Nueve meses después del fallecimiento de la emblemática comunicadora María Teresa Campos, a los 82 años, la vida de su familia y entorno más próximo sigue ocupando horas de televisión. La polémica persigue al célebre apellido y, muy especialmente, a tres de sus miembros más mediáticos: Terelu (58 años), Carmen Borrego (57) y Alejandra Rubio (24).
Sin ir más lejos, la última controversia que ha zarandeado a la familia ha tenido lugar este pasado lunes, 17 de junio. Las hijas de la comunicadora celebraron una misa homenaje a María Teresa, con motivo de su 83º cumpleaños, y el escándalo vino tanto por la publicación en prensa de esta eucaristía -Terelu y Carmen se ha mostrado muy enfadadas por no poder recordar a su madre en la intimidad-, como por las ausencias.
Este pasado día 17, en la iglesia Santa María de Caná, ubicada en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, en efecto, hubo personas que causaron baja y que fueron importantísimas y clave en la vida de María Teresa. Por un lado, su nieto, José María Almoguera (34), quien debido a su nula relación con su progenitora no acudió; y, por otro, el hombre que acompañó a Campos durante 34 años, su fiel confidente, Gustavo Guillermo (47).
El chófer y como un hijo para Teresa acudió, en cambio, a su puesto de trabajo, en el plató del espacio TardeAR, en Telecinco. Allí, Gus -como lo conoce su entorno más próximo- recordó, con gran emoción, a Teresa, a su amiga y jefa. "Yo sueño con ella cada día. He sido muy feliz a su lado, para mí he sido un privilegiado. Recuerdo cuando cumplió 60 años y estaba enfadada por cumplir 60".
Gustavo define hoy a Campos como "la mujer más feliz del mundo" haciendo regalos y, para él, una persona "irrepetible". Sobre su ausencia en la misa homenaje, este hombre deslizó: "Yo mañana voy a hacer una misa, la voy a rezar y no se va a enterar nadie". Asegura no tener hoy ningún tipo de relación con las hijas de María Teresa: "A una la tengo bloqueada y con la otra no me hablo".
Dolido, Gustavo Guillermo ha defendido su honor y ha dejado claro que él no ha sido la persona que filtró a la prensa -en concreto, al periodista Jesús Manuel Ruiz, el encargado de avanzar los datos de la misa de Teresa- todo lo relativo al tributo de la presentadora de ¡Qué tiempo tan feliz! "Me han acusado, que se aseguren de quién lo hace, ellas tienen el derecho de invitar a quien quieran", ha matizado.
No son buenos tiempos para Gustavo Guillermo. Al menos, no tan boyantes como antaño. A la nostalgia y al dolor por la pérdida de Teresa se une una difícil situación profesional. A priori, el que un día fue chófer de María Teresa Campos no tiene un trabajo fijo. Así lo manifiesta una persona que lo conoce: "No se dedica a nada concreto. Se despidió de Teresa antes de irse a Gran Hermano y trabajo como tal no tiene".
Añade: "Es colaborador de televisión, cuando le sale algo, pero nada más". Se refiere el informante a su colaboración en el espacio TardeAR, capitaneado por Ana Rosa Quintana (68). A esta situación laboral, cómo no, se une la anímica y emocional. Gustavo echa muchísimo de menos a Teresa y está siendo especialmente consciente de lo que significa su ausencia.
"Tenía la sensación de que con Teresa nada malo le podía pasar, se sentía protegido", apunta alguien muy próximo. La tensa y casi nula relación que libra con las hijas de Teresa Campos tampoco ayuda. "Es una circunstancia de la vida. Pasa y pasa, ya está", aseguró hace un tiempo en un evento público.
En aquel momento, agregó, para sorpresa de propios y extraños: "Ellas no me llaman, yo tampoco las llamo. Hay cordialidad y ya está, no es una relación rota, simplemente que ahora cada uno lleva un camino diferente en la vida". En otro acto social, Gustavo ahondó en su relación con Terelu: "No hay que pensar mal, simplemente ni Terelu me llama, ni yo la llamo".
"No hay nada malo en eso, ella tiene su grupo de amigos y yo los míos. Y no me da pena porque no pasa nada. Incluso estando con Teresa yo apenas las veía, tampoco ha cambiado tanto la relación", apostilló.
Sostuvo Gustavo que el vínculo con la hija mayor de Teresa Campos "se enfrió a raíz de salir de Gran Hemrano. (...) Mi comportamiento ha sido intachable y lo único que he hecho ha sido hablar bien de ellas". "No hay que tender la mano a nadie porque yo no tengo ningún problema en hablar con ella, y además tenemos una cena pendiente que le debo a Terelu", zanjó Gus.
Carmen sentencia a Gustavo
Tras las palabras de Gustavo en TardeAR, Borrego le ha respondido con contundencia, negándose, incluso, a decir su nombre: "No tengo nada que decir, de verdad. No tengo nada que decir de esa persona".
"Yo recuerdo que el que me bloqueó fue él y con esto ya no tengo nada que decir. Se tarda lo mismo en llegar al plató de TardeAR que a la iglesia. La iglesia es pública, él podía haber venido si hubiera querido, y no tengo nada más que decir", ha añadido Carmen.
"Mi madre lo ha querido tanto que se merece que él le haga su propia misa", ha afirmado Borrego acerca de los planes en paralelo de Gustavo. La benjamina de María Teresa ha puntualizado que lo que ellas han celebrado "no ha sido un homenaje ni un funeral. Quedamos en ir a misa y hemos venido a misa. El que haya estado dentro sabe que no ha sido un funeral".
"No se puede uno quejar si me ha bloqueado, es que no lo entiendo. Es algo bonito, un recuerdo a mi madre siempre se tiene que convertir en algo feo. Siempre lo convierten las mismas personas. Entonces, yo no lo voy a convertir. Que lo conviertan los demás, ¿vale?".