Conchita Pérez, la poligrafista de Sábado Deluxe, ha decidido bajar las tarifas de sus sesiones. La psicofisiologista forense lejos de utilizar su fama para inflar el precio de su trabajo, prefiere reducirlo para que las personas de a pie y empresas de todos los tamaños no duden en contratarla cuando requieran de los servicios que ella ofrece.
De hecho, podría decirse que debido al volumen de trabajo que le reporta el programa Sálvame en su versión del prime time del fin de semana, Conchita puede permitirse hacer esta rebaja en sus sesiones porque prácticamente cada semana tiene la agenda cerrada con sus compromisos con la cadena de Paolo Vasile (67).
Pérez ha hecho una considerable bajada en su tabla de precios, nada menos que 100 euros por sesión. Hasta antes del fin de 2019, la poligrafista cobraba 475 euros por las tres horas de trabajo, y desde este invierno cualquiera puede solicitar saber las verdades y mentiras de alguien por 'solo' 375 euros.
Por ese suculento precio se consigue el pack de entrevista previa, preguntas, prueba poligráfica e informe con los resultados. Todo ello realizado con la profesionalidad que caracteriza a Conchita, quien está acreditada por algunas de las asociaciones más destacadas del mundo del peritaje.
"Realicé mi estudios en una de las escuelas más reconocidas en el mundo. En noviembre de 2008 obtuve la calificación de la Academia Marston de Poligrafía, acreditada por la APA (American Polygraph Association), e impartida por el prestigioso instructor Thomas M Kelly, perteneciente al United States Departament of Justice y Director de la Escuela", se puede leer en la web oficial de la poligrafista.
Tras trece años llevando a cabo su labor con innumerables éxitos y tras fichar por Sálvame hace casi una década, Conchita tiene claro cuál es su punto fuerte: "Mi especialidad es elaborar pruebas de polígrafo, realizando desde la entrevista previa hasta el informe final. A través de ellas, detecto el engaño o la inocencia y demuestro los hechos sucedidos sin testigos. Trabajo en numerosos casos, tanto para particulares como para empresas. Infidelidades de pareja, hurtos, robos, confirmación de testimonios, verificación de curriculums en Empresas, etc. Mi motivación es ayudar a las personas a salir de dudas y descubrir la verdad".
Además del mencionado detalle económico, la web de Conchita ha sufrido una transformación muy innovadora y profesional. Ha dado un giro a una puesta en escena más científica, con una fuerte presencia de la imagen de la poligrafista y destacando sus logros y estudios académicos que la avalan.
Posee diplomas de las asociaciones norteamericanas más relevantes y su sello de pertenencia a la American Polygragh Association, un grupo al que "no todo el que quiere puede pertenecer a esta asociación, reservada a aquellos poligrafistas que cumplen rigurosamente con sus normas de conducta ética y moral".
Conchita vive a caballo entre Madrid y Zaragoza, donde están establecidas sus dos sedes de trabajo. La experta, natural de Aragón, hace su día a día en la capital española debido a la afluencia de particulares y empresas que solicitan sus servicios, y sobre todo porque casi cada semana el programa Sálvame requiere de su labor en el polideluxe.
La 'verdad' de su vida personal
El nombre José Antonio Fernández de Landa es el único ligado al lado sentimental de Conchita Pérez. Pero lejos de ser una historia idílica de dos compañeros de profesión, ya que él también es uno de los rostros más conocidos de Antena 3 debido a su labor de poligrafista en programas de corazón, terminaron con una guerra mediático muy sonada.
Hubo un tiempo en el que fuero profesor y alumna y su relación fue más allá. Sin embargo, en poco tiempo todo se tornó oscuro y se enemistaron públicamente. Así lo reveló la propia Conchita en una entrevista concedida a la revista ¡Qué me dices!: "Pretende desacreditarme. Es un estafador. Tuvimos una relación íntima y ahora me acosa. Tiene mujer e hijas y se anuncia en Internet para buscar contactos. Hay una psicóloga que le ha denunciado por esto, pero no habla porque tiene miedo. El día que le conocí ya me llevó a mi casa. El segundo me invitó a comer y así empezamos a tener una relación. Nunca me dijo que estaba casado. Lo nuestro duró tres meses y yo aguanté tanto tiempo porque le había pagado un curso de poligrafista… Luego me di cuenta de que su curso era una mierda, una estafa y le denuncié".
[Más información: Así es Conchita, la poligrafista de Telecinco: de los 475 euros por sesión al acoso que sufrió]