En la década de los setenta, se rumoreaba que Julio Iglesias había mantenido relaciones sexuales con 3.000 mujeres. El mundo de la cultura siempre se ha cubierto por una pátina de fascinación, de polvo de estrellas; y la industria ha parido grandes galanes mitificados en películas y canciones. También enigmáticas damas, con la única diferencia de que los hombres podían jactarse de sus conquistas -y engordar la leyenda- y las mujeres no, no sea que la sociedad machista las tachase de fáciles o díscolas: la tradición ha señalado que el “valor” de una mujer es inversamente proporcional al frenetismo de su vida sexual.
Por eso el emblemático cantante de Hey nunca desmintió sus dotes y sus éxitos. Por eso el novelista Georges Simenon afirmó haber dormido con 10.000 mujeres. Por eso Robbie Williams explicó que era incapaz de calcular la cifra de chicas con las que había estado, pero no dudó en revelar detalles de su vida íntima con verdadero entusiasmo. Una de sus perlas: “He estado con cuatro de las cinco Spice Girls”. Pero la pregunta es: ¿dicen la verdad todos estos ídolos cuando se apuntan estos tantos? Un nuevo estudio publicado en The Times revela que cuando el número de muescas en el poste de la cama de un hombre es tan amplio que puede llegar a amenazar su integridad física… hay que ponerlo en duda.
La última encuesta Nacional del Reino Unido sobre Actitudes Sexuales y Estilos de Vida da algunas pistas: los hombres exageran. No, en realidad no han tenido tanto sexo como gustan de hacer creer. La investigación explica que la exageración masculina es lo que justifica la aparente diferencia entre el número de parejas sexuales que tienen hombres y mujeres. Constantemente, las encuestas encuentran que el hombre heterosexual promedio tiene más parejas sexuales que la mujer heterosexual. En este estudio, que es británico, se detalla que el hombre inglés ha tenido un promedio de 14 parejas mientras que la mujer tiene 7.
La mentira inconsciente
El problema es que esos dos datos son irreconciliables: cada sexo está, por definición, involucrado en el acto, así que los promedios deben ser los mismos. Los científicos trataron de resolver esta discrepancia y los datos les dieron la pista: entre los más activos de cada grupo, masculino y femenino, la cifra de parejas sexuales aumentaba a 25, 30 y 35. Esto quería decir que las personas preguntadas no tenían una certeza numérica concreta, sino que hacían estimaciones y empleaban números redondos. También se revelaron indicios de que la gente recordaba sus conquistas sexuales de diferente manera; y que los hombres tendían a aumentar sus cifras mientras que las mujeres preferían olvidar… o hacerse las olvidadizas.
La investigadora Kirstin Mitchell, de la Universidad de Glasgow, explicó que “hay imposiciones sociales duraderas sobre lo que es aceptable que un hombre haga y sobre lo que es aceptable que haga una mujer”: “Por eso cada uno presenta sus datos ajustándose a eso. El estudio señala que no mienten deliberadamente, pero de forma inconsciente intentan presentarse a sí mismos de la manera más favorable posible. Los hombres ni siquiera se dan cuenta de que se están acorralando”.
Para un artículo en el Journal of Sex Research, sus colegas y ella descubrieron que la brecha se reduce cuando uno repregunta al hombre. Caso poético: el de Robbie Williams cuando se le cuestionó por su comentario sobre las Spice Girls. Primero dijo que lo lamentaba. “Dije cuatro de cinco porque era bueno para la broma”, explicó. Hizo una pausa y luego agregó: “En realidad fueron tres de cinco. Lo he vuelto a hacer, ¿verdad?”.