Mayo no fue un buen mes para el músico Mikel Izal: en plena explosión del ‘Me Too’, numerosas usuarias de Twitter le acusaron de acosarlas sexualmente a través de redes sociales. Las quejas fueron acompañadas de capturas de pantalla donde se revelaban conversaciones privadas con el cantante. Un ejemplo: en una de las charlas, la chica le decía a Izal: “Estoy escuchando una canción tuya right now”. Él responde: “Toócateee :) jajaj (soy un cachondo… perdona)”. Las jóvenes le recriminaban aprovecharse de su condición de “admirado” para coquetear o tener sexo con fans, todo en medio del debate social sobre las relaciones de poder y las jerarquías que contagian los encuentros íntimos.
Lo cierto es que fue un exceso del movimiento, y muchas otras feministas alzaron la voz para recordar que el acoso es un delito y que no se puede banalizar el término: las pruebas no eran de peso y ninguna de las chicas presentó una denuncia ante la Justicia, pero el riesgo era que la avalancha de desprestigio mediática. Podía acabar en marginalidad: no sería la primera vez. En esa tanda, de hecho, el humorista Antonio Castelo se dio de baja en ‘Yu’ por las acusaciones de acoso -aún está por ver si se reincorporará en septiembre-.
Sin embargo, Izal contestó rápidamente para aplacar la polvareda. Explicó que “la red y su crueldad anónima” habían distorsionado “el contenido de mi corazón y mi cerebro hasta hacerlos irreconocibles, usando además como arma aquello que quien me conoce sabe que me revuelve el estómago: el menosprecio a la mujer”. “No hay nada de gracioso, entretenido o ingenuo en esos textos acusadores y gratuitos que circulan libremente por la red y que hoy me hacen pasto de las llamas a mí, mañana a quién sabe quién”, lamentó.
Copando festivales
Recordó también que esas acusaciones “no sólo destapan y atentan contra la vida privada, un derecho de todos/as, sino que banalizan, monetizan y manosean problemas muy graves que son lacra social y tarea de la Justicia. Por supuesto, niego rotunda y categóricamente cualquier acto de acoso, violación o actividad de carácter físico y sexual NO consentida. Ni con personas adultas ni por supuesto con menores de edad”. Por último, avisó de que tomaría las acciones legales que considerase oportunas.
Parece que surtió efecto. El que podía haber sido el verano que le destrozase, hoy se valora como uno de sus períodos más exitosos. Izal ha encabezado los carteles de los principales festivales del país tras el lanzamiento de su cuarto disco, Autoterapia. Ahí su presencia y su aplauso en algunos de los eventos estivales más importantes: el Sonorama Ribera de Aranda de Duero (Burgos), el FIB de Benicássim, el Low Festival de Benidorm o el WARM UP de Murcia, entre otros. También ha participado en primeras ediciones de festivales como Navarra Sur Festival en Tudela, Cooltural Fest en Almería o este próximo sábado en Mediterránea Festival de Tavernes de Valldignes (Valencia).
La próxima cita, el DCODE: allí volverá a emocionar con uno de sus temas más ovacionados, Pausa, el que fuera el segundo adelanto de su álbum, y que viene mucho al caso: “¿Tú qué sabrás? Si despiertas lejos de esta casa. ¿Tú qué sabrás? Si no vives dentro de esta jaula. Yo solo quiero pausa, tú rebobinar...”.