Los rostros más conocidos de España se dieron cita este miércoles, 16 de octubre, en el palacio de Santoña para vivir una gala repleta de emociones y con un objetivo: dar visibilidad al cáncer y recaudar fondos para destinar a la investigación contra la enfermedad.
Esta es la cuarta edición que se celebra y a la que no dudaron en acudir personas que lo han vivido de cerca o que han demostrado siempre tener un lado solidario y reivindicativo. Eva González (43 años) fue la maestra de ceremonias de una cena que reunió a otros rostros como Sara Carbonero (40) o Isabel Jiménez (42).
Almudena Cid (44) fue la primera en llegar a una cita con mucho significado para ella. Cabe recordar que ha colaborado en varias ocasiones con campañas de concienciación de la enfermedad. Lo hizo con un espectacular vestido y muy cercana con los medios de comunicación allí presentes, entre los que se encontraba EL ESPAÑOL.
Ha venido ideal para una noche benéfica y tan importante.
Sí, creo que este vestido me sienta muy bien. Hay otros que me he puesto y no me quedan tan bien. Me he puesto también las uñas en rosa para romper un poco y porque es necesario. Todos sabemos que necesitamos más investigación, mucha más. Hay que apoyar a aquellos que llevan años apostando por esta visibilidad. Así que aquí estamos.
Siempre ha mostrado su lado más solidario y saber utilizar correctamente el altavoz que le da la fama para hablar de estos temas que a veces son incluso tabú.
Sí. Ahora mismo estoy con una campaña también contra el cáncer que se llama Quiero verte envejecer de Ausonia. Estoy feliz de que hayan plasmado aquí lo importante que es envejecer cuando estamos siempre peleándonos por otras cosas. Darle la vuelta al envejecimiento y que sea por una buena causa... Todo lo que sea aportar a la investigación, a la conciencia, a prevenir y hacernos revisiones. La repercusión de la enfermedad del cáncer depende de la prevención también. Tenemos que cuidarnos nosotras y responsabilizarnos.
Cada vez se ha ido visibilizando más.
Me acuerdo de cuando mi tía se rapó el pelo nos lo mandó al grupo de Whatsapp. Y pensé: "Si es que está guapísima". Es lo de menos, pero entiendo el proceso. Afortunadamente, por la visibilidad que se le ha ido dando, ya no hay esa visión de tener miedo a ir al hospital. Mi abuela no fue a tiempo. Tenía síntomas, pero no fue a hacerse ningún tipo de revisión y cuando quiso ya era todo irreversible. Antiguamente, esas mujeres tenían una mentalidad de ir lo justo al médico. Ahora creo que ya estamos mucho más concienciados y ahora es impensable. Tenemos que seguir apostando por la investigación.
¿Cómo está en lo personal?
Estoy bien. Estoy agradecida con la vida porque tengo una familia maravillosa, me han pasado cosas muy bonitas y tiendo a valorar lo que tengo. No sé si es porque vengo de un deporte muy sacrificado, que cuando tenía una tarde libre me parecía oro. Le doy aún un valor incalculable. Cada día nos pasan cosas y a veces son golpes fuertes. Perdí un tío recientemente y es como que sé que vamos a ir perdiendo gente. Tenemos que estar felices en los momentos en los que podemos estarlo.
¿Qué le ayuda a superar los malos momentos?
Los valores que adquirí como deportista. Salí a competir con un pie roto, con un menisco... Creo que mi capacidad de colocar un problema en mi ser está adquirido de mi etapa deportiva y eso nos pasa a muchos.
Siempre ha dicho que es usted la que se ponía los retos.
Es que cada competición era un nuevo reto y volvías a partir de cero. Nada estaba escrito para siempre. Termina una temporada deportiva y la siguiente empieza de cero. Cada vez tienes que estar demostrando, haciendo un esfuerzo por volver a estar ahí. La vida es igual. Desgraciadamente, nada de lo que hagamos ahora es permanente, nunca.
¿Qué es lo peor que recuerda de la gimnasia?
Sigo teniendo secuelas. Todas las mañanas los pies me duelen, pero también me dieron muchas alegrías. Llevo unos tacones que digo: "Cuando llegue a la silla, me los quito".
¿En qué momento se encuentra en lo profesional?
A raíz de la publicación de Caminar sin punteras estoy dando muchísimas conferencias en empresas. También estoy pendiente de un estreno, en 2025. Es la serie La Suerte, de Disney Plus. Estoy deseando ver el resultado de ese trabajo.
¿Se podría decir que el mundo de la actuación es su otra gran pasión?
A ver, es muy inestable el trabajo del actor y a veces pasas dos años casi sin ningún proyecto. Así como en el deporte tú te planificas tu temporada, por lo menos en el año. Pero luego también pienso en la actriz mayor, con arrugas, en el escenario y eso no lo podría hacer como gimnasta. Es una profesión a largo plazo, de goteo y de constancia. En la gimnasia rítmica a mí me estuvieron retirando desde los 20 años y lo hice a los 28, tampoco podía alargar.
Qué injusto el tema de la edad en el mundo de la gimnasia.
A mí me llamaban la vieja de la gimnasia, pero rompí ese techo de cristal. Me fijé en la coherencia, es decir, una bailarina de 40 años sobre un escenario. ¿Y por qué nosotras no podemos? Tenemos una limitación propia, porque había una conciencia entre los entrenadores públicos y deportistas. Hasta que no lo hemos roto, la gente no ha entendido que podía ser normal estar hasta los 30 años.
¿Ha visto diferencia entre hombres y mujeres?
Lo que pasa es que eso tiene mucho que ver con lo que ocurre en la infancia, en la práctica deportiva. Tú no ves un futuro dentro del deporte, porque aunque es profesional, no nos consideran profesionales. Es una de las batallas que he empezado a liderar. Queremos que los deportistas coticen porque la edad de abandono deportivo es como a los 18 o 20. Estamos a años luz de regular nuestra profesión, cuando invertimos toda nuestra vida.
Esta noche ha venido muy bien acompañada por su novio, Gerardo. ¿Cómo están?
Ya no quiero hablar de mi vida personal porque bastante he tenido, pero estoy feliz. Afortunadamente, he tenido la capacidad y el arrope necesario.