María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, Cayetana de Alba, XVIII duquesa de Alba de Tormes, falleció el frío 20 de noviembre de 2014, en su querido Palacio de Dueñas, en Sevilla, a los 88 años tras unos meses aquejada de una débil salud.
Pereció Cayetana colmada de amor, rodeada de su marido -hoy, viudo, Alfonso Díez (74)-, sus seis hijos, nietos y amigos. "Ha muerto en paz, rodeada de todos sus hijos y acompañada del auxilio de Dios", explicó entonces el sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, confesor de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva y capellán de su familia.
"Se ha ido apagando poco a poco. No ha sufrido", agregó el religioso, reconociendo que la aristócrata era consciente de que su tiempo se acababa cuando estaba ya en la Unidad de Cuidados Intensivos. La 14 veces Grande de España, jefa de la Casa de Alba y un personaje único e irrepetible decía adiós.
Hoy, día 20 de noviembre de 2024, se cumple una década de su partida, 10 larguísimos años. Y el balance familiar es inevitable, marcado éste por un claro distanciamiento entre sus hijos, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo (76 años) -actual duque de Alba-, Alfonso (74), Jacobo (70), Fernando (65), Cayetano (61) y Eugenia (55).
Entre los vástagos de Cayetana ha habido, en estos 10 años, desacuerdos económicos y rencillas personales. Algunos de esos escollos vinieron motivados, según las crónicas, por las deudas que se encontró el duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, cuando heredó la Casa de Alba. El reparto de las fincas, además, supuso un cisma.
Tampoco habría ayudado, precisamente, a la paz el hecho de que Cayetano tuviera que abandonar el Palacio de Liria, donde residía desde 2007, tan sólo dos meses después de fallecer la Duquesa, por indicación, presuntamente, de su hermano mayor, Carlos. Entonces, el duque de Arjona, quien esperaba desempeñar un papel destacado en la administración familiar, se sintió desubicado.
También dolido y decepcionado. Aquella brecha supuesto un abismo y el resto de hermanos tomaron partido. Cuentan quienes lo saben que el detonante final para la disolución de la cordialidad en las relaciones tuvo lugar con la publicación en 2019 de la obra literaria de Cayetano, titulada De Cayetana a Cayetano. Un proyecto en forma de libro que terminó por erosionar toda concordia.
Hoy, como confirma EL ESPAÑOL, tan sólo Cayetano Martínez de Irujo libra una cordial y afectuosa y fluida relación con su hermano Fernando. 10 años después de la partida de Cayetana de Alba, el escenario familiar en casi nada se parece a la realidad que se vivía cuando la también cinco veces duquesa, 18 marquesa y 20 condesa y vizcondesa vivía.
Cada año, cada triste 20 de noviembre, Cayetano organiza una misa homenaje en memoria de su madre, en la iglesia de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla. Durante estos años, las marcadas ausencias de sus hermanos han sido crónica habitual, pues el duque sólo ha sido acompañado por íntimos amigos, por su actual pareja, Bárbara Mirjan, o su exmujer, Genoveva Casanova (47).
Alfonso Díez, duque viudo de Alba, también ha asistido algún año. Este año 2024 todo hace indicar que se producirá un importante acontecimiento que dará un sutil giro de guión en el calendario familiar: a la cita del próximo día 20 cabe la posibilidad de que asista Carlos, el hermano mayor y duque de Alba. Así lo confirma Cayetano en conversación con EL ESPAÑOL: "Sí, su secretaria me lo ha notificado".
Este diario contacta con el duque de Arjona para hacer una bella y emotiva remembranza de su progenitora, un retrato no ya de la vastísima figura de la Duquesa, sino de la madre, de María del Rosario: de la mujer tras los títulos. Cayetano se muestra reticente, a priori, en su charla con este periódico, pues defiende no ser partidario de hablar en espacios centrados en crónica social.
Vive alejado de la polémica, o lo intenta. Pero sí accede a hablar de su madre. "Este día lo vivo siempre con nostalgia, como si hubiera sido ayer, como si no hubieran pasado 10 años. Para mí, el recuerdo de mi madre sigue vivo y latente", asegura, al otro lado de la línea, el menor de los Martínez de Irujo.
Destaca de la duquesa de Alba el "ejemplo que fue, el referente, como la mayor figura femenina del siglo XX y XXI en España, en el ámbito general". Recuerda Cayetano, en su día a día, el "coraje" y el "aprendizaje" que le brindó Cayetana. Una capacidad de resiliencia que él ha heredero.
"Es probable que haya boda"
En su conversación con EL ESPAÑOL, explica el conde de Salvatierra que, a nivel profesional, y en contra de lo que se pueda imaginar, él no lo ha tenido fácil. En la actualidad, se dedica al mundo agrícola. Tiene, junto a su hermano Fernando, una pequeña empresa que están luchando por convertir en grande.
"Lo que hago, lo hago con dinero prestado. Cuando te metes en deudas, asumes riesgos", reflexiona Cayetano. Por ello, pone en valor la figura de los empresarios y los autónomos. No está siendo fácil, pero Cayetano se siente satisfecho de lo logrado, de lo luchado. A su lado, su razón de amor, la discretísima Bárbara. De ella no acostumbra a hablar.
Con EL ESPAÑOL hace una excepción: "Es una mujer excepcional. Una chica que se ha criado sin complejos, con una base emocional estable gracias a sus padres. Tiene unos condicionantes fuera de serie. Es una persona que me aporta muchísimo". ¿Habrá algún día boda entre ellos? Cayetano resuelve: "Es muy probable; si llega algún día, se anunciará".
La nueva vida de Alfonso Díez
Alfonso Díez, otro de los grandes protagonistas de esta historia, lleva una existencia de lo más austera. Vive de dos pensiones. Aunque tras la muerte de la Duquesa decidió volver a su 'piso de soltero', situado en el madrileño barrio de Chamberí, tiempo después adquirió otra vivienda en la misma zona en la que vive en la actualidad. Una casa de más de 200 metros que compró a finales de 2016.
Viaja mucho y frecuenta grandes amistades, como Carmen Tello (69) y Nuria González (53). No es Alfonso un hombre de alardes ni grandes lujos. Se mueve y maneja mejor en la discreción. Queda a comer con amigos, da paseos por las zonas nobles de Madrid y se deja maravillar por la cultura en general, desde un cine hasta un museo.
Explica una persona de su entorno más íntimo que cuando viaja a Sevilla renuncia a instalarse en el Palacio de Dueñas para hacerlo en el hotel Las Casas de la Judería, propiedad de un buen amigo suyo. Con respecto a la relación que mantiene Díez con los hijos de la duquesa, se confió tiempo atrás: "Alfonso también sufre al ver la situación entre los hijos de Cayetana. No es fácil. Alfonso se lleva bien con todos".
Y se aclaró: "Con algunos más que con otros". Tras enviudar en 2014, decidió retirarse de la vida pública, de los flashes y saraos de toda índole social. Se replegó. Optó en su lugar por centrarse en su discreta y modesta vida, de la que forman parte sus queridos perros, su familia y buenos amigos, y sus paseos al gimnasio o al cine.
Alfonso recuerda diariamente a Cayetana, la tiene muy presente y habla de ella en su día a día. "Cayetana ha sido lo mejor que ha pasado en mi vida. Era una mujer en toda regla, maravillosa. Teníamos muchas cosas en común", aseguró Alfonso en 2018 en el programa Lazos de sangre de TVE.
Entonces, embargado por la emoción, añadió: "Nos llevábamos unos años de diferencia, pero yo no lo notaba. Era muy divertida, inquieta. Quería saberlo todo. Me lo he pasado con ella como con nadie. Ha sido un placer estar con Cayetana".