Pocos capítulos han despertado tanto misterio y especulación en la historia reciente de la monarquía española como las relaciones extramatrimoniales del rey Juan Carlos I (86 años) y el dinero público que, presuntamente, utilizó para contentar -o callar- a sus amantes. Entre los nombres más conocidos, el de la interiorista mallorquina Marta Gayá (76), a la que llegó a llamar en público "my girlf" ("mi novia") o el de la empresaria Corinna Larsen (60).
Pero sobre todas ellas, destaca la figura de alguien que ha vuelto a la actualidad informativa de la peor manera posible: por la traición de un hijo. Ella es Bárbara Rey (74). Esta historia de pasión y poder entre Juan Carlos I y la vedette, que usó el título del monarca como apellido artístico, está plagada de secretos, intrigas y muchos silencios que, tras casi cuatro décadas, siguen despertando el interés del público y resquebrajando la buena imagen que se podía tener de ambos.
La relación entre Juan Carlos de Borbón y Bárbara Rey tuvo su origen en la década de los 70, cuando España vivía tiempos de cambio y apertura. "Fue en 1977. Es algo de lo que no he hablado nunca, pero bueno, él me localizó, me llamó. Yo estaba trabajando, llamó por teléfono a mi casa, entonces vivía con una amiga y secretaria, y cuando llegué me lo dijo y yo no me lo creí, creía que era una broma", desveló la artista en una entrevista con Risto Mejide (49).
En aquellos años, el Rey, quien acababa de ascender al trono patrio tras la muerte del dictador Francisco Franco, se esforzaba por consolidar una monarquía parlamentaria en un país marcado por la transición. En el otro extremo del espectro social, se encontraba Bárbara Rey, símbolo de esa renovada libertad que comenzaba a experimentarse dentro de nuestras fronteras tras 40 años de oscuridad y penumbra por la sombra de Franco.
Bárbara Rey participó en el cine y también el teatro de destape, que florecía en una sociedad ávida de romper las cadenas de la represión franquista. Llegó a protagonizar Me siento extraña (1977), una película donde interpretaba a una mujer homosexual que se enamora de otra, la también rompedora Rocío Dúrcal.
En Cristo y Rey, de Atresplayer, donde se cuenta la vida de María García García -Bárbara Rey-, se recoge un momento en el que ella termina de rodar un día en el set de Me siento extraña y es el rey Juan Carlos quien, de incógnito, la recoge en su moto. Según la serie -cuyo relato se construyó por los testimonios de algunos de sus protagonistas y por las crónicas publicadas en la prensa de la época- la actriz mantuvo una relación de tres años con Juan Carlos, que se retomaría unas décadas después.
Ambos se encontraron en un momento en el que los anhelos personales y la búsqueda de aventuras parecían ir de la mano. Bárbara Rey, con su personalidad arrolladora y su carisma desbordante, se convirtió en un punto de fascinación para Juan Carlos I, quien, según han comentado expertos en Casa Real, halló en ella un refugio donde escapar de la presión de su vida y de su complicada relación matrimonial con la reina Sofía (86).
Pasado el tiempo, cuando el jefe del Estado es conocedor de que Bárbara está embarazada de su primer hijo con su marido, Ángel Cristo, decide mandarle un regalo. Era un chupete de plata para el futuro bebé. Este detalle fue confirmado por Ángel Cristo Jr. (43) en una de sus múltiples entrevistas en ¡De viernes!
Un romance cubierto por el poder
Pese a que la relación entre el rey Juan Carlos y Bárbara Rey fue conocida por muchos en la esfera de poder, se mantuvo en secreto, evidentemente, para el público general. Todo ello gracias a los complejos mecanismos de protección del Estado y al control mediático que Juan Carlos ejercía desde la Casa Real. Las versiones sobre encuentros furtivos en residencias alejadas del mundanal ruido, hoteles discretos e incluso propiedades oficiales fueron comentadas en petit comité durante años. Ahora cada día se conocen más detalles.
Las especulaciones sobre el romance empezaron a tomar mayor fuerza en los años 90, cuando se filtraron informaciones sobre la supuesta relación. Incluso se habló de la intervención del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en el pago de cuantiosas sumas de dinero para asegurar el silencio de Bárbara Rey, quien, según el testimonio de su hijo mayor, Ángel Cristo Jr., habría grabado conversaciones y encuentros íntimos con el monarca como una forma de protegerse ante cualquier eventualidad.
El primogénito del fallecido domador de leones va más allá y habla de un chantaje de su madre al Rey: no sólo con audios, sino con fotografías que tomó, supuestamente, él siendo un niño de 12 años. Aunque no existen pruebas concluyentes, la sospecha de que se utilizaron fondos públicos para mantener el secreto empañó aún más la imagen del rey Juan Carlos.
En estos días, en los que, por cierto, el rey Juan Carlos se encuentra en Sanxenxo, Galicia, han visto la luz unos audios de 1994 en los que se escucha perfectamente el amor que se profesaban. "Hombre, digo... 'este no me llama'", le reprocha Bárbara con confianza. "Te he llamado siete u ocho veces", dice él. "Es raro, porque el teléfono no ha sonado", responde ella. "Te quiero, cariño", expresa el soberano al final de la conversación. "Yo te quiero más", concluye la artista.
En un último documento de audio publicado por OKDiario y Mediaset se aprecia a la perfección el enfado de Bárbara, siendo grabada por alguien que se desconoce, mientras carga contra Juan Carlos. "Acabarás mal. A mí me matarás, porque es lo que has pretendido durante mucho tiempo. Pero no te olvides que has estado mucho tiempo unido a mí y esa muerte siempre irá unida a ti y tú unido a mí. Y esa unión jamás se va a deshacer. ¡Tú no te libras de esto! ¡Tú caes conmigo!", son algunas de las furibundas palabras de Rey.
"A mí me van a matar, pero me van a matar con la cabeza muy alta y sabiendo el mundo entero a qué persona me he enfrentado, y con qué persona he estado, y qué persona ha engañado a este país y a este mundo, que es el Rey", expone aquella Bárbara fuera de sí.