Sobre una pared blanca cuelgan obras de Pablo Picasso, Antoni Tàpies, Juan Genovés, Antonio Saura o Luis Feito, bien escoltadas por esculturas de otros artistas de la talla de Jaume Plensa o Blanca Muñoz. Lo primero que puede llamar la atención es que las cartelas explicativas incluyen el precio de las composiciones. Lo segundo, y la cuestión principal, el escenario en el que se encuentran: no es un museo ni una galería tradicional, sino El Corte Inglés del Paseo de la Castellana, en la primera planta. La atípica escena la completa una mujer que acaba de comprar una litografía de Joan Miró por 5.700 euros. "Es un regalo para mi marido", dice mientras trata de escoger el marco más idóneo.
El arte contemporáneo tiene nueva casa: el centro comercial. Las artífices de exponer y vender la obra de grandes figuras del siglo XX —también están Eduardo Chillida, Josep Guinovart, Martín Chirino o Eduardo Arroyo— y de jóvenes artistas entre la ropa y los complementos, los juguetes y videojuegos o las cosas de casa son las galeristas María Porto y Leticia Hervás. El espacio, que muestra en torno a una treintena de obras que irán rotando con otras, ha sido inaugurado oficialmente este jueves.
Se trata del primer proyecto de estas características que se lanza en España, y es también pionero en Europa, donde se han dado casos de galerías pop-up (temporales) en centros comerciales, pero nada fijo. Además, Porto y Hervás, en su empeño de acercar el arte al gran público, proponen una relación total, de 360 grados: venden las obras, hacen de intermediarias en el mercado primario o secundario, valoran y tasan los lienzos, entregan en la dirección solicitada, asesoran sobre dónde colocarlos, se encargan de las labores de conservación y restauración junto a su equipo, etcétera.
"Después de más de veinticinco años de experiencia en el mundo del arte vemos que las galeristas más veteranas han desaparecido y hay un cambio en los circuitos, acrecentado por la pandemia", explica Leticia Hervás, que ha comisariado exposiciones en todo el sudeste asiático. "La gente tiene miedo a entrar a las galerías, piensa que debe tener un conocimiento, que la mera contemplación no sirve. Nosotras queremos que ese pudor desaparezca por completo, que la gente se sienta tranquila, relajada, y al mismo tiempo valore lo que está viendo".
"Queremos exponer y acercar al público todo lo que está pasando en el mundo del arte a nivel europeo e internacional", añade su compañera, formada en la Galería Marlborough de Madrid. "Queremos un espacio muy vivo y muy fresco, con una atención de lujo: tratar a cualquier persona como si fuese un coleccionista", destaca María Porto. Durante toda la entrevista con este periódico defienden que además del evidente objetivo comercial, su proyecto se centra en divulgar las obras que se exponen a cualquier persona que se interese por ellas, "contar sin barreras".
"Nuestros clientes son todos, no tenemos un prototipo. Poseemos obras desde 200 euros hasta millones. Si alguien quiere un rothko de 60 millones o un monet que tenemos en Londres se lo traemos", aseguran las galeristas. El cuadro más caro que se ofrece actualmente lleva la firma de Manolo Millares: 240.000 euros. También destacan una escultura del cotizado Jaume Plensa por 130.000€ y una excepcional litografía de Picasso realizada en 1946 por 60.000€. Todas ellas cuentan con informes de validación realizados por expertos.
Porto y Hervás, además de ofrecer un amplio catálogo de obras de artistas nacionales e internacionales, apuestan por el trabajo de creadores más jóvenes como Jacinto de Manuel, Arturo Garrido, Rafael Sañudo o Gonhdo. Los cuadros de este último, un arquitecto reconvertido a dibujante/pintor, son un cóctel de expresividad, alegría y símbolos patrimoniales. Uno de los que se muestran en la galería de El Corte Inglés es un peculiar mapa de España a través de los monumentos y la gastronomía célebre de cada zona.
Las galeristas, asimismo, ponen a la disposición de los clientes el arte personalizado o tailor made: retratos en lienzo o esculturas sobre bronce o resina en función de los gustos del particular. Aunque pueda sonar raro este concepto de encargar una obra concreta a un artista contemporáneo, María Porto rebaja esa extrañeza con el ejemplo de la mayoría de cuadros que se exponen en el Museo del Prado, hechos para el deleite de los reyes, o del arte sacro.
Su galería ha llegado a un acuerdo de colaboración con Decor Studio, el servicio de decoración a medida de El Corte Inglés, para ayudar en labores de interiorismo. Las obras, que también se expondrán en los centros de Pozuelo (Madrid) y Marbella (Málaga), se podrán pagar a plazos y algunas de ellas se incluirán en campañas de rebajas. Es la nueva experiencia que el grupo ofrece a sus clientes: a partir de ahora uno puede ir a comprarse unos zapatos y volver a casa con un picasso o un tàpies.