Un martes más ha llegado MasterChef Junior a nuestras pantallas, y yo no puedo ser más feliz. Me encanta este programa, me reafirmo cada semana. Y no me gusta por los cocinados ni nada de eso, qué va: me gusta porque analizo a los chicos, y me gusta lo que veo. Somos el compendio de defectos y virtudes, y en ellos hay de todo. Son nuestro futuro y cada uno, con su carácter y personalidad, me representa. Es más, diría que en cada uno de los concursantes hay una parte de mí. Me declaro fan número uno de muchos de ellos. Sobre todo, de tres: de Henar, de Asier y de Javier. Ah, y de Aurora. Y de... y de... ¡de todos!
Cada uno por un motivo. De Henar, porque me parece una chica que no es consciente de lo que ayuda con su testimonio en televisión. Es un ejemplo en persona, cada frase que suelta, preñada de humor y de sagacidad, es un golpe de humanidad, realismo e inspiración. Dice no haberlo pasado bien en el amor, que no ha tenido suerte con los chicos, que nadie quiere salir con ella. Se declara un "patito feo" al mismo tiempo que reta a los chicos y al mundo con un "ya se arrepentirán" que, de seguro, se convertirá en grito de guerra de muchos niños que la ven en televisión.
Henar es necesaria en tiempos de bullying y maldad. Ella tiene una personalidad aplastante pese a su edad, y tan pronto le declara su amor a Jordi Cruz (42 años) como le dice a Mario Vaquerizo (46) -el invitado de la noche- que no, no es su tipo, y que lo siente de veras. Henar está ayudando, sin saberlo, a muchos niños y niñas. "Si yo hubiera tenido en mi época de cole a una Henar, mi vida hubiera sido otra", me dice alguien que no quiere salir aquí. Y yo reflexiono mucho sobre ello. Henar es un patito feo confeso, sí, pero un patito que no desea ser cisne. Es más, ¡se diría que reniega de serlo algún día! Ella quiere ser un patito, ¡pero el mejor del mundo! Ese es el mensaje que debe llegar a la sociedad, a la juventud, a los niños: no ser cisne, sino el mejor patito.
¿Que por qué me gusta también Asier? Porque lo veo un hombre adulto atrapado en un cuerpo de niño, porque tiene mucha sensatez, porque razona con una mente tan adulta y edificada que me da miedo y porque se adelanta a las críticas con una maestría asombrosa. Quiero que llegue lejos, porque con él lo haremos todos. Y de Javier me enamora su capacidad de decir las cosas sin ambages: no tiene filtros y lo está demostrando con su compañero, Antony, al que no soporta. No se aguantan y no lo ocultan: "Creo que no llegaremos a entendernos". Y yo me derrito de admiración, a veces no hay que darle vueltas a las relaciones humanas. Si no funciona, no lo fuerces.
Por cierto, que no se me puede pasar por alto y prefiero dejarlo por escrito ya: qué curioso que Antony conoce al chef Dani García (44), que ha visitado la prueba de exteriores. En concreto, Dani García trabaja con el padre de Antony. "¿A que tú estás en Puente Romano? ¡Ahí trabaja mi padre! ¿Lo conoces?", dice el niño. "¡Cómo no voy a conocer a tu padre!", le exclama Dani, como si el padre de Antony fuese el dueño y señor, el mandamás. Ay, ay, a ver si va a ser verdad eso que dicen en las redes de que estamos ante una edición de cayetanos y de niños de la nobleza. También ha soltado Celia que le dedica su plato a un tal Pepe Osorio... Raro-raro-raro..., ¿o el adjetivo sería otro?
¡Vamos a lo mollar! La primera prueba de la noche ha sido un homenaje a la literatura. Y es que, en el primer reto los aspirantes han tenido que preparar recetas asociadas a cuentos. Para ello, las cocinas se han transformado en una gran biblioteca. Entre otras historias, se han inspirado en El Flautista de Hamelín, Hansel y Gretel y Pinocho. Para la ocasión, el jurado, compuesto por Samantha Vallejo-Nágera (51), Pepe y Jordi, se ha disfrazado en Caperucita Roja, El gato con botas y Pinocho, respectivamente. Más allá de los comentarios hilarantes de los concursantes -me quedo con el de Henar hacia Jordi: "Qué pinocho tan pibón"-, me he fijado en la seriedad e incomodidad de Samantha. Qué digo: tristeza. Samantha tenía los ojos tristes.
"Hoy está rara", me escriben. Algo le pasaba. No estaba cómoda esta noche. Demasiado seria para estar rodeada de niños. Se diría que ha estado correcta y, por momentos, incluso un poco cortante y huraña. Un mal día lo tenemos todos, y creo que este martes no ha sido el mejor día de Samantha. No ha sido su mejor noche. Y no es una sensación solo mía: en redes también se lo han preguntado y he recibido dos mensajes interesándose por lo que le pasaba. En Twitter dicen que no se sentía cómoda disfrazada de Caperucita. Es cierto que se la veía envarada, contando los minutos para quitarse el antifaz. Pero no, no era solo eso.
Ni siquiera cuando se esforzaba por bailar o animar el cotarro era creíble. Le pasa algo, ¿o son idas de olla solo de unos cuantos? No sé, no sé... Con respecto a los platos de la primera prueba, la mejor ha sido Aurora, que se ha llevado un premio. Mi Henar ha tenido problemas con su magret de pato y ojo porque las gemelas Nina y Gina han recibido en la cata una pequeña reprimenda por parte de Jordi Cruz: "Hoy os he visto relajadas a las dos, hay que tomárselo más en serio". Ah, y lo que decía antes de Asier: me gusta cómo se adelanta a los problemas. Su plato no ha estado bien, y así lo ha hecho ver: "Tengo muchos fallos". ¿Es o no es adorable?
La prueba de exteriores ha tenido lugar en el Palacio Real de Madrid. Allí han realizado un menú solidario para "las familias que han perdido sus trabajos y que no tienen dinero ni para comprar. España es uno de los países más solidarios del mundo", ha dicho Jordi. Y este martes lo han demostrado. Han homenajeado a los voluntarios que repartieron comida durante el confinamiento en este difícil año.
De esta prueba me quedo con el enfado de Nicolás cuando han intentado conocer los detalles de su ruptura con Nina. "Me llevo mal con ella y no es mi amiga", ha soltado por toda respuesta. ¡Solo han durado como pareja una semana! En el último reto de la noche, y con el día de Navidad a la vuelta de la esquina, los pequeños se han dulcificado elaborando caramelos con palos de varios sabores.
En la prueba, los concursantes han contado con Lu, ganadora de MasterChef Junior 7. La escena más emotiva de toda la prueba han sido las lágrimas de la pobre Adriana, que se ha agobiado porque creía que no le daba tiempo a terminar y se ha derrumbado. Se me ha encogido el corazón.
Expulsados: Pablo, Adriana y Manel
[Más información: Polémico regreso del Junior con niños "de la nobleza", una cantante de El Rey León y la encerrona a Jordi]
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