Nadie se podía esperar el gran regreso a la música de Amaia Montero (47 años) este pasado domingo, 21 de julio, en el segundo concierto que la artista Karol G (33) ha ofrecido en España, en concreto, en el impresionante y abarrotado Santiago Bernabéu.
Ha sido, sin lugar a dudas, la sorpresa del día, de la semana y del año para los acérrimos seguidores de la inolvidable cantante. Montero, después de dos años sin subir a un escenario y trasladar a sus seguidores, a través de las redes sociales, que se encontraba "destruida", ha vuelto a subirse al escenario.
Tras el éxito de la primera noche en el estadio, Karol G se ha superado a sí misma al compartir escenario con una artista muy querida por el público, Amaia Montero, que, tras atravesar un periodo delicado de depresión, ha aparecido radiante para cantar con la colombiana su éxito Rosas.
"Estoy teniendo la suerte de cantar con artistas a quienes escuché toda mi vida. Y hay artistas que van a subirse a este escenario a regalarnos un momento único e increíble. Hoy tengo ahí a una personita que lleva dos años sin subirse a un escenario y está nerviosa, pero le van a regalar una de las mejores noches de su vida", ha señalado, a modo de presentación, 'La Bichota', minutos antes de la reaparición de Amaia.
La exvocalista de La Oreja de Van Gogh ha sido recibida por una gran ovación de las 60.000 personas que abarrotaban el estadio, y ha entonado las notas de este single mientras bailaba junto a Karol G, con quien al final se ha fundido en un fuerte abrazo.
"Voy a decir una cosa. No sabía muy bien cómo iba a reaccionar en un momento tan importante, sobre todo porque ocurre después de mucho tiempo pensando en que jamás volvería a pisar un escenario. Por eso hoy es un día increíble para mí y ha sido de la mano de Karol. No ha podido ser más bonito. Este momento lo voy a guardar en mi corazón y mi alma para toda la vida", ha admitido, nerviosa y emocionada, la artista al ver el cariñoso recibimiento.
Para la ocasión, Montero se ha decantado por un favorecedor vestido blanco azulado. Montero manifestó que se sentía "destruida" en redes sociales en octubre de 2022, junto a una imagen en blanco y negro que alertó a sus seguidores, en la que aparecía con aspecto cansado, expresión ausente, sin peinar ni maquillar.
En este tiempo, los amigos de la cantante han ido dando comentando que su recuperación estaba siendo positiva y que pronto volvería a los escenarios. Han pasado dos años hasta que ha llegado ese momento, en el que se ha sentido arropada por las miles de personas que han llenado el Bernabéu en la segunda noche de los cuatro conciertos de Karol G.
La reacción en las redes sociales, como no podía ser de otro modo, no se ha hecho esperar y ha habido asistentes al recital, la antepenúltima fecha del Mañana será bonito tour, que han expresado su satisfacción por este encuentro imprevisto. "Detallazo", "Momento único", "sorpresa" o "esto es más grande que lo de Fátima" han sido algunos mensajes que han podido leerse en los tuits de distintos usuarios que han compartido unos segundos de la actuación.
No es la primera sorpresa que da Amaia en este tiempo de recuperación física y emocional. Ya el pasado mes de noviembre Amaia cantaba de manera inesperada en el Kursaal, en San Sebastián, junto al cantante Manolo García (68).
Amaia y su peor momento
Fue en octubre de 2022 cuando Montero copaba las cabeceras de los principales medios de comunicación españoles y allende los mares por una cuestión que nada tenía que ver con su impecable y magnánima trayectoria musical.
Unas desmejoradas imágenes de la cantante en redes sociales, y los rumores y especulaciones sobre su estado de salud a colación, se desataron sin remisión. La excomponente de La Oreja de Van Gogh abandonó la esfera pública y 'blindó' su vida: lo prioritario era cuidarse y reponerse. Entonces, la hermana de la cantante, Idoia, deslizó que Amaia no estaba atravesando su mejor momento.
La siguiente información llegó en noviembre de 2022, cuando Montero fue captada abandonando la clínica Universitaria de Navarra tras un mes ingresada. Puso rumbo a su domicilio familiar, en Irún, en el País Vasco. Meses después, se la vio, en Navidad, paseando por las calles de Biarritz, Francia, "con la mirada perdida" y "desorientada", según deslizó el extinto Sálvame.
Toda esa aciaga etapa, afortunadamente, ha quedado atrás y hoy Amaia mira al presente y al futuro con fuerza y energía renovada. La artista ha regresado, habrá que ver si para quedarse.