Bob Dylan nunca necesitó hacer tomos con sus poemas musicalizados. Y menos ahora, que la Academia Sueca ha roto con el cantautor el exilio en el que mantenía a las letras norteamericanas otorgándole el flamante Premio Nobel de Literatura 2016.
Lo dicen siempre: no sólo hay que escucharle, hay que leerle. Por exquisito y popular. Porque, al conocer la resolución del premio, se han dilatado millones de pupilas en todo el mundo: por fin un Nobel al que tantos han leído entero. Aquí cinco de las mejores canciones -aunque intentando reducir la lista siempre salga alguna más- que le han valido este reconocimiento.
1. Like a Rolling Stone.
El himno. Dylan la escribió en 1965, después de una agotadora gira por Inglaterra (recogida en la película Don't Look Back) en la que se planteó retirarse de la música. La canción llegó mesiánica, salvadora. No podía intuirse entonces -cuando la letra, que provenía de un poema, ocupaba aún diez páginas- que haría mella tanto en la música como en la cultura popular hasta revestir a su padre de misticismo, de vigor duradero. Like a Rolling Stone -un guiño resentido, cruel y vengativo, que a la vez habla de la libertad que conlleva haberlo perdido todo- hizo a Dylan icono. "Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder": es la pérdida de la inocencia de una mujer, la caída del mito, la vida lamiendo asfalto de los que han sido expulsados de la burguesía. "¿Qué se siente?".
2. Just Like a Woman.
Formó parte del álbum Bonde on Blonde, editado en 1966. La escribió en el Día de Acción de Gracias del año anterior, mientras estaba de gira por Kansas. Se dice que la letra va dedicada a Edie Sedgwick, niña bien de la alta sociedad estadounidense, actriz, modelo, y musa de Andy Warhol. "Ella hace el amor como una mujer, y sufre como una mujer, pero se rompe como una niña". Sedgwick fue una de las bellezas que ilustraba el interior de la portada de ese álbum. La relación entre ella y el cantautor terminó cuando Edie se enteró de que Dylan se había casado -en una ceremonia íntima hasta el secreto- con Sara Lownds: la noticia la heriría tanto que empezaría a coquetear con las drogas.
Aunque Dylan nunca llegó a revelar para quién era el tema -"aunque pudiera decirte de qué trata la canción, no lo haría; es el oyente el que tiene que averiguar lo que significa para él", dijo en una ocasión-, otras voces cuentan que fue Joan Baez quien inspiró Just Like a Woman. Especialmente cuando dice "Please don't let on that you knew me when/ I was hungry and it was your world", en referencia a los comienzos de la relación entre ambos músicos, cuando Baez era más famosa que Dylan. Algunos grupos feministas la han tildado de "despectiva".
3. Masters of War.
Su canción protesta más desgarradora y atemporal: la dedicada a los señores de la guerra. "Ustedes ajustan los gatillos para que otros disparen, y luego retroceden y observan cómo el número de muertos asciende (...) Déjenme preguntarles algo: ¿el dinero que tienen comprará su perdón?". Es una adaptación de la canción de folk tradicional americana Nottamun Town que salió a la luz en 1963 y que se enfrenta a las palabras y las decisiones del expresidente -y militar- Eisenhower: "Es una canción pacifista. Es una canción en contra de lo que Eisenhower llamaba 'complejo industrial-militar' en su etapa final como presidente. Ese ambiente estaba ahí, y yo lo capté", confesó. "Espero que la muerte les llegue pronto / yo seguiré sus ataúdes en la pálida tarde".
4. Simple Twist of Fate.
La publicó en su álbum Blood on the Tracks, en 1975. Cuentan que escribió estos versos durante una etapa depresiva después de separarse de Sara Lownds. La canción habla, desde la sencillez, de la fragilidad del amor y de cómo éste es capaz de doblegarse ante los choteos del destino. Quererse no es suficiente, parece decir. Simple Twist of Fate habla de temblar por una mirada y al segundo, sentirse solo, de no tocarse en un hotel, de huir, de despertar sin ella al lado, de buscarla como un loco con un loro colgado al hombro, como un pirata decadente. Es un cuento breve y doloroso, un desencuentro: la putada de vivir. "Yo creo aún que ella era mi alma gemela, pero perdí el anillo (...) Ella nació en primavera, pero yo nací muy tarde... culpándome por otro simple giro del destino".
5. Tangled up in blue.
La revista Rolling Stone la situó en el puesto 68 de las 500 mejores canciones de todos los tiempos. Es un tema que condensa las ansias de Dylan por crear canciones multidimensionales, que juegan con la noción de tiempo y espacio -ahí la influencia de sus estudios cubistas-: trata de un amor que se ha roto, pero no por decisión personal. "Sus padres dijeron que nuestra vida juntos seguramente iba a ser dura: nunca les gustó el vestido hecho a mano de mamá... y la libreta de ahorros de papá no era lo bastante grande". Un romance que se cargó, sencillamente, la vida real. "Ella trabajaba en un local de striptease... y yo paré a por una cerveza". La conclusión es que su amor y él siempre sintieron lo mismo. Pero lo vieron desde puntos de vista distintos.