El mercado mundial del arte cerró en 2016 con una caída de una media de un 30%. Nadie quiere hablar de los balances negativos por lo que se utilizan las cortinas de humo que son los precios desorbitados que alcanzan algunas obras de pintura en las subastas públicas y la creación de nuevas ferias o nuevas sedes de casas de subastas. La realidad es que las cifras de ventas se han reducido; no se salva ningún mercado ni el chino, ni el londinense ni el neoyorquino.
En 2015, el rumbo del mercado cambió. Se había recuperado en 2014, cuando los martillos de Christie’s y Sotheby’s marcaron nuevos récords al entrar en el mercado nuevos coleccionistas de todas las partes del mundo y de entre 40 y 60 años. Desde 2013, Christie’s había aumentado en un 12% sus ventas (7.700 millones de dólares) y Sotheby’s un 18% (6.000 millones de dólares). En 2015, las ventas de arte contemporáneo y arte después de la Segunda Guerra Mundial cayeron en un 14% en estas casas. Algunos analistas hablaron de moderación de las ventas tras un excepcional crecimiento.
A nivel global, las ventas empezaron a caer en un 7% (63.800 millones de dólares), según el informe de la feria TEFAF. En 2016, Christie’s vendió 4.000 millones de libras (4.680 millones de euros) un 27% con respecto al año pasado, es decir, 2.100 millones de libras menos (2.400 millones de euros) y un 36% con respecto a 2014, según el WSJ. En el primer semestre del año, vendió la misma cantidad de obras de arte que en un trimestre de 2015. En su 250 aniversario, Christie’s ha confirmado la caída de las ventas en las obras por debajo de los 20 millones de libras y un 36% de incremento en la venta a nuevos compradores de obras entre 1 y 5 millones de libras así como un incremento de un 96 por ciento del comercio por internet.
Pero, las ventas de arte contemporáneo son las peor paradas con una caída de un 45% (788 millones de dólares). En Europa, Oriente Medio, Rusia y la India, la media es de una caída de un 12% (736,5 millones de libras) y Hong Kong con un 11 % (256 millones de libras), según el FT.
Buenos récords, mala industria
La incertidumbre económica y política global, la falta de circulación de obras claves en la Historia del Arte que son un bien de prestigio y a medio plazo una buena inversión para el coleccionista privado y las inversiones en nuevas tecnologías han producido la caída del mercado a nivel global aunque, siempre hay récords inimaginables incluso para los analistas.
En 2016, se alcanzaron nuevos hitos en artistas como Monet (81,4 millones de dólares), Willem de Kooning (66,3 millones de dólares), Pablo Picasso (63,2), Peter Paul Rubens (58), Jean-Michel Basquiat (57,2), Amedeo Modigliani (56,2) -en 2015, se vendió la pintura ‘Nu couché’ por 170 millones de dólares-; Edvard Munch (54,4), Cui Ruzhuo (39,5), Cy Twombly (36) y Francis Bacon (34,9), entre otros.
De forma paradójica, ante esa caída progresiva del mercado se incrementa la circulación en un mundo globalizado. Las galerías invierten en ir a ferias y, ante ello, surgen ferias nuevas y de pequeño tamaño o las ferias con mucha trayectoria se expanden, sobre todo, a Nueva York. En 2015, la feria TEFAF de Maastricht se expandió a Nueva York y ARCO, celebró su 35 aniversario y abrió una nueva filial en la vecina Lisboa. En Madrid, esta semana, a la par que ARCO se celebran seis ferias más: ArtMadrid, Drawing Room, Flecha, JustMad, We are fair y Urvanity.
La situación negativa del mercado internacional afecta a España porque los galeristas extranjeros en ocasiones no vuelven al mercado español por la propia contracción de su mercado en su lugar de origen y porque en España, la situación del mercado del arte no es positiva. No hay cifras porque ni las casas de subastas ni las galerías ni las ferias dan cifras. En España, todo el mundo no tiene miedo al lobo sino a Hacienda. La opacidad es total y la precariedad laboral es progresiva. Uno de los factores negativos es el 21% del IVA cultural que aleja al potencial coleccionista extranjero. Los precios del mercado nacional cayeron en 2008 y, en algunos artistas, nunca más han remontado. La falta de transparencia conlleva que a nivel internacional dé la sensación de que en España no hay una buena estructura de mercado de arte y facilite factores como la venda directa de comprador y vendedor sin pasar por la galería.
El 35 aniversario de ARCO supuso una apuesta por invitar gratis a 35 galeristas internacionales. Si no repiten su participación en 2017 pagando su stand es una buena ocasión para preguntarse el porqué: no vendieron o lo que vendieron no les compensó. Por otro lado, el mercado español pone todos los huevos en la misma cesta: la semana de ARCO. Y, un poco, en septiembre, con la feria Estampa y el gallery weekend de las galerías en Madrid, principalmente. La cuestión sería que ante la caída en el mercado internacional de entre un 30 a un 40 por ciento, dependiendo de las obras, ¿Cómo van a ser las reacciones de los coleccionistas privados y de museos en ARCO y las otras ferias? La prudencia está en el aire ante la incertidumbre global pero, también, las ganas por comprar esas obras de arte que invitan a la contemplación.