El 7 de septiembre de 2023, cuando todavía la sociedad española estaba asimilando el fallecimiento de María Teresa Campos, otro deceso zarandeó el país, de punta a punta: el de la increíble artista María Jiménez. Dos grandes, qué duda cabe, se despidieron en un tramo de 48 horas.
La muerte de Jiménez fue sólo sorpresa para el gran público, pues ya llevaba tiempo lidiando, con discreción, contra un cáncer de pulmón. La vida de la celebérrima María, y la de todos los que la quisieron y admiraron -en especial, su hijo, Alejandro Jiménez (41 años)- se fundió a negro a los 73 años.
España lloró a la artista, con especial ahínco lo hizo su querido barrio Triana, pero Alejandro, deshecho en dolor, despedía a su madre, guía y referente. No sería justo no mencionar en este punto a Isabel Jiménez, la hermana de María y tía de Alejandro. Ella fue fundamental en la vida de su reconocida hermana, y hoy lo es en la de su sobrino.
Alejandro junto a su madre, María Jiménez, en una fotografía de sus redes.
365 días, todo un largo año, han pasado desde aquella muerte y en la actualidad el vástago de la sevillana sobrevive -más que vive- como puede a su marcada ausencia. Un año parece mucho tiempo, pero, en realidad, no es nada. "Parece que ha pasado muchísimo más tiempo de un año", manifestó hace unos días Alejandro, durante su visita al espacio de Antena 3 Y ahora Sonsoles.
Isabel Jiménez, días atrás, en un evento, manifestó que su sobrino Alejandro está "bien", pero no escondía que "él es más joven y le cuesta un poco más" -hacerse a la muerte de su madre-. EL ESPAÑOL ha confirmado, a través de un buen amigo de Alejandro, que claro que sigue "tocado", y que hay días en los que el recuerdo se hace difícil de digerir.
Y más ahora, pues Alejandro, su pareja sentimental, Danae, y los dos hijos de la solidísima pareja, Julia y Álex, se han mudado a Chiclana. En concreto, a la residencia donde vivió María Jiménez hasta el final de sus días. La intérprete de El diablo no hablaba de ti o Eres como eres adquirió esta casa unifamiliar, junto a su marido Pepe Sancho, hace varias décadas.
Allí, intramuros, Jiménez encontró la paz que siempre buscó, sobre todo cuando se convirtió en una verdadera diva con su estilismo inspirado en un pavo real, durante el lanzamiento de la canción Con dos camas vacías, que cantó a dúo con Joaquín Sabina (75), en 2002. Con arquitectura mozárabe y un interiorismo muy andaluz, este inmueble fue el refugio de María, su rincón, y presumió de él en distintos programas.
María Jiménez junto a su hijo, Alejandro, en una fotografía de sus redes sociales.
Siempre dijo María que, pese a los vaivenes y turbulencias que experimentó su vida económica, esa casa era su bien más preciado. Hoy, su único hijo la va a ocupar, cuidar y mimar como lo hizo su progenitora. Tal y como explican a este medio, ha sido a lo largo de este verano cuando Alejandro y su pareja comenzaron a trasladarse. Han sido días lacerantes por momentos, pues María está muy presente.
La casa, defiende quien puede hacerlo, está "prácticamente igual" que cuando vivía María Jiménez. Su propio hijo ha reconocido que en el inmueble hay "prendas de mi madre que son auténticas joyas".
Alejandro tiene un objetivo y razón de peso para mantenerse erguido. No sólo su pareja y sus hijos -eso vaya por delante-: el vástago de María quiere preservar el legado de su madre y que su memoria no muera.
En esa línea, está realizando una emotiva y ardua labor con uno de los proyectos más importantes en la vida de su madre. El libro que escribió la autora de Se acabó, en 2002, una suerte de memorias tituladas Calla, canalla, ha visto incrementadas sus ventas de forma exponencial en los últimos meses.
Y ahí entra la función de Alejandro. Jiménez hijo va a hacer llegar los ejemplares firmados que su madre no pudo terminar. Y muchísimos más. Se desliza que este trabajo -estampar su sello en los libros- fue uno de los más gratificantes para María en sus últimos años.
"Fuera de todo pronóstico, mi misión es hacer llegar estos libros a su gente, y seguir repartiendo el amor que María repartía. Yo llevo con esto -el trasiego de libros- más de 20 años en casa. En los últimos cuatro años monté la web y mi misión es esa: hacer llegar a la gente la historia de María y que más y más personas la conozcan. Ella era una mujer muy transgresora", explicó Alejandro en uno de los vídeos que colgó en el perfil de Instagram de su madre.
María Jiménez en una imagen de sus redes sociales.
-Cabe puntualizar que tras la muerte de su madre, Alejandro tomó una decisión importante: paralizar temporalmente sus redes personales para volcarse en las de su madre y, de este modo, que su figura siga viva-.
Además del libro, Alejandro ha realizado en este tiempo distintos homenajes a su madre, tanto en forma de conciertos en su memoria como el emocionante día que vivió la familia el pasado 30 de mayo.
Ese día, la ciudad de Chiclana de la Frontera le rindió el gran homenaje a Jiménez. Una escultura dedicada a la artista da la bienvenida a los que llegan a la localidad gaditana por la zona de La Loma, muy cerca de la urbanización donde residió la sevillana hasta su fallecimiento.
El alcalde de Chiclana, José María Román (66), presidió el acto de inauguración de la rotonda dedicada a María Jiménez, un magno y emotivísimo evento en el que el edil estuvo acompañado por Alejandro Sancho, hijo de la artista, y por Isabel, la hermana de la intérprete de Se acabó.
El alcalde destacó en ese emocionante día que se hace un reconocimiento "de corazón" a una figura "tan grande como María Jiménez", y apostilló: "A todo el visitante que llega a Chiclana por la zona de La Loma le da la bienvenida la gran María Jiménez".
Alejandro Sancho, hijo de María Jiménez, agradeció al alcalde este homenaje, así como a las mujeres que asistieron al acto. "Cada vez que pase por aquí para hacer la compra voy a tener cerca a mi madre". Mención aparte se merece el merchandising que Alejandro está haciendo con la imagen de su madre: a través de la página web vende camisetas, chaquetas, pegatinas, tirantes...
Cuenta a EL ESPAÑOL la fuente consultada que Alejandro Jiménez va a velar por la figura de su madre como el heredero universal en que se ha convertido de ella. Así lo dejó decretado en vida la eterna María Jiménez. La nueva vida de Alejandro a partir de ahora girará en torno a preservar el vasto legado de su legendaria progenitora.