Actriz, dramaturga, escritora, guionista. Los 77 años de Ana Diosdado construyeron un personaje multidisciplinar, que dejó su huella en varios ámbitos de la escena cultural española. La autora luchaba contra una leucemia desde hace dos años y murió este lunes. EL ESPAÑOL repasa su vida y obra en diez claves.
Nació en 1938, en Buenos Aires, hija de los actores Enrique Diosdado e Isabel Gisbert, que se exiliaron tras el estallido de la Guerra Civil Española. Empezó a representar con sólo cinco años, en la obra Mariana Pineda, de la compañía de su madrina, Mariana Xirgu. En 1950, vuelve a España y sigue actuando en la compañía de su padre.
Fue una de las dramaturgas y guionistas más importantes de la Transición española, con obras muy centradas en los cambios sociales vividos. Habló del divorcio, de la homosexualidad, del aborto y de la hipocresía de los mandatos sociales de entonces. Llevó a las tablas y a la pequeña pantalla los tabúes y prejuicios de una sociedad que empezaba a dar sus primeros pasos en democracia.
Los ochenta son nuestros (1988) permaneció en cartel durante dos temporadas. Es una de sus obras más reconocidas y se centraba en contar los problemas, sueños y aspiraciones de una juventud recién salida de la dictadura franquista. Olvida los tambores (1970) fue su primera obra teatral, con la que consiguió en Premio Maite y el Foro teatral y que Rafael Gil llevó al cine en 1975. En ella se enfrentaban dos concepciones de vida: la de una mujer que vive según los cánones de la época y su hermana, que rompe con los modelos impuestos por la sociedad. Una crítica a la falsa moralidad que imperaba entonces.
Su vocación literaria fue más allá de las obras teatrales que escribió y, en 1965, fue finalista del premio Planeta con una de las cuatro novelas que publicó a lo largo de su vida, En cualquier lugar, no importa cuando.
Dejó su huella en la televisión española, con los guiones de Anillos de oro y Segunda Enseñanza, series que además protagonizó. Anillos de oro, donde compartió pantalla con Imanol Arias, fue una de las series de mayor éxito de España, abordando de nuevo asuntos como el divorcio, el adulterio o el aborto. Con Segunda Enseñanza -seleccionada en Estados Unidos como una de las mejores series extranjeras del año- hizo un retrato generacional centrado en los problemas e inquietudes de un grupo de adolescentes y sus profesores.
Además de sus creaciones propias, adaptó al teatro grandes nombres extranjeros como Peter Ustinov, Henrik Ibsen u Oscar Wilde. En 1979, durante los ensayos de la adaptación de La gata sobre el tejado de zinc, de Tennessee Williams, conoció al actor Carlos Larrañaga,con el que se casó y mantuvo una relación de 20 años.
Tras 16 años sin actuar, volvió a subirse al escenario en 2005 para representar el monólogo Oscar o la felicidad de existir, una adaptación del texto de Eric-Emmanuel Schmitt.
No ha nacido quien me ponga firme, y si ha nacido, está muy calladito
En 2003 recibió el premio Max de Honor, por ser “una de las dramaturgas más relevantes de la escena contemporánea espñaola”. “Es una gran alegría. En los premios siempre pienso que hay otras personas que se lo merecen. En este caso me ha tocado a mí. Y es bonito que sean mis compañeros de profesión los que me hayan reconocido con esta distinción”, dijo Ana Diosdado entonces.
Es la única mujer en ocupar el cargo de presidenta de la SGAE, que desempeñó entre 2001 y 2007. Actualmente era miembro de la junta directiva.
De Ana Diosdado se decía que era una mujer de carácter fuerte, a veces difícily ella tampoco lo escondía. “No ha nacido quien me ponga firme, y si ha nacido, está muy calladito”, dijo en 2013 en una entrevista al XL Semanal.