Detrás de 4.500 años de historia pueden estar otros tantos misterios por descubrir. Las pirámides de Egipto siguen representando un enigma a nivel de construcción y son muchos los secretos que aún pueden esconder. Para intentar desvelarlos, el Ministerio de Antigüedades de Egipto ha anunciado un programa para escanear cuatro pirámides: la de Keops y Kefren, en Giza, y la pirámide Acodada y la Roja en la meseta de Dashur. El objetivo de la investigación es adentrarse en el corazón de los monumentos sin tener que taladrar ni abrir el más mínimo agujero en su estructura.
Cuatro milenios después, su construcción es uno de los principales misterios sin desvelar. La edificación de la pirámide de Keops, la más antigua de las siete maravillas del mundo, sigue sin poder explicarse. Hay muchas teorías, algunas muy poco científicas, pero ninguna logra describir con exactitud cómo se construyó el monumento más grande jamás erigido. "Con una base de más de cinco hectáreas, una altura de casi 150 metros y un peso de cinco millones de toneladas, ¿cómo es posible que tan sólo tardaran 25 años en construirla?”, se puede leer en el documento de presentación del proyecto. "Si se consigue arrojar algo de luz sobre su construcción, ya será un descubrimiento muy, muy valioso”, dice Francisco Borrego, egiptólogo y profesor asociado de la Universidad Autónoma de Madrid. El proyecto tendrá inicio en noviembre y será coordinado por la Universidad de Ingeniería del Cairo y el Instituto Francés para la Preservación e Innovación en Patrimonio, con la colaboración de La Universidad Nagoya de Japón y la Universidad Laval de Quebec.
Cavidades o túneles
Se utilizarán las tecnologías más innovadoras y no invasivas, para conseguir informaciones precisas que, interpretadas por los arqueólogos, puedan revelar más sobre su interior. “Lo que hace este tipo de investigación es proporcionar muchos datos en bruto. Recogen distintas densidades y distintos niveles térmicos, que pueden determinar la existencia de cavidades o túneles. Esto luego tiene que ser interpretado, se cotejan con los mapas topográficos que ya existen, y eso permite saber si hay cámaras desconocidas. Viendo la disposición se pueden establecer paralelos con otras tumbas, con el interior de otras pirámides y llegar a entender mejor la civilización egipcia”, explica el egiptólogo.
Dado que eran las tumbas de los faraones del Antiguo Egipto, las pirámides fueron diseñadas para ser impenetrables, construidas con una serie de obstáculos que protegían los cuerpos y sus pertenencias de manos ajenas. Algunas investigaciones, hechas con tecnología menos potente que la que se va a utilizar ahora, desvelaron imágenes que podrían corresponderse con cámaras nuevas. "Hace años se hicieron unas exploraciones con radar que encontraron cavidades. Posteriores perforaciones en la pirámide hallaron arena y se debatieron las más variadas hipótesis: que podrían ser cámaras llenas de arena para aliviar el peso de la construcción, anomalías arquitectónicas, pasillos ocultos e incluso se hicieron alusiones a posibles rituales religiosos… Ojalá esta investigación nos consiga dar datos más precisos", analiza Borrego.
Construcciones en 3D
Una de las tecnologías utilizadas será la termografía por infrarrojos, en dos tipos de aplicaciones distintas que establecerán un mapa térmico de las pirámides y revelarán diferencias en la densidad, que pueden determinar la existencia de cavidades. Después se llevarán a cabo dos misiones utilizando la radiografía por muones -una partícula capaz de atravesar todo tipo de cuerpos sólidos- que permitirá descubrir también si hay estructuras o espacios vacíos en el interior. “Nuestro objetivo es utilizar estas técnicas para conseguir informaciones precisas que luego los egiptólogos puedan interpretar”, explica Hany Helal, coordinador del proyecto, en el documento.
La detección de variaciones térmicas en el interior de las pirámides ofrece información relevante a la hora de conservar los monumentos
Esta investigación puede aportar datos igualmente importantes para la conservación del patrimonio. "La detección de variaciones térmicas en el interior de las pirámides ofrece información relevante a la hora de conservar los monumentos, por ejemplo a nivel de la regulación de la temperatura o del impacto que los turistas puedan estar teniendo", dice Borrego.
En paralelo a las actividades de investigación, se reconstruirá Giza y Dashur en 3D, utilizando miles de fotografías hechas a través de drones que sobrevolarán el área. Si las investigaciones funcionan, las autoridades egipcias ya tienen planes para extenderlas a otras estructuras: “A largo plazo, teniendo en cuenta la riqueza arqueológica de Egipto, queremos aplicar estas técnicas a otros monumentos”, afirma Hany Helal.