha gente".
Lo cierto es que, a lo largo de todos estos meses de confinamiento y desescalada, sus declaraciones contradictorias han llamado la atención tanto en sus seguidores como en sus compañeros de profesión. ¿Qué ocurre con Miguel Bosé?
De donar mascarillas a renegar de ellas
El 13 de marzo en España se declaraba oficialmente el Estado de alarma. El descontrol por el aumento de casos confinó a todo un país que se enfrentaba a un hecho insólito. Solo 10 días después, la madre de Miguel Bosé fallecía de coronavirus a los 89 años.
En tan solo tres días la enfermedad arrasó con Lucía Bosé, quien había sido trasladada al Hospital General de Segovia tras presentar evidentes síntomas de la Covid-19. A falta de respiradores, la actriz ingresó directamente en cuidados paliativos. "Queridos amigos, os comunico que mi madre Lucía Bosé acaba de fallecer. Ya está en el mejor de los sitios", comunicó el artista el mismo día de su muerte. Desde entonces, se volcó con los sanitarios y lanzó mensajes de ánimo al personal que sobrevivía colapsado y con jornadas interminables en el mes de marzo y abril.
Inició un proyecto en Instagram donde compartía imágenes de mascarillas azules —color favorito de su madre— y clamaba a la ciudadanía a mantenerse unidos y a quedarse en casa. El proyecto se llamó Azul de Lucía y trataba de homenajear la figura de la madre del artista invitando a ayudar a quienes no podían costearse las mascarillas. "Refleja nuestro sentir, nuestra unión como seres humanos. Más que nunca unidos y fuertes. #AzulDeLucía. (Iniciativa para crear o donar cubrebocas para quien lo necesite en estos tiempos tan difíciles)", respondió Bosé a la iniciativa creada por sus seguidores más acérrimos.
Sin embargo, aquellas palabras de solidaridad y de responsabilidad se fueron difuminando con el paso de los días y la severidad del confinamiento. Sus aplausos al personal sanitario y de seguridad han caído en el olvido. Miguel Bosé ha pasado de colaborar con la donación de mascarillas a renegar de ellas y apoyar una concentración negacionista.
A principios de mayo saltaba la alarma. Por primera vez, Miguel Bosé hablaba abiertamente sobre "pensar más allá del miedo o de lo que quieren y pretenden de nosotros". Comenzó a criticar a la Organización Mundial de la Salud y a rechazar el uso regular de la mascarilla. En junio señalaba directamente al gobierno de Pedro Sánchez y a sus políticas extremistas: "Suiza, como los países nórdicos de Europa, saben desde el principio de la gran mentira de los gobiernos, el de España incluido". Desde entonces, para el cantante, la red 5G, Bill Gates, las vacunas y la OMS se han transformado en el enemigo de la enfermedad que ya ha acabado con la vida de 794.000 personas.
Polémica y cambio de opinión
La concentración en la Plaza de Colón fue la gota que colmó el vaso. Lo que antes eran mensajes incendiarios en redes sociales se trasladó a la calle por la que todos transitan. Dentro de la industria musical muchos compañeros de profesión no han dudado en contestarle.
Blas Cantó, representante de Eurovisión por parte de España para la próxima edición del 2021 tras la cancelación de la de este año, ha mostrado su disconformidad con los negacionistas después de ver las imágenes de la manifestación del 16 de agosto. "Chicos y chicas que me seguís, por lo que más queráis, no hagáis caso a los movimientos de las últimas horas. Poneos la mascarilla", ha comentado preocupado. "No es una broma. Sois vosotros, vuestras familias y amigos. "Recordad los muertos y las secuelas que deja el COVID-19", ha añadido.
Por su parte, Luis Cepeda, ex concursante de Operación Triunfo, señala que la manifestación de Colón debería considerarse "un delito contra la salud pública". Asimismo, recalca que el hecho de que Miguel Bosé tenga la vida resuelta no legitima que se "cargue todo lo que lucha" su gremio. "Acabas de perder el respeto que te tenía", le ha espetado Cepeda a Bosé.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con Manuel Patacho Recio, el músico que destacó en los años ochenta como integrante de Glutamato Ye-Yé. Patacho, que coincidió por última vez con Miguel Bosé el día que recibió la Medalla Internacional de las Artes de la Comunidad de Madrid, se ha mostrado sorprendido por las palabras del artista. "Los managers o las productoras aconsejan a sus artistas a mantener la boca cerrada por miedo a perder contrataciones", declara Patacho a este periódico. Es por ello que al músico le llama la atención que se pronuncie de forma tan transparente sobre la negación de la enfermedad. "Hay una gran mayoría de artistas que dependen de los ayuntamientos y comunidades para los conciertos. Si tú haces una crítica a una situación política lo normal es que no te llamen", explica el también portavoz de la asociación Coalición Autoral (CoA).
De hecho, una de las pocas artistas que había defendido a Miguel Bosé ha terminado retractándose. La cantante Verónica Romero compartió en Instagram que "la verdad, la luz y el amor pueden con todo" y mostró su apoyo a la manifestación de Colón. Para ello, compartió el vídeo que Bosé subió a las redes sociales en el que animaba a "la resistencia". Tras las críticas que recibió en redes sociales, la cantante ha querido aclarar sus palabras: "No es solo 'no a la mascarilla', uno de los propósitos es darle voz a todos aquellos médicos y enfermeros que dan otra información. No nos está llegando pero es verídica".
El propio Miguel Bosé es otro de los que ha querido matizar sus palabras tras lo vertido durante todos estos meses. Este 20 de agosto ha subido un vídeo a su red social de Instagram para afirmar que el virus sí existe y es peligroso. "Se ha dicho que yo he dicho que el bicho no existía. En marzo y abril de este año mató a mucha gente. Nuestros mayores, nuestros abuelos en las residencias y también personas que tenían patologías previas porque su sistema inmunológico estaba muy debilitado. Fue devastador", ha afirmado.
Estas matizaciones del artista tampoco han pasado desapercibidos para Patacho, quien se pregunta si acaso le han "aconsejado que rectifique" en sus declaraciones. Patacho también se suma a la opinión de Cepeda y Cantó e indica que es una "irresponsabilidad" compartir el tipo de mensajes que emite Bosé.
Una etapa complicada
Al margen de la pandemia, que nos ha afectado a todos, muchos se preguntan cuál es el estado de salud de Miguel Bosé. De compartir información sobre sus conciertos o publicar fotografías personales, el coronavirus ha monopolizado su espacio de expresión. Por si fuera poco, su aspecto físico y su voz desmejorada han generado preocupación entre sus seguidores.
Ya en marzo adelantó en una entrevista concedida a Televisa que el problema con su voz se trataba de algo "pasajero" y que se iría con el tiempo. "En este momento voy a seguir con mis actividades, haciendo lo que tenga que hacer, no me voy a esconder, no me puedo esconder, creo que eso no ayudaría para nada a las emociones. No ayudaría para nada tampoco al proceso de recuperación, esta voz se esconde porque no ha sabido pronunciarse", confesaba. En un vídeo más actual, el cantante ha admitido estar a favor de movimientos "que cuestionan el uso de la mascarilla" y que él tiene un permiso médico para no llevarla. "Como bien oís tengo asma, la mascarilla me crea problemas respiratorios", ha replicado.
Lo cierto es que no han sido años sencillos para Miguel Bosé. En 2018 se conocía que la relación secreta de 26 años que mantenía con Nacho Palau llegaba a su fin. Pese a los últimos intentos de recuperar el contacto, entre Bosé y Palau ha habido demandas que concernían a la "defensa de los derechos e intereses de sus hijos". La reconciliación es inviable. De la misma forma, el fallecimiento de Bimba Bosé y de su madre también han afectado al autor de Como un lobo.
Gema de Pablo, psicóloga y profesora de la Facultad de Educación de la Universidad Autonoma de Madrid, puntualiza que aunque probablemente se sumen otros factores, la muerte de su madre ha podido derivar en las conductas actuales. "Se le nota alterado. Imagino que hay más circunstancias por las que se siente así", declara a EL ESPAÑOL. "Es llamativo que se sumara a la campaña de 'responsabilidad' y 'mascarilla' en un primer momento y que después predique todo lo contrario", añade. La psicóloga apunta que Miguel Bosé, tras el fallecimiento de su madre, "posiblemente se encuentre en una fase de negación o en ese episodio paranoide de pensar que nos están engañando".
En definitiva, Miguel Bosé sigue, al igual que todos los españoles, en vilo contemplando los casos de coronavirus que siguen aumentando día tras día. Mientras los sanitarios piden prudencia y paciencia ante la posible vacuna, otros recurren a teorías que se alejan de los consejos de los profesionales competentes.