Las urnas menos democráticas de todas son las que faltan a las normas ortográficas y les crece una hache mientras Pedro Sánchez, líder del PSOE, propone en directo revisar el modelo autonómico antes del uno de octubre, fecha de la hipotética consulta catalana para conocer la opinión del pueblo catalán sobre su pertenencia o separación de España. El directo de La 1, de RTVE, centraba la imagen del político socialista pidiendo al Gobierno la creación de una Comisión en el Congreso de los Diputados, para tratar el tema catalán y “solucionar la crisis territorial” y adelantaba con un rotundo: “En política, como en la vida, no se puede contentar a todos”, aseguraba al referirse a Ada Colau.
Al tiempo, los rótulos inferiores destacaban unas declaraciones de Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, en la Cadena Ser: “Santamaría garantiza que se impedirá que haya hurnas el 1-O”. Así, con hache. El escrito rompía con la Constitución ortográfica, que dicta que con hache están las palabras que empiezan por la secuencia “hum-” seguida de vocal. A saber, humillación y humorístico. También con hache los verbos de uso frecuente, como herir, helar o hartar. Incluso algunas interjecciones, tanto en posición inicial como en posición final: Oh. La hache nunca aparece en aquellas voces que comienzan por las secuencias “alb” y “alv”, como albedrío. Tampoco acompaña la hache a todas las voces que comienzan por la secuencia “exo-”, como éxodo.
Durante la entrevista con Pepa Bueno, la vicepresidenta ha asegurado que el uno de octubre no se repetirá lo ocurrido el 9N, porque no habrá URNAS ni, por tanto, colas ante los lugares en los que se pretendieran ubicar. Como la hache carece de valor fónico, los oyentes de las duras declaraciones de Santamaría no han podido descubrir si se refería a las urnas con hache o sin ella. Aunque se le presupone a la responsable de las relaciones entre el Gobierno y Cataluña dónde se colocan las haches y las urnas.
A los rótulos los carga la urgencia y nadie está libre de una hache traidora que se cuela en un titular sin permiso. Las piedras llueven sobre el tejado periodístico con artículos como éste, pero no tanto como la tormenta de urnas que arrecia en un país democrático, en el que se tiene por costumbre preguntar al pueblo para determinar su futuro.