Comenzaron a hablarlo tras las clases de pilates y por eso se hacen llamar las Pumarejas de Pilates. Un grupo de diez mujeres iba a asistir al Festival Territorios de Sevilla en 2016 y descubrió que sólo 9 de los 87 artistas de las bandas invitadas al evento eran mujeres, y que ese 10,3% descendía a cero en la sección de hip-hop. Asqueadas por la situación, las Pumarejas crearon Territorio de Nabos, una iniciativa en las redes sociales que pretende hacer ruido sobre el desequilibrio en la representación de las mujeres sobre los escenarios.
“Básicamente, nos dedicamos al recuento”, explica Lourdes Bellogín, una de las integrantes de Territorio de Nabos. “Somos fans de la música y como consumidoras, no podíamos creer que casi no hubiera mujeres. Así que ahora se lo hacemos ver a las organizaciones”.
Somos fans de la música y como consumidoras, no podíamos creer que casi no hubiera mujeres. Así que ahora se lo hacemos ver a las organizaciones
Las activistas, que comenzaron tras comprobar la poca presencia femenina en el mundo de la música, llevan desde entonces un recuento sobre la presencia femenina en festivales, y, hasta ahora, los resultados hablan por sí solos: de los eventos recogidos en su primer estudio, el Gijón Sound Festival no alcanzaba el 20% y era el que mejor parado quedaba. En el Sonarama Ribera, fundamentalmente de música indie, sólo representaban el 6.8%, y el Low Festival, de parecidas características y que ronda una afluencia de 80.000 asistentes, se trataba apenas del 4.3%.
La culpa, 'de las salas de ensayo'
El ruido que hace Territorio de Nabos en las redes les ha supuesto a estas mujeres un diálogo -cuando no un monólogo- con los responsables de los festivales. “Les presentamos las cifras a todos los festivales porque queremos saber qué opinan, no por molestar a nadie, sino para que sean conscientes, y la mayoría hacen caso omiso. El Sonarama ha demostrado cierta preocupación, pero los responsables del Alrumbo, un festival orientado sobre todo al reggae y hip hop, echaban balones fuera y nos decían que el problema está en los conservatorios y las salas de ensayo, lo cual no es cierto, allí hay muchísimas mujeres”, explica Bellogín.
Lamentablemente, no se trata de una excepción. Si tomamos los números del último año, la situación es escandalosa. Según los datos ofrecidos por la plataforma de venta Ticketea, durante el año pasado, de los 1.6 millones de personas que compraron una entrada en el portal el 55% de los compradores fueron mujeres. Aún así, tras analizar los 250 conciertos con más entradas vendidas, el 77% no contaban con ninguna mujer sobre el escenario. 25 de ellos (10%) estuvieron protagonizados por una artista solista o banda compuesta por mujeres. El otro 13% (33 conciertos) tuvieron como protagonista a una banda musical o grupo en el que se incluía, al menos, una mujer.
Según los datos ofrecidos por la plataforma de venta Ticketea, durante el año pasado, de los 1.6 millones de personas que compraron una entrada en el portal el 55% de los compradores fueron mujeres
La situación es flagrante en salas de conciertos, pero también en festivales. Analizados los artistas ya anunciados por los 20 festivales más grandes de España para 2017, ahora mismo solo 154 de los 1.006 artistas confirmados son mujeres o bandas que incluyen mujeres entre su formación principal, es decir, el 15%.
La música no es mundo de hombres
Pese a que las cifras son siempre alejadísimas de la paridad, algunos casos resultan aún más sorprendentes. El último, el Azkena Rock, que contará solamente con una mujer en su cartel entre la treintena de nombres ha traído consigo la polémica: y es que el festival cuenta con 270.000 euros de inversión pública para su realización.
Tras la petición formal de Estíbaliz Canto, concejala delegada de cultura del Grupo Municipal Socialista, con el respaldo de EH Bildu y PNV, para que el festival aumente su presencia femenina en 2018, el director del evento, Alfonso Santiago, declaró a El Correo que “nadie puede garantizar que se cumpla” y manifestó su deseo de trabajar para aumentar su presencia. También justificó la situación debido a que “el 95% de la industria son hombres”.
Las cifras de artistas y trabajadoras en la industria de la música se acerca mucho más a la paridad, afirma Ivone Lesan, miembro de la ejecutiva de la organización Mujeres en la Industria de la Música (MIM)
“Las cifras de artistas y trabajadoras en la industria de la música se acerca mucho más a la paridad”, afirma Ivone Lesan, miembro de la ejecutiva de la organización Mujeres en la Industria de la Música (MIM). La asociación está realizando ahora estudios sobre la brecha de género en la música en España, y promueve habitualmente la presencia de mujeres en la industria.
Ellas no son directivas
Para MIM, no se trata solamente de visibilizar a artistas. “La mayor parte de trabajadoras no forman parte de juntas directivas, o si lo hacen, suelen corresponder a áreas como el marketing, raramente en producción, o contratación, por ejemplo”, explica Lesan. “Desde MIM pretendemos ser en si una herramienta, un nexo entre mujeres artistas y programadores de conciertos, salas y para que nadie pueda decir 'es que no sabemos como o donde encontrar grupos de mujeres'”.
La mayor parte de trabajadoras no forman parte de juntas directivas, o si lo hacen, suelen corresponder a áreas como el marketing, raramente en producción, o contratación, por ejemplo
La falta de visibilidad y de representación es tal que comienzan a aflorar plataformas online que muestran, también gráficamente, las pocas mujeres que hay sobre el escenario. Recientemente, la periodista Ana Isabel Cordobés demostraba aquí cómo quedarían los carteles de los festivales si solamente actuaran grupos femeninos. La mayoría acababan con nombres sueltos, como islotes en una página vacía.
El próximo 12 de marzo se celebra un particular homenaje a la mujer trabajadora en la sala StereoClub de Mallorca. En la semana que pretende visibilizar el trabajo de la mitad de la población, el club ofrece la actuación de la DJ Paula Serra...y de otros nueve hombres. Una sola mujer trabajando, como un islote.