Desde la mejora de los efectos especiales en el cine contemporáneo las películas de superhéroes se han convertido en un género más de entretenimiento (algunos dirán que hasta infantil). El estreno de Los Vengadores: End Game está a la vuelta de la esquina y el fin del mundo está en juego.
Pero hubo un tiempo en el que los superhéroes transmitían un mensaje político claro a los lectores, incluso propagandístico. Ese mensaje coincidía mayormente con las políticas del gobierno estadounidense. No se trataba de una historia revolucionaria, sino que respondía a los intereses del establishment norteamericano. Francisco Fernández Cerdán divulga todo tipo de conocimiento en relación a los cómics desde su canal Agente de Marvel y ha declarado a EL ESPAÑOL que la política es inherente al género de los superhéroes.
“La respuesta está en Superman. El primer superhéroe fue creado como respuesta a un período muy concreto de la historia de Estados Unidos. Y desde entonces los superhéroes han tenido que tomar partido en las cuestiones políticas del país en el que viven”. Asimismo, tal y como explica un estudio de la Universidad de Chicago sobre el uso patriótico de los cómics, “muchos escritores se adhirieron a War Writers Board (WWB), una agencia gubernamental que promovía los intereses del gobierno”.
En el año 1939, mientras en Europa se daba comienzo a la mayor tragedia bélica ocurrida en la historia de la humanidad, se fundó lo que décadas más tarde se conocería como Marvel Comics. Así, en 1941 se publicó la primera edición de Capitán América —un justiciero disfrazado con los colores de la bandera de Estados Unidos—. Ya en la portada se puede ver cómo Capitán América propina un puñetazo en la cara a Adolf Hitler. Todavía faltaban ocho meses para que Estados Unidos entrara en guerra y tanto el editor Martin Goodman como el guionista Joe Simon y el dibujante Jack Kirby tenían la mirada puesta en Europa debido a su ascendencia judía.
La aparición de los dictadores del Eje dinamitaron la industria del cómic. No solo fue el Capitán América, uno de los personajes principales de Los Vengadores. El mestizo Namor, hijo de un ser humano y una atlante, fue aprovechado por la industria para combatir a submarinos nazis. En una de las publicaciones de 1941 los alemanes deciden atacar el pueblo sumergido del superhéroe marino.
Una vez terminada la guerra el gobierno estadounidense dio un giro diplomático total, al igual que las nuevas narrativas del universo Marvel. El Primer ministro británico Winston Churchill daba inicio a la Guerra Fría con el discurso del “telón de acero” en Fulton y el enemigo de occidente se convertía en la Unión Soviética.
Capitán América se apodó “el aplastador de comunistas” y combatiría el Kremlin, desenmascararía espías rusos e incluso participaría en la guerra de Vietnam. El nazismo había desaparecido y había surgido el temor al comunismo. Hasta Cráneo Rojo, el villano nazi que había sido derrotado por el superhéroe americano, reaparecerá en el bando comunista.
¿Superman comunista?
La franquicia que rivaliza con Marvel también se hizo un hueco en el uso de la política para sus cómics. Al igual que su competencia, DC contiene ejemplos políticos propagandísticos como es el caso de Superman. El mítico héroe combatió a los nazis y llevó a Hitler y a Stalin a responder ante la justicia por sus crímenes de guerra.
Con el paso de las décadas la propaganda directa se ha desvanecido pero la política sigue siendo uno de los pilares. En 2003, el guionista de cómics británico Mark Millar publicó Hijo Rojo (ECC) bajo la incógnita de “¿qué pasaría si Superman hubiera sido criado en la Unión Soviética?”. El productor Tom DeSanto se preguntaba, “con todos los respetos a Mickey Mouse”, qué ocurriría si “el icono americano más grande” fuera comunista.
La historia tiene su origen en la nave que cae en la Tierra cuando Superman apenas es un bebé. En la novela de Millar, en lugar de caer en Smallville (Kansas) y ser criado por la familia Kent, la nave aterriza en territorio soviético. Al llegar a la edad adulta “lucha una batalla sin fin por Stalin, el socialismo y la expansión mundial del Pacto de Varsovia”.
Tampoco carece de contenido filosófico y político. Uno de los guardaespaldas del Secretario General del Partido Comunista recela de Superman. “¿Quién te piensas que eres, volando por ahí llevando nuestra bandera? ¿Cómo te pueden llamar un símbolo de todo lo que creemos cuando ni siquiera eres de este planeta? Eres lo opuesto a la doctrina marxista, Superman. La prueba viviente de que todos los hombres no son iguales”.
En el cine, las películas de Marvel y DC han tomado un rumbo social sobre lo político. Películas como Black Panther, la cual ganó tres Óscars, Wonder Woman o Capitana Marvel son un claro ejemplo de la importancia de la diversidad en el género.