Probablemente el francotirador más conocido de todos los tiempos, el 22 de noviembre de 1963 realizó tres disparos con un fusil Carcano M91/38. El primero hirió a su objetivo, pero fue el tercero, en la cabeza, el que le provocó la muerte inmediata. La víctima, John Fitzgerald Kennedy. Dos días después, cuando era trasladado a la cárcel del condado, Jack Ruby, un conocido 'empresario' de la noche de Dallas y también del mundo del hampa, se coló entre periodistas y policías para dispararle a bocajarro. Murió en el hospital con 24 años y rodeado de teorías conspiranóicas que le situaron como el chivo expiatorio de una conspiración contra uno de los presidentes más representativos de la historia estadounidense.