El 26 de junio de 2015 llegaba al ministerio de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, Barón de Claret, y esperanza del Partido Popular para recuperar algo del desprestigio al que habían sometido a la cartera José Ignacio Wert y su secretario de estado de Cultura, José María Lassalle, que se presentó como el progre que protegería al sector de las fauces del Ministro de hacienda y acabó traicionando todas sus palabras.
Méndez de Vigo cambió rápidamente una cosa: la actitud. Apostó por la campechanía y la mano izquierda para aguantar los envites de la izquierda y de una industria cultural que se desengraba por las medidas de su partido. Él les prometió muchas cosas, tantas que su nuevo secretario de Estado de Cultura creó un programa llamada el Plan 2020, de medidas para cumplir cuando acabara la legislatura.
Aquel Plan se criticó desde el primer minuto, ya que no había fechas, no cantidades. Sólo un escrito de buenas intenciones que en muchos casos ha quedado en papel mojado. Muchas promesas incumplidas para un sector que celebra su marcha y la llegada de un Ministro sólo para sus asuntos. Estas fueron las mentiras que más dolieron.
Proteger los bienes del patrimonio históricos
El 21 y 22 de enero se celebró en Davos un encuentro con todos los ministros europeos de Cultura, dentro de la reunión anual del Foro Económico Mundial. La cita supuso la puesta en común de todos los representantes ante la estrategia política para promover el Año Europeo del Patrimonio Cultural, el gran evento de 2018 en la UE.
España no tuvo ningún representante, el ministro Íñigo Méndez de Vigo dio la espalda a la trascendental cita y no acudió, tal como publicó este periódico. Junto a los ministros de Cultura, en la cita estuvieron representantes de la UNESCO, la Comisión Europea, el Consejo de Europa, El International Centre for the Study of the Preservation and Restoration of Cultural Property, y Europa Nostra. Todos menos el barón nuestro ministro, que no firmó, por tanto, la Declaración de Davos que fue adoptada unánimemente por todos los asistentes, menos por el representante que más patrimonio cultural europeo representa y que en su plan 2020 decía que era uno de sus grandes compromisos.
Remunerar adecuadamente los derechos de autor
Cuatro años de retraso en la tramitación de una Ley de Propiedad Intelectual lleva Méndez de Vigo. Y se ha ido sin dar una solución que convenza a la gente. Derribó el canon digital cuando llegó y cargó la compensación por copia privada a los presupuestos del autor. Europa le dijo que eso era ilegal y que buscara una forma de retribuir justa y que no dependiera de las arcas del estado. Más tarde anunciaron la vuelta de aquella propuesta que antes les horrorizara. Al final aprobaron sus cambios sin que convenciera a nadie de la oposición ni a las propias entidades ni a los autores.
Mejorar los recursos materiales del Museo de Prado
“El Prado está maltratado tanto en términos absolutos como en términos relativos. La aportación del Estado apenas cubre un 60% del gasto de la plantilla. No hay ninguna otra institución a la que no se le aporte dinero para el 100% de las nóminas”. La queja la hacía el propio director del Muso del Prado en una entrevista a El País. Respondía así al aumento del 7,58% para la pinacoteca en los últimos Presupuestos del Estado.
El gobierno parecía contento con ese aumento, pero en la institución tienen claro que es insuficiente y que necesitan más para una de las principales atracciones turísticas del país, que este año cumple 200 años y que no ha recibido ni un euro extra para organizar los eventos de la efeméride. También se felicitaron por invertir un millón de euros para la reforma del Salón de Reinos del Museo del Prado… aunque la obra de Norman Foster cueste 42.
Atraer y facilitar la realización de rodajes en España
Uno de los puntos más importantes para el cine es atraer y facilitar los rodajes, algo difícil con la actual política de incentivos fiscales. Para que las grandes producciones de Hollywood quieran rodar en España hay que competir con unas grandes deducciones, como las que sí tiene Canarias o Navarra (40%).
En estos años se han tocado dos veces los incentivos, dejándolos ahora en un 20%. Poco comparado con otros países y con una gran pega: el máximo deducible, que es de sólo 3 millones -mientras que en países como Francia es de 30- una cantidad escasísima para cualquier producción con un presupuesto de más de 20 millones de euros. Motivos por los que películas como Jurassic World: el reino caído no han podido venir a España.
Consolidar la difusión del cine español en el mundo
Otro de los objetivos del Plan 2020 era que el cine español tuviera más difusión por el mundo, pero nuestro cine sigue estando ausente de las secciones oficiales de los grandes festivales del mundo. Este año dos de nuestras producciones han estado en Cannes, pero las dos con directores extranjeros, mientras que luego hay que esperar a que Almodóvar o Coixet estrenen proyectos para ver a nuestros realizadores en las grandes ligas.
El director del Festival de Cannes decía a este periódico en el pasado Zinemaldia que uno de los principales problemas era que nadie del Ministerio de Cultura actuaba como intermediario de nuestras películas y el certamen, algo que él consideraba fundamental.
Dinamizar y apoyar el mecenazgo cultural
Desde que el PP llegó al poder esgrimió su argumento de que las instituciones culturales tendrían que encontrar más financiación privada. Para ello sólo hay una forma: establecer una ley de mecenazgo para que las compañías se desgraven dinero al invertir en Cultura. Seis años después el PP se ha ido del Gobierno sin que se haya hecho nada en este sentido.
Estatuto del artista
Queda mucho por hacer en este sentido. La Unión de Actores ha tenido una lucha constante para conseguir este estatuto y han logrado mejoras y avances, pero todavía tienen peticiones, como un sistema específico en la seguridad social que solucione los problemas de intermitencia laboral del sector, que puede trabajar un mes, estar en paro otros dos, y volver a trabajar sólo dos semanas, quedando desprotegido la mayor parte del tiempo.
Infraestructuras fantasma
A pesar de no dar plazos ni dinero, el plan 2020 incluía una lista inmensa de edificios e infraestructuras nuevas que ni se han iniciado ni estaban incluidas en los últimos presupuestos, entre ellas el Centro de Información del Patrimonio Cultural de España, el Museo de Ávila, el Museo del Cine, La Farmacia Centro Nacional de Creación de las Artes Escénicas o un nuevo Teatro Nacional de Danza.