El comité del Nobel dijo que su obra "conserva la frágil experiencia del individuo frente a al bárbara arbitrariedad de la historia". Nacer en 1929 y en una familia judía asimilada -es decir, no practicante- le marcó la vida. Los derroteros se ponen de manifiesto en su libro Sin destino (1975), de cierto contenido autobiográfico y, para muchos, la mejor novela sobre el Holocausto y una de las grandes obras de la literatura contemporánea. Narra su tránsito -¿o el de cualquier adolescente húngaro y judío de 15 años?- por diversos campos nazis en el último año de la Guerra Mundial. Sin embargo, el libro encontró impedimentos para ser distribuido: en parte por la ceguera del medio húngaro sobre su pasado, en parte por la censura de posguerra en su país.

Fue liberado en 1945 tras el horror de Auschwitz y Buchenwald y volvió a su Hungría natal a terminar los estudios. Después de una breve incursión en el periodismo, empezó a escribir obras teatrales y guiones cinematográficos. 

Las tristes palabras que pronunció en 1986 -"Siempre seré un escritor húngaro de segunda fila, ignorado y malinterpretado"- fueron desmentidas justo a partir de ahí por el interés que se mostró en su obra y los diversos reconocimientos que recibió: Premio de Literatura de Brandeburgo en 1995, Premio del Libro de Leipzig en 1997, el Friedrich-Gundolf-Preis ese mismo año... y, por fin, en 2002, el Premio Nobel de Literatura. Fue el primer húngaro que lo obtuvo.

También autor de obras como El fracaso (1988) y Kaddish por el hijo no nacido (1990), el escritor también fue un renombrado traductor al húngaro de obras en lengua alemana, como las de Elias Canetti, Sigmund Freud, Hugo von Hoffmannstahl, Friedrich Nietzsche, Joseph Roth y Arthur Schnitzler. Kertész ha muerto hoy en su casa de Budapest a los 86 años de edad "tras una larga enfermedad", según ha confirmado su editorial a la agencia de noticias estatal MTI.

La editorial Acantilado ha lamentado "profundamente" este jueves la muerte del Premio Nobel de Literatura Imre Kértész, y ha anunciado la publicación el 6 de abril de sus diarios 'La última posada', la culminación de su obra. 

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