La cuenta de Twitter @greatartbot está manejada por un bot que cada seis horas genera una pieza de arte realizada mediante un ordenador. Se trata de un autómata muy creativo, sin lugar a dudas, más allá de si esa unión de píxeles en una ilustración abstracta puede o no ser considerada realmente arte. Y no por su calidad sino por su procedencia. El debate sobre la capacidad artística de los robots lo recupera 'Detroit: Become Human, el exclusivo de PlayStation 4 que se lanzará el 25 de mayo.
"Pensamos en el arte como una actividad puramente humana", afirma Adam Williams, guionista principal del juego, en una entrevista con EL ESPAÑOL. "La gente no cree que las máquinas sean capaces de hacer arte porque requiere emociones y creatividad. Por eso nos gusta plantear esa pregunta. Y creo que es una buena, porque si crees que un androide es capaz de ello, probablemente consideras que puede tener pensamientos independientes, humanidad y una identidad. Es un buen indicador de las capacidades que crees que puede tener una máquina", asegura.
Cabría hacerse una pregunta tan manida como la de qué es el arte ya que ya se ha visto a la inteligencia artificial escribiendo poemas o novelas y pintando cuadros mediante programaciones que incluyen un número tan elevado de variables que lo equipara al humano.
La relación de máquinas y arte no es la única cuestión que plantea el juego de Quantic Dream, que toca muchos palos como los derechos de estos androides o qué es lo que les diferencia realmente de los humanos.
Desde el estudio se lavan las manos a la hora de ofrecer respuestas a esos dilemas, como explica Williams: "Nuestro trabajo es hacer preguntas interesantes y que el jugador las conteste. Una de esas preguntas es: si una máquina puede sentir, si tiene voluntad libre, ¿es sólo una máquina, es algo más?, ¿se ha convertido en humano? ¿Qué significa ser humano?".
Lo que si consiguen al plantear esta controversia sobre la creatividad de los androides es envolver muchas de las preguntas que el título pone sobre la mesa, esperando que sea el jugador quien las conteste.
"Afortunadamente para nosotros, los escritores no teníamos que responder a esto para hacer el juego. Invitamos al jugador a contestarlas él", considera Williams. "En la sociedad en la que vivimos todavía no se han contestado. Personas que trabajan con la inteligencia artificial no se ponen de acuerdo en si es bueno o no si es algo bueno o no que las máquinas lleguen tan lejos".
El guionista define 'Detroit: Become Human' como "un drama interactivo", explicando que "las elecciones que haces cambian la historia y tú como jugador cambias la historia". Al desarrollar este argumento, con un guión de 2000 páginas y contado desde la perspectiva de tres personajes diferentes, no rehuye la polémica. No es el estilo de David Cage huir de ella, y siendo este un juego de autor, sólo hace falta conocer el pasado del director para saber qué propone esta obra en la que prima la narrativa por encima de la jugabilidad.
En una escena del juego mostrada en diciembre se mostraba un caso de maltrato doméstico presenciado por un androide, algo por lo que se criticó al estudio, acusándole de banalizarlo. Cage explicó entonces que "el título generará cierta polémica, ya que explora diversos temas controvertidos que para algunas personas serán inadecuados o tabú para un videojuego, pero probablemente ese sea el aspecto más fascinante de 'Detroit: Become Human'. Esperamos que dé lugar a debates interesantes y estamos deseando escuchar todas vuestras opiniones al respecto".
Williams, preguntado sobre la responsabilidad social de los videojuegos, asegura que "hay una pregunta interesante en qué esperamos de ellos". El guionista cree que la percepción ha cambiado : "Tienen una connotación de juguete, de entretenimiento. Y muchos juegos son buenos como vía de escape, ayudando a escapar de los problemas y divertirse".
"En Quantic Dream creemos que pueden ser algo diferente", afirma. "Más que huir de los problemas te hacen pensar más profundamente sobre ellos. Si estamos de acuerdo en que los juegos pueden hacer eso es importante que la sociedad del juego refleje la sociedad en la que vivimos, incluyendo no huir de los elementos oscuros, o no se sentiría real".
El juego introduce todos estos debates que todavía quedan algo lejos de poder ocurrir realmente. "La realidad es la I.A. la tenemos en el día a día pero no podemos emular todas las capacidades de la inteligencia humana", dice a este periódico Rafael Conde, director de innovación, estrategia y tecnología de Vector ITC Group y experto en inteligencia artificial.
"Sí que nos sorprende la aplicación práctica actualmente porque la inteligencia artificial toma decisiones analizando grandes volúmenes de datos y ciertas decisiones no las sería capaz de tomar la inteligencia humana", explica Conde, que elogia su capacidad de computación.
Conde cree que "el gran debate ahora mismo es establecer las reglas, normas y límites para regular la inteligencia artificial". Considera que si trata de emular el comportamiento humano, este "se rige por una ética" que se tiene que incorporar al funcionamiento de las máquinas. Y afirma que "es el momento" para fijar esta normativo.
En cualquier caso, no es la primera vez que se tratan estos debates. El libro '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' inspiró la película 'Blade Runner', y ambas tratan el debate, poniendo habitualmente forma humanoide a los robots. Existe cierta "fascinación" por esa idea, según cuenta Conde. También por ese concepto de un androide creyéndose humano. 'Detroit: Become Human' va un paso más allá, poniendo a un humano interpretando a un androide que se cree un humano.