Rosario Bermudo (72 años), la hija reconocida de Leoncio González de Gregorio y Martí -esposo éste, a su vez, de Luisa Isabel Álvarez de Toledo-, está optimista y muy contenta tras la celebración del juicio, este pasado miércoles, 9 de octubre, en Soria, por su millonaria herencia.
El pasado día 7 se conoció que Bermudo había alcanzado un acuerdo con tres de sus hermanos. Un entente con Leoncio, Gabriel y Javier que propició que Rosario haya percibido ya una parte, no precisamente ínfima, de su herencia. No obstante, aún queda un escollo en el camino: la oposición de su hermana Pilar González de Gregorio.
Ésta, heredera universal de su padre, no está por la labor de recompensar a Rosario con dinero. Un extremo que ha abocado a la cita ante la justicia. EL ESPAÑOL conoce qué ocurrió, intramuros, en los juzgados de Soria, quién acudió y cómo se desarrolló todo. Fernando Osuna, letrado que defiende los intereses de Bermudo, sostiene que, en general, el juicio ha ido "bien".
Osuna desliza que la jueza ha barajado en todo momento "dos criterios" económicos para tratar de solucionar la desavenencia entre las hermanas, Rosario y Pilar. La primera vía que se ha expuesto es "la más favorable para Rosario, que estudia un millón y medio de euros", apunta Fernando, y agrega: "Y otra más perjudicial, de 700.000 euros".
En esos dos parámetros se ha fijado el acuerdo. Se explica a EL ESPAÑOL que la sentencia definitiva se conocerá "dentro de 15 días, como mucho un mes". Bermudo está tranquila. Este pasado día 9, en Soria, se reencontró con dos de sus hermanos, Leoncio y Pilar. "Los dos declararon como testigos, también lo hizo Rosario", explica Fernando Osuna.
Rosario y Pilar, siempre según este abogado, se saludaron. "Fue un saludo correcto, en un ambiente cordial". Este pasado día 9, Pilar González de Gregorio, por primera vez, rompía su silencio en un plató de televisión, vía telefónica. La hija de Leoncio González de Gregorio y Martí, y su heredera universal, entraba en directo en el espacio TardeAR, en Telecinco.
Al contrario de lo que asevera Osuna, Pilar describe el cruce con su hermana Rosario como "muy distante" y añade: "Se acercó a saludarme y la saludé. Han pasado una serie de cosas, como la exhumación de mi padre. Yo me ofrecí judicialmente para cancelar la exhumación y hacerme la prueba y Rosario, en un principio lo aceptó y luego se negó".
Pilar también aprovecha para puntualizar un aspecto sobre su madre, Luisa Isabel Álvarez de Toledo, y Rosario: "No tienen nada que ver. Es decir, como mi madre fue una persona que tuvo más fama, pues se la utiliza como si tuviera que ver con Rosario. No, no es hija ni heredera de mi madre. Ella es hija de mi padre".
Sobre los pagos que no ha efectuado todavía Pilar a su hermana Rosario, la heredera de la 'duquesa roja' afirma haberle ofrecido tierras porque es lo único que ha recibido de la herencia. "Yo le puedo pagar en tierras, pero ella no lo acepta", ha sostenido Pilar.
Fernando Osuna ya habló con EL ESPAÑOL acerca de por qué no desea su representada que se le ofrezcan tierras como parte de la herencia. "Sólo hemos pedido dinero, porque en realidad las propiedades que tenía Leoncio, en Soria, son agrícolas en su mayoría y eso es muy difícil de vender y darles salida", apunta Osuna.
Conviene puntualizar que la herencia de Leoncio, fallecido en 2008, es vasta. "La herencia de Leoncio González de Gregorio y Martí estaba sobrevalorada en el momento de la partición. Ninguno de sus hijos recibió los dos millones que ahora pide la nueva heredera", opinó con Vanity Fair un conocedor de su legado, en mayo de 2017.
Para quien no lo sepa, el aristócrata madrileño, campeón de hípica, forjó una fortuna en torno a la agricultura y la ganadería. Tras su muerte, la herencia se dividió entre dinero, fincas rústicas y obras de arte. Leoncio declaró a su hija Pilar heredera universal. Fue la encargada de entregar a sus hermanos la legítima en efectivo y el legado con el que su padre obsequió a sus hijos.
Explica hoy Fernando que Pilar fue la hija más "mejorada", pues recibió, además, el tercio de libre disposición. Pilar, siempre según la versión de Osuna, está "molesta" con Rosario Bermudo, puede que porque a la aristócrata nunca le gustó el proceder mediático de su hermana. Tampoco fue del agrado de Pilar que se exhumara el cuerpo de su padre, Leoncio.
"Estoy muy dolida porque ha dicho -Rosario- que es mentira que yo me ofreciera a realizar las pruebas de ADN, cuando la realidad es que estaba dispuesta a hacérmelas. Incluso le mandé un escrito en el que me ofrecía a someterme a ellas. También lo hizo mi hermano Javier, los dos con la intención de que no se exhumara a nuestro padre", explica Pilar en La Razón.
Y agrega: "Y ella, en un principio, aceptó esa posibilidad, pero luego se echó atrás y afirmó que no quisimos hacer esas pruebas, lo que es mentira". En otro orden de cosas, no es ningún secreto que hay un importantísimo cambio, de 180 grados, radical: Bermudo pasa de ser mileurista a ser millonaria. Y no sólo ella, también afecta a sus tres vástagos.
Rosario, así se traslada a este medio, no quiere nada para ella, tan sólo "tapar agujeros" y solucionar "los pequeños problemas" de sus hijos. El sueño de Bermudo es "poder pagar con dinero la salud de su marido", para que mejore, pero como eso no es posible intentará facilitarle la vida con "las mayores comodidades". Tanto Rosario como sus tres hijos viven con gran humildad, son personas "corrientes", y así seguirán siendo.