Se ha convertido en uno de los médicos más mediáticos del país desde que a comienzos del mes de marzo la Covid irrumpiera bruscamente en España. Jesús Sanchez Martos (67 años) es hoy un habitual de la pequeña pantalla gracias a Sálvame, que en plena expansión de la pandemia decidió cambiar su habitual escaleta para ofrecer al espectador información diaria sobre el virus contando con el reputado experto.
Doctor en Medicina y Cirugía, diplomado en Enfermería y Catedrático de Educación para la Salud en la Universidad Complutense de Madrid, se puso al servicio del formato de La Fábrica de la Tele para ilustrar a la audiencia, que en esos momentos se contaba por millones. Antes, en el año 2015 y hasta el 2017, Sánchez Martos fue el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid durante el mandato de la por entonces presidenta, Cristina Cifuentes (56).
¿Cómo se enfrenta a la popularidad que está teniendo a raíz de su participación en Sálvame?
Yo creo que es una popularidad excesiva que se debe al momento que hemos vivido. Durante los meses de confinamiento la gente no salía y buscaban entretenimiento, y lógicamente el mayor entretenimiento, además de la radio o internet, es la televisión. Al hacer zapping la gente se encontraba con el programa, o ya eran asiduos a este, y allí me encontraban. Agradezco mucho a todos aquellos que seguían los consejos que he dado en el día a día durante el confinamiento y que siguen haciéndolo ahora de manera semanal en el espacio de salud. Pero esta popularidad nació hace mucho tiempo, llevo 34 años en los medios de comunicación, en Radio Nacional, Onda Madrid, Antena3, TVE, Telemadrid... en todo este tiempo he sido más reconocido por los conductores y taxistas profesionales por mi voz. La radio tiene una mayor fidelidad que la televisión, y la memoria auditiva es más potente que la visual.
Pero ahora le reconocen por la calle...
Es verdad, dicen que los ojos son el espejo del alma, pero también son el espejo de la cara. Incluso con mascarilla me reconocen mucho por la calle. Lo que sí tengo que decir es que jamás me han molestado. Simplemente se han acercado, me han saludado y han querido hacerse una fotografía para su padre o para su madre, porque la audiencia que más me ha visto han sido los mayores, que son los que más preocupados están por su estado de salud.
¿Fue consciente de la exposición pública a la que se iba a someter cuando accedió a participar en Sálvame?
Cuando empezó el asunto del coronavirus recibí una llamada de un antiguo compañero, un profesional de calidad que conocí y con el que trabajé conjuntamente en Telemadrid. Se fue de esa cadena como consecuencia del ERE que hubo hace años y yo desconocía su paradero hasta que contactó conmigo. En esa llamada me dijo que estaba como subdirector de Sálvame y me ofreció colaborar en una sección diaria para hablar de la Covid. Sinceramente, no voy a mentir, me llamó la atención lo que me propuso. Me sorprendí y pensé que qué pintaba yo en un programa en el que lo más normal es el famoseo, la frivolidad... Pero es verdad que cuando ofrecí la posibilidad de tener una sección con la más absoluta seriedad y rigor, la cadena, la productora, los directores de Sálvame y los de Telecinco enseguida aceptaron esa oferta. Se diseñó un espacio que en un principio duraba hora y media con diferentes expertos, y al final acabó siendo una sección diaria dedicada a la pandemia que conducía Jorge Javier Vázquez (50). Tengo solo agradecimientos a la cadena, a todo el equipo de Sálvame y especialmente a Jorge Javier por el trato, el cariño y el rigor científico con el que me deja tratar todas las cosas.
¿Era consumidor habitual del programa?
No, no voy a mentir. No consumía el programa entre otras cosas porque durante la hora que se emite yo estoy dando clases y ocupado con asuntos relacionados con mi trabajo. Pero es verdad que haciendo zapping más de una vez lo hemos visto en casa. Mi suegra lo ve, mi mujer a veces también. Pero tengo que apuntar que sucede una cosa llamativa con este formato, a mí muchos compañeros me dicen: "Te vi el otro día en Telecinco, ¿Cómo puedes estar en ese programa?", y yo les contesto siempre lo mismo: "No sabía yo que tu también veías Sálvame". Hay mucha gente que dice que no consume este tipo de programas, al igual que hace años se decía que no se compraban la revista Interviú.
¿Cómo reaccionó su familia al enterarse que iba a trabajar en el programa?
La primera sorprendida cuando le dije que me habían llamado de Sálvame fue mi propia esposa. Luego mis dos hijos, que no tienen nada que ver con la medicina. Uno hizo administración y gestión de empresas, y tiene un importante cargo de gran responsabilidad; y mi otro hijo es ingeniero informático y también tiene un cargo de responsabilidad. Sinceramente tengo que decir que me siento especialmente cómodo. Desde que pongo un pie en Telecinco hay un gran respeto por parte de la seguridad, las azafatas, los guionistas, los conductores... y especialmente he encontrado una sintonia muy cercana con Jorge Javier. En estos momentos solo puedo tener palabras de agradecimiento. Pero sí, fue una gran sorpresa para mi familia y con los amigos. También con algunos profesionales compañeros que me han dicho que no entienden cómo sigo en Telecinco.
¿Ha tenido consecuencias para usted participar en Sálvame?
Hay dos características con la que mis alumnos, mi familia y mis amigos me identifican desde hace muchos años: la libertad y la independencia. Yo soy un hombre libre e independiente. He sido Consejero de Sanidad sin ser miembro del Partido Popular y hubiera ejercido el mismo puesto si me lo hubiera ofrecido cualquier otro partido siempre que me hubieran dejado hacer las cosas que yo entendía que tienen que hacerse en la sanidad pública. Por lo tanto la libertad y la independencia siempre la llevo conmigo, y por supuesto también en los medios de comunicación. Pero tengo que confesar que a mí me han cerrado las puertas diversos medios de comunicación en los que a principios de la pandemia estuve continuamente. Canales como 13 TV, Antena 3... Hay medios de comunicación que no aceptan que estés con ellos si ya estás en Sálvame o en Telecinco. Eso se produce por las llamadas 'guerras de cadenas', pero como yo le dije a uno de los productores importantes de el programa de Susana Griso se trataba de mi libertad y de mi independencia.
¿Se ha ganado enemigos a partir de su colaboración en el programa?
Hay gente que te quiere y gente que no, eso pasa en todas partes. La experiencia de la vida te da sentido común y hace muchos años que me dije: "Tengo muy poquito tiempo y me tengo que dedicar a mis amigos, los que quieran ser mis enemigos tendrán que estar en la lista de espera". Los 'enemigos' que no conozco, y que son muy poquitos, no los contesto y los bloqueo directamente. No entro, no me he metido en eso jamás, ni cuando era Consejero de Sanidad. Hay mucha más gente que me ha felicitado y personas que se ponen en contacto conmigo por Twitter, inclusive por mi teléfono, o correo electrónico. Contesto a todo el mundo. Pero también es verdad que hay gente a la que no les gusta mi sección y me lo hacen saber, pero son uno o dos entre muchos. Algunos dicen que económicamente me estoy haciendo millonario, pues no. Esta es una sección modesta y no la estoy haciendo por dinero, aunque a nadie le amarga un dulce, como puedes comprender.
¿Ha cambiado su percepción sobre los colaboradores de Sálvame tras trabajar con ellos?
Sí. Todos los personajes se basan en el principio de la frivolidad y de ser famosos, pero te aseguro que todos, absolutamente todos, desde Belén Esteban (46) hasta Kiko Jiménez (28), Kiko Hernández (44), pasando por la propia Mila (68), que lo está pasando muy mal con su cáncer de pulmón, a mí jamás me han tratado con frivolidad si no con total y absoluto respeto. Además reciben y aceptan todos los consejos que yo pueda dar, porque entienden que están basados en el rigor de la ciencia.
¿Cuál es el momento más tenso que ha vivido?
Las conexiones en el exterior siempre son complicadas, cada vez que se hace una la gente va a saludarte, y además a la gente le encanta salir en la tele y se agolpa. Cuando hice la conexión en la playa había personal de vigilancia encargado de que la gente no se amontonara pero lo hizo. En su momento pedí disculpas por esto y lo sigo pidiendo. Ese no ha sido el momento más complicado. El más difícil de la pandemia fue cuando el programa conectó con un médico andaluz que estaba absolutamente en contra de todo lo que se estaba diciendo. Era el inicio de los 'negacionistas' que después se han visto en las manifestaciones, ayudados por Miguel Bosé (64) y compañía, y que ahora están avalados por un grupo de médicos que se hacen llamar 'médicos por la verdad' que están faltando al código deontológico y que tienen ya abiertos varios expedientes disciplinarios. Esa fue una situación difícil, porque estos 'negacionistas' tienen también sus seguidores y pueden hacer muchísimo daño.
Hay muchos colaboradores que se interesan mucho por sus consejos, ¿Quienes son los que más cosas le preguntan?
Todos están muy pendientes, pero la verdad es que cada uno de ellos se preocupa del consejo que les sirve para él mismo o para sus familias. En el caso de Kiko Hernández, se interesa mucho en las cuestiones de intoxicaciones alimentarias porque tienen dos niñas pequeñitas, el que tiene personas mayores en casa se interesan en eso... De todos modos ya estoy acostumbrado al síntoma del 'ya que', y es que cuando hay un médico cerca rápidamente te preguntan por lo que les puede pasar. Pero yo lo acepto de muy buen agrado y sin problema alguno.
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