El diseñador catalán Juan Avellaneda (42 años) fue uno de los muchos invitados que acudió el pasado jueves, 9 de mayo, a la gran fiesta que organizó en La Moraleja, en Madrid, Multiópticas MÓ para presentar su nueva colección. Allí, el televisivo Avellaneda habló largo y tendido con EL ESPAÑOL, sobre moda, trabajo, amor y, claro está, acerca de esa relación con Máximo Huerta (53) que desveló hace unas semanas.
Un romance -acontecido hace alrededor de 20 años- que era un secreto a voces en los mentideros de la prensa del corazón, y que corroboró, con total naturalidad y de la forma más espontánea, el propio Juan en el pódcast La mala reputación. "Es alguien al que tuve mucho cariño y tuve mucho aprecio. Bueno, fue mi primera pareja. Ya cuando has cortado con alguien… De los ex tampoco hay que hablar", aseguró.
Unas palabras que han generado muchísima polvareda y repercusión. Mientras Huerta ha dado la callada por respuesta, Juan lo ha pasado muy mal, fatal, desde que se emitió ese pódcast. En su ánimo nunca estuvo generar ningún titular fácil sobre esa historia de amor que, en su opinión, pertenece al "Pleistoceno".
Juan Avellaneda, estamos en un evento de gafas. ¿Para usted es un complemento importante?
La gafa es muy importante porque le da un giro a cualquier look. Tú puedes ir cambiando la gafa y le das un aire diferente a tu look. Un aire misterioso, sensual... Tienes mucho juego. Para mí la gafa es como el antiguo abanico. En mi bolsa siempre llevo cuatro o cinco pares, dependiendo de cómo me siento me pongo unas u otras.
¿Qué proyectos tiene entre manos?
Algunos se pueden contar, otros no. Tengo varias propuestas en tele, pero estamos aún viendo si salen o no. A alguna he dicho que no porque no me acaba de encajar. Estamos viendo mientras sacamos colección nueva con Multiópticas, hemos sacado nueva colección, más asequible, con See Iou. Estamos encantados, está funcionando muy bien. Por aquí hay gente que va vestida de mí.
Qué orgullo, ¿no?
¿Sabes qué pasa? Que gracias a Instagram y a las redes sociales me di cuenta de que es verdad que mi moda era poco accesible. Porque al final era una moda muy de costura y delicada. Ostras, es una pena que con toda la gente que te sigue... Para un diseñador lo más bonito es ver a gente vestida de ti. Verlo eso en la calle es como muy guay.
¿Ha llegado el momento en su carrera en que se puede permitir elegir?
Bueno, es que hasta cuando no podía elegir, elegía. Más que nada porque es muy importante ser fiel a uno mismo. Yo, de repente, verme en según qué tipo de programas... pues no me apetece. A otros voy y me apetecen y me divierto. En un Supervivientes igual no, pero en otros formatos sí que me veo más. Entonces, bueno, es que te vayan llegando propuestas... Divertirnos es lo más importante. En todo es importante divertirse: debe haber una parte lúdica porque, si no, es aburridísimo.
¿Cómo se presenta el verano?
Pues muy relajado. Con trabajo, mucho trabajo. Hay varios viajes programados. Luego, siempre está la casa de la costa, que es un lujo para mí. Voy cada fin de semana. En agosto es que me da un poco de pereza hacer algo. Afortunadamente, tengo disponibilidad para viajar un poco cuando yo quiera. Antes no podía, ahora puedo.
¿Ha ido ya al restaurante de Íñigo?
Me lo está diciendo todo el mundo. Aún no he ido. Yo sabía el proyecto desde hacía tiempo, pero no he ido aún. He visto que han ido colgando fotos, pero no me ha dado tiempo.
¿Cómo está su amiga Tamara?
La veo encantada y feliz. La veo viviendo un momentazo maravilloso. Está en su mejor momento, ilusionada, se le nota en la cara. Eso es muy guay.
¿Cómo ve que Isabel Preysler sea embajadora de Multiópticas MÓ? Es algo muy novedoso en su imagen...
Le ha llamado la atención a todo el mundo. Es una nueva forma de comunicar. Tendría que haberlo hecho antes. Al final, todo tiene sus procesos. Ella es una mujer que se atreve con todo. Con todo lo que ha hecho en su vida... ¿por qué no ahora las redes sociales? Son muy divertidas.
Usted tiene el corazón feliz, felizmente casado.
Encantado estoy. Llevo con mi marido 12 años.
¿Cuál es el secreto de llevar tanto tiempo?
Pues aceptar cómo es cada uno. A veces intentamos cambiar a las personas, y cada uno es como es. Yo me enamoro de lo bueno y de lo menos bueno. Las personas no cambian; se pueden modular, pero no puedes cambiarlas. El amor es una negociación constante. Se lo dije a Tamara cuando empezó con Íñigo. Le dije 'bienvenida al club'. Es una negociación llena de amor, pero negociación.
Debo preguntarle por salud, después de haber confesado que le están haciendo pruebas de nuevo...
Sin problema. Estoy bien, espero que muy bien. Estamos con revisiones aún, pero pinta todo muy bien. Lo único que las revisiones no son agradables... Lo que antes me callaba, ahora lo comento. Recibo un montón de mensajes, sobre todo de mujeres. El hombre, curiosamente, no acepta tanto el cáncer como una mujer. No lo entiendo por qué. La mujer está como más educada para ello, con el cáncer de pecho... De hombres famosos, ¿quiénes hay? Dani Rovira y ya está. En la asociación me han dicho que está muy bien verbalizarlo.
Es muy valiente.
Luego están los titulares... que, madre mía, me llaman luego las amigas asustadas.
Ya le pasó hace poco con su relación con Máximo Huerta. Cuando confesó su historia de amor.
Eso es del Pleistoceno. De repente, me quedé en la entrevista en plan 'pero, ¿qué quieres que te comente de esto?'. ¡Si llevo 12 años con mi marido! Lo pasé fatal por Máximo, porque lo vi injusto que esto saliese. En el momento no lo pasé mal, porque fue un comentario sin importancia, pero después... Cuando vi los titulares pensé 'no me lo creo. Pobre Max'. No quiero que la gente piense que me aprovecho de algo para dar titulares. Lo he pasado fatal.
¿Cómo se llevan en la actualidad? Si es que se llevan...
Con él me llevo... cordial. También tengo una expareja interiorista con la que no me llevo... Es que hace muchos años, como 20 años.