En julio de este año, Rosa María Mateo (77 años) celebraba su primer aniversario como administradora única de Radio Televisión Española con la noticia más amarga: La 1 obtenía el peor dato de su historia con un 8,6% de cuota de pantalla en ese mes. Con ese mínimo, Televisión Española firmaba su temporada menos vista, bajando por primera vez del 10% de share en un curso televisivo.
La corporación pública parece no tocar fondo y, salvo que se produzca un milagro de última hora, obtendrá en 2019 la audiencia anual más baja de sus seis décadas de historia. Su canal principal, La 1, acumula en este año una media del 9,26% de cuota de pantalla, una cifra que mejora ligeramente en lo que llevamos de noviembre, cuya media está en torno al 10%. Pese a ese leve repunte, la cadena tendría que reventar los audímetros en diciembre y lograr más de un 25% de share para evitar acabar el año con su peor cifra.
La última ocasión en que La 1 fue la cadena más vista del año se produjo en 2011, cuando la cadena obtuvo un excelente 14,5% y se impuso como líder por tercer año consecutivo. Las buenas cifras se mantuvieron en enero y febrero de 2012, meses en los que siguió liderando. Desde entonces, La 1 no ha vuelto a copar lo más alto del podio entre las cadenas españolas. 94 meses de sequía en los que la corporación no ha sido capaz de frenar la sangría de espectadores.
Los informativos de la corporación también han perdido la prestigiosa posición que ocupaban antaño. Aunque su edición matinal consigue seguir luchando por el primer puesto, los Telediarios 1 y 2 caen a la cuarta posición de lunes a viernes, superados por los informativos de Antena 3, Telecinco y La Sexta.
La luz de esperanza al final del largo túnel que atraviesa la corporación se encuentra en su apuesta por el entretenimiento: en 2018 TVE consiguió, gracias a Eurovisión, colar las únicas dos emisiones no deportivas del ranking de los 50 programas más vistos del año. Así, formatos como Masterchef y ficciones como Cuéntame suponen un soplo de aire fresco para la cadena, liderando en sus días de emisión e indicando el camino que RTVE debe seguir para volver a batirse con los grandes.
Entretanto, Televisión Española debe enfrentarse a otra crisis más allá de las cifras de audiencia: la incertidumbre organizativa de la institución. La inestabilidad política en España, sin gobierno y sin nuevos presupuestos aprobados, ha provocado la perpetuación en el poder de un Consejo de Administración que fue nombrado por decreto-ley de forma provisional hace ya más de un año. Así, el aumento del 9,5% de dotación presupuestaria previsto para 2019 no ha podido materializarse y se desconoce si la cuantía -que en 2018 fue de 343 millones de euros- se verá mermada en 2020 por los nuevos recortes impuestos al Gobierno desde Bruselas.
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