"Jamás he sentido el más mínimo indicio de lo que se le acusa al maestro". "Es la persona más respetuosa que conozco". "Siempre fue un caballero conmigo, un gran compañero y un generoso artista, de los que no abundan". Estas son las voces de las sopranos Davinia Rodríguez y Ainhoa Arteta, así como de la cantante Paloma San Basilio, que han salido sin vacilar en defensa de Plácido Domingo, cercado por las denuncias de acoso sexual vertidas por una veintena de mujeres de la industria de la ópera.
Las versiones de las artistas españolas contrastan enormemente con las de sus compañeras estadounidenses, como la mezzosoprano Patricia Wulf, que aseguró a la agencia Associated Press que el tenor español la esperaba siempre que se bajaba del escenario y le preguntaba si se tenía que ir a casa esa noche; o la soprano Angela Turner Wilson, cuyo relato de cómo Domingo le tocó supuestamente los pechos en el camerino se ha hecho público este jueves: "No fue suave. Me manoseó con fuerza".
Si bien el escándalo ha provocado un auténtico terremoto en el mundo de la cultura y de la escena, dos bandos parecen haberse consolidado en torno a la figura de Plácido Domingo, de 78 años y leyenda de la ópera. Desde Estados Unidos, desde donde proceden las denuncias, se ha abordado la situación de manera mucho más drástica: la Orquesta de Filadelfia y la Ópera de San Francisco decidieron cancelar las actuaciones previstas del tenor nada más conocerse la noticia, mientras que la Ópera de Los Ángeles, de la que Domingo es director, ha abierto una investigación para abordar estos episodios de acoso sexual.
Por el contrario, desde España, el apoyo hacia su artista icónico ha sido prácticamente unánime —a excepción de la tertuliana Karmele Marchante, que reveló que con ella también se había "acercado demasiado"—. A las citadas Arteta, San Basilio y Davinia Rodríguez se han ido sumando, desde que se registró el terremoto, otras respetadas figuras como la mezzosprano Nancy Fabiola —"huele a venganza solapada"—, la soprano Ángeles Blancas, el barítono Carlos Álvarez, el coréografo Víctor Ullate —"me parece un insulto lo que le han hecho"— o hasta el grupo Taburete.
También su biógrafo, el periodista Rubén Amón, ha rechazado las acusaciones realizadas contra el tenor con una columna publicada en El País y titulada En defensa de Plácido Domingo. Precisamente Amón ha revelado este jueves en el programa Espejo Público, y al poco tiempo de conocerse las once nuevas denuncias, que Domingo "era consciente de que iban a salir nuevos casos".
Sin embargo, según su versión, sustentada en unos mensajes recientes de WhatsApp entre ambos, Domingo sostiene que "jamás" ha acosado o abusado de ninguna mujer. Respecto a la controvertida respuesta que dio el primer día del escándalo sobre que las reglas y valores han cambiado desde los años 80 hasta la actualidad, Amón ha señalado que "se refería a la coquetería hablando de viejos hábitos". El periodista, autor Plácido Domingo. Una vida en cuatro movimientos (Planeta), también ha asegurado que el tenor "va a hablar pronto públicamente", sin precisar cuándo.
Futuro incierto
Pero el apoyo que ha recibido Domingo en España no procede exclusivamente de figuras individuales, sino también de instituciones como el Teatro Real o el Ministerio de Cultura, que se han agarrado a la presunción de inocencia. La primera, a través de un comunicado, lo reafirmó en su interpretación en la ópera La Traviata para la próxima temporada; mientras que el ministro José Guirao dijo: "Creo que cuando alguien habla, algún motivo tendrá, pero tendrá que demostrarlo, porque está en juego la honorabilidad y el comportamiento de una persona".
Las once nuevas denuncias, a las que se suman relatos de fuentes anónimas del mundo de la ópera que aseguran que las prácticas del tenor eran “conocidas por todos”, hacen tambalear todavía más su carrera y su legado. Habrá que ver cómo aborda la industria esta nueva arremetida contra una de sus grandes voces y lo que tiene que decir Domingo, cercado por el juicio público por muchos aplausos que le brindasen el Salzburgo.